RECONCILIARSE
CON MARRUECOS
Madrid, 01-04-2022
(Lectura rápida 😊)
Tan satisfecho quedó el Rey de Marruecos
con
la misiva que le dirigió el Presidente del Gobierno español en marzo,
ratificando o modificando, según quien comente, la posición de España sobre el
Sáhara Occidental, que decidió invitar a Sánchez para una cena de ruptura del
ayuno diario del Ramadán que ahora empieza. Es
importante esta invitación a un acto religiosamente simbólico, que
tendrá lugar pronto, según señalan, y una oportunidad de aclarar cosas.
En efecto, mucho ruido se hizo en España sobre una supuesta garantía marroquí de la integridad territorial española. Si la carta a Mohamed VI es de Sánchez, como lo es formalmente, esa alusión a nuestra integridad territorial sólo parece un deseo.
Si la carta la redactó el Rey alauita, como dicen algunos, firmando Sánchez solo una burda traducción al español de un texto originariamente en francés con, además, inexactitudes como la de considerar que Albares sólo es ministro de asuntos europeos, se podría entender que Sánchez considerase que Marruecos se comprometía a respetar la integridad territorial española de Ceuta, Melilla, Peñones y aguas territoriales canarias con su subsuelo marino y eventuales tesoros.
Eso señalaron, según los medios de comunicación, Sánchez en su gira por Ceuta y Melilla y Albares en la Comisión de Exteriores. Podrían, pues, haberse dejado llevar por una ilusión si fuese cierto que el borrador de la carta de Sánchez lo dictaron en el palacio de Mohamed VI.
Sin embargo, en Moncloa es donde se ha firmado y, por lo tanto, la referencia a la integridad territorial sólo es de Sánchez. Nada vale mientras Marruecos no lo confirme. Otras fuentes aseguran que el desaguisado de la redacción de la carta es enteramente español.
Como
señala el veterano periodista Ignacio Cembrero, buen conocedor de Marruecos, parecería que es el Rey marroquí quien dicta los términos
de la “reconciliación” entre
España y Marruecos tras los desencuentros que se produjeron a iniciativa del
vecino del Sur desde ya 2020 y no solo a raíz de la concesión de Trump en
diciembre de 2021, “entregando” la soberanía del Sáhara Occidental a Rabat.
Francia
y Alemania no han llegado tan lejos. Sólo
señalan que la oferta marroquí de
una autonomía para el Sáhara es una base para solucionar el conflicto. Sánchez ha dado un paso más admitiendo que esa oferta es la base “más” seria.
Lo paradójico de esta cuestión, en la que
en Madrid parecen haber perdido las formas, esenciales en diplomacia y
relaciones internacionales, así como en el ámbito nacional, es que el realismo lleva
a reforzar un giro que bien pudo darse ya con Zapatero al reaccionar
positivamente a la oferta marroquí de 2007, siendo seguido luego por Rajoy.
En
todo caso, da igual que el “giro” sea de
entonces o de ahora. Lo importante es que se dio o se ha dado, en el
pasado o hace poco, y que es la posición del actual Presidente del Gobierno mal
que le pese a los de Podemos, afectados
por la decisión por el mero hecho de seguir en
ese gobierno progresista por amor
a las poltronas a pesar de oponerse, según aseguran incoherentemente.
La
reacción, generalmente de pocos vuelos de los políticos no gubernamentales, ha
dejado aislado al PSOE, si bien sabemos que ninguno que llegue al Gobierno de
la Nación dará un paso atrás. Esa es su
inconmensurable vergüenza, un escaso consuelo para los que apoyan a
Sánchez y su, asimismo, pobre actuación en esta cuestión debido a las
formas que no arropan al fondo y lo debilitan.
No
deben, pues, de extrañarse en Moncloa de que caigan las críticas como
chuzos de punta. Queda que Sánchez traiga de Marruecos en sus alforjas estas garantías
territoriales porque, de lo contrario, se podrá argumentar que se intentó engañar gravemente a los españoles.
Carlos Miranda, Embajador de España