viernes, 29 de abril de 2022

DISQUISICIONES MACRONIANAS

DISQUISICIONES MACRONIANAS



 

   Madrid, 29-04-2022 

                  (Lectura rápida 😊)

 

        

Debidamente alimentada por quienes tenían interés en promover la incertidumbre, Francia vivió el domingo pasado una jornada de emoción pensando que Marine Le Pen podría ser Presidenta de Francia. Bien es cierto que Le Pen ha obtenido más votos que nunca en su tercera derrota para llegar al Palacio del Elíseo.


Muchos afirman haber votado a Emmanuel Macron solo para parar a Le Pen. Otros han votado a Le Pen para manifestar únicamente su descontento con Macron. Más fiables los primeros que los segundos. Siempre hay irresponsables.


Macron obtuvo el 58,5%. Le Pen 17 puntos menos con 41,5%. Conviene saborear un buen resultado sin olvidar que la diferencia en 2017 fue el doble, que hay un malestar importante en Francia y hubo más abstención en la segunda vuelta. ¿Pero, donde no hay malestar en el mundo? Todas nuestras sociedades están muy divididas. En Francia, en España, en EEUU. Donde no está dividida es en Rusia, alineada, su Iglesia Ortodoxa incluida, con su dictador, Vladimir Putin.


Muchos promueven radicalizaciones. Políticos de miras cortas, sin sentido del Estado y oportunistas favorecen un “o yo o el caos” que elude entendimientos en el centro. Pedro Sánchez dice que los españoles solo podemos elegir entre PSOE y Podemos frente al PP y Vox. Legitima así a los dos extremos, más plural el de la extrema izquierda, renuncia a la supremacía socialista y rehúye el centro que favorece Macron.


Al menos, Sánchez, en vísperas de la Cumbre de la OTAN en España en junio, anatemizada por Podemos, su socio íntimo, ha empuñado el timón euroatlantista apoyando la agredida Ucrania de palabra, visita y obra, con algunas entregas militares, y favoreciendo, por ahora sólo de palabra, un incremento del presupuesto español de defensa hasta un 2% del PIB, doblándolo.


Parece que también visitará Polonia y Moldavia, colindante esta última con las secesionista Transnistria, vecina de Ucrania, donde están acantonadas tropas rusas. Todos amenazados por Rusia, incluso Moldavia, una exrepública soviética colindante con Ucrania, neutral y aspirante a la UE.


Veremos cómo se ordenan las adquisiciones para Defensa no sea que haya una indigestión de material clásico cuando en Ucrania se ofrece una lección que revela la vulnerabilidad de plataformas importantes como portaaviones, carros de combate y bombarderos a baja cota frente a material denegatorio barato y drones.


Queda que Sánchez se sacuda el ridículo sufrido en la reconciliación con Marruecos y sus graves efectos colaterales negativos, fruto todo ello de una aparente falta de experiencia o acierto, si bien era necesaria esa reconciliación.

 

En España, socialistas y conservadores resisten mejor frente a sus extremos que en Francia donde Le Pen y Mélenchon se han apropiado una representación que no debiera sobrevivir tan fácilmente las elecciones legislativas de junio donde socialistas y conservadores deberían recuperar representación.

 

No obstante, los socialistas franceses parecen estar más cerca de su disolución si se integran en las candidaturas de la Francia Insumisa de Mélenchon o, quizás, de su irrelevancia si no lo hacen. Todo ello inquietante para el socialismo europeo como lo sería si en España el PSOE se integrase en Podemos o en el “espacio” de Yolanda Diaz.  

 

Con Macron Francia seguirá en la Unión Europea que sabe que debe incrementar su gasto en defensa y su confianza en la OTAN mientras reduce su dependencia comercial y económica de Rusia y China sin renunciar a una coexistencia pacífica con esas dos dictaduras, una fascista y la otra comunista. Si la UE quiere de mayor tener autonomía estratégica, como EEUU, China o Rusia, lo tiene fácil: basta integrarse en un Estado Federal Europeo. Sería fantástico, pero ni el gato se lo cree.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

 

viernes, 22 de abril de 2022

SEGUNDA GUERRA FRÍA

SEGUNDA GUERRA FRÍA

 

          Madrid, 10-04-2022

                                  (Lectura rápida 😊)


        


En el siglo XX hubo tres guerras mundiales. La primera contra Alemania, Austria-Hungría y Turquía. La segunda, contra Alemania, Italia y Japón. Después, la Guerra Fría contra una Rusia dispuesta a engullir toda Europa.

 

Los aliados occidentales fueron vencedores en esas guerras. En la Fría, al implosionar la Unión Soviética por la ineficacia del comunismo. No obstante, los componentes de su Administración, Fuerzas Armadas, KGB (ahora FSB) así como los nuevos políticos gubernamentales, amamantados todos ellos por el Partido Comunista soviético, echaron la culpa a los EEUU en vez de realizar una introspección. Vieron, y siguen viendo, la paja en ojo ajeno ...

 

Unos golpistas comunistas nostálgicos y otros revisionistas impacientes consiguieron suprimir en 1991 la URRS y arrinconar a Gorbachov, deseoso de rescatar el comunismo con perestroika y glásnost. Reformarlo y abrirlo era un contrasentido. El comunismo es dictadura.

 

El periodista Miguel González afirma que, con 202 diputados, los del PSOE en 1982, Abascal y Vox no abandonarían el poder. ¿Lo harían el Partido Comunista de Díaz y Garzón o la extrema izquierda de Belarra, Montero e Iglesias? No hay extremismo bueno.  

  

Putin, un villano según Sánchez, un criminal de guerra para todos, personifica la aspiración rusa de recomponer el Imperio Soviético. Para ello viene invadiendo otros países europeos para condicionarlos a su gusto, como Rusia siempre hizo desde 1945, hace 72 años, y recuerda constantemente su armamento nuclear y químico, así como sus misiles balísticos que llegarían a Washington y Madrid.

 

Hay quien advierte contra la rusofobia, pero los partidarios de Putin serían un 80% en su guerra contra la población ucraniana. El malo de la película no es sólo Putin. Son bastantes más rusos.

 

Putin se ha pasado a la extrema derecha aliándose con Cirilo I, Patriarca ortodoxo de Moscú. Franquismo más Iglesia era “nacional-catolicismo”. Putin más su Patriarca será “nacional-ortodoxismo”. Mismo fascismo. Pretende con ello cimentar ideológicamente a Rusia, Bielorrusia y Ucrania bajo predominio ruso. Todos santos y enfeudados al Kremlin a la fuerza si preciso, incluso borrando a Ucrania del mapa.

 

Los simpatizantes de Putin y Rusia reconocen de mala gana que esta invasión es una barbaridad, PERO, añaden, tiene sus causas (la maldad occidental, de EEUU y de la OTAN, el nazismo de Zelensky, etc.). Eso mismo dicen los chinos, conocidos demócratas. Sin embargo, el verdadero “PERO” es el orden establecido en la Carta de la ONU y en el Acta Final de Helsinki en el ámbito europeo.

 

No hace falta un nuevo orden. Basta cumplir el vigente. A Ucrania le prohibió Putin acercarse a la Unión Europea y a la OTAN para conservarla en su regazo dictatorial y desmembrarla quedándose con Crimea, el Donbás y lo que haga falta si no puede ser todo. Amor fraternal que mata.

 

La reunión de los Ministros de Exteriores ruso y chino el 30 de marzo en la que decidieron avanzar “hacia un orden mundial multipolar, justo, democrático”, según su interpretación autoritaria, constituye de hecho el inicio de una Segunda Guerra Fría entre las dictaduras de Beijing y Moscú y las democracias occidentales.

 

Mientras Putin siga y Rusia no sea una democracia los entendimientos serán difíciles. Cuando la URSS, el PCUS ejercía cierto control sobre su líder máximo. Ahora, nadie se atreve a enfrentarse a Putin, un dictador. Andrei Kosyrev, ministro de Exteriores con Yeltsin, que aceptó en 1997 la ampliación de la OTAN, advertía recientemente acerca de la megalomanía de Putin. “Nada de esto ocurriría con Navalny en el Kremlin” dice, acertadamente, un Almirante español retirado.

 

Vienen tiempos duros. Las espadas están desenfundadas por culpa exclusivamente del Kremlin. Lo de Crimea fue un aviso desoído. Lo de Ucrania no debiera serlo. Putin no parará. Debe reaccionarse con firmeza lo que no impide una coexistencia como al final de la Guerra Fría, pero con los principios que la URSS ya aceptó en 1975. Menos, no.

 


Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

 

lunes, 18 de abril de 2022

UNA FRANCIA ROTA

UNA FRANCIA ROTA

 

              Madrid, 18-04-2022          

                                  (Lectura rápida 😊)


            

Emmanuel Macron ha ganado la primera vuelta de la elección presidencial con un 27,5% de los votos. Atrás quedaron Marine Le Pen (23,3%) y Jean-Luc Mélenchon (22%). Se esperaba a Le Pen en segundo lugar, pero no que Mélenchon, un admirado de Pablo Iglesias, casi fuese el adversario de Macron en la segunda vuelta.

 

 

Los candidatos de la derecha tradicional, Valerie Pécresse (4,8%), y de la izquierda clásica, Anne Hidalgo (1,7%), han fracasado estrepitosamente. La primera ya ha anunciado una colecta para sufragar los gastos de la campaña que el Estado no paga si el resultado es inferior al 5%.

 

 

Los candidatos de extrema izquierda y extrema derecha suman bastante más de la mitad de los votos. Preocupante. No obstante, las elecciones legislativas que tendrán lugar a continuación permitirán a socialistas y conservadores recuperar terreno porque, en principio, el sistema de doble vuelta francés penaliza las propuestas extremistas, sin perjuicio de que, probablemente, el partido de Macron recoja mucho voto centrista y útil de la derecha y de la izquierda.

 

 

Tendrá, quizás, más dificultad en rehacerse el partido socialista frente al partido de Mélenchon, muy reforzado tras esta elección presidencial, que el conservador que ha resistido algo mejor que el socialista. Por otra parte, no habría sido una misma final Macron-Mélenchon que Macron-Le Pen con la que se repite la elección de 2017.

 

 

Le Pen llega a la segunda vuelta con algo más de votos que la vez anterior y con la reserva del 7,1% de Zemmour. No obstante, los observadores políticos y los sondeos dan por vencedor a Macron, pero saldrá debilitado porque, probablemente, conseguirá menos del 66% que obtuvo en 2017 frente a Le Pen. Según el IFOP francés, está en un 53,5% frente a un 46,5% para Le Pen. Ambos candidatos tendrán este miércoles un debate televisivo y veremos si ello afectará a estos sondeos.

 

 

Le Pen y Zemmour han sumado 30,4% de los votos. Los partidarios de Mélenchon, que pide no votar a Le Pen sin pedir el voto a Macron, se dividirán entre la abstención, Macron y Le Pen. ¿En qué proporción? Hay una extrema izquierda que vota a la extrema derecha contra el liberalismo económico.

 

 

 

¿Si Mélenchon hubiera llegado a la segunda vuelta habría recogido votos de Le Pen y Zemmour? Seguramente. La extrema derecha tampoco apoya la democracia liberal. Estos extremismos quieren una Unión Europea débil, desvincularse de EEUU y entenderse con el Kremlin.

 

 

Macron, probable vencedor, tendrá ahora cinco años para consolidar su legado, pero ya están servidas las incógnitas futuras. ¿Quién sustituirá a Macron? ¿Su partido sobrevivirá? ¿Le Pen seguirá probando o tirará la toalla? ¿Se recuperarán suficientemente socialistas y conservadores? ¿Mélenchon podría llegar al Elíseo con 75 años si su impulso permanece hasta 2027? Más preguntas que respuestas, pero el mundo está que arde y nada es seguro.

 

 

Visto que el ogro del Kremlin renueva la amenaza rusa a Europa ejercida desde el final de la Segunda Guerra Mundial, hace unos 77 años; considerando las reticencias alemanas a una verdadera integración económica de la Unión Europea; y estimando las lógicas dificultades de Francia para ceder su dedo en el gatillo de la disuasión nuclear (solo es posible un dedo en ese gatillo), aunque esté dispuesta a extenderla al resto de la Unión por un precio que habrá de ser cuantioso; una verdadera Autonomía Estratégica de la UE se antoja una lejana utopía. Otra cosa es que los europeos hagan un serio y necesario esfuerzo en defensa. Ello sería convincente incluso para Trump si volviese a la Casa Blanca.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

viernes, 15 de abril de 2022

RUSIA, ENEMIGA DE EUROPA

RUSIA, ENEMIGA DE EUROPA

 


            Úbeda, 15-04-2022

                              (Lectura rápida 😊)


     

Ucrania ha hundido al buque insignia de la flota rusa. En represalia, Putin bombardea de nuevo Kyiv. Estaría, asimismo, purgando sus servicios de información (FSB) y encarcelando a su jefe. Las cosas no van como él quisiera, aunque una pronta caída de Mariupol y un pleno control del Donbas, algo aún más complicado, permitirían sonreír al dictador del Kremlin y, quizás, un fin de hostilidades. Mientras, Finlandia y Suecia consideran ingresar en la OTAN. Igual no les basta una defensa europea. Moscú vuelve a amenazarles.


Es inimaginable que Rusia se integre en la Unión Europea. Tampoco es un competidor o un adversario potencial. Es enemigo de Europa y, aunque con los enemigos hay que entenderse, deben llamarse las cosas por su nombre. El propio Borrell considera la invasión de Ucrania un ataque a Europa.

 

Tras la Segunda Guerra Mundial, Moscú impuso el comunismo en el Este europeo y no pudieron sacudirse el yugo ruso hasta la caída del Muro de Berlín. Sin embargo, el verdadero sueño ruso es echar a los americanos de Europa. Alejados los EEUU, Europa para Rusia. Si ello es imposible, repartirse Europa con Washington. Los europeos, marionetas americanas para Moscú, no cuentan. Eso fue el Telón de Acero de Stalin y, ahora, Putin vuelve a bajar el cierre.

 

Moscú tampoco tolera la Unión Europea que incluye a sus antiguos vasallos. Es inaceptable porque las democracias liberales progresan mejor económica y socialmente, además de ser libres políticamente, que Rusia bajo la dictadura de Putin y la preeminencia de oligarcas enfeudados con el Zar que emula a Hitler. En todo caso, esta guerra, sumada a desgracias previas, ralentizará las mejoras en todas partes.

 

Tras setenta años de educación comunista, los funcionarios, militares, miembros del PCUS, de la KGB (hoy FSB), la elite soviética, no soportan que Rusia no sea ya lo que fue. Se han vendido al diablo y adoptado a Putin para recuperar el poderío. Satanás es Cirilo, Patriarca ortodoxo de Moscú, aliado de Putin, que, tras bendecirle, quiere unir todas “las Rusias”, también a la fuerza si es preciso. Fascismo puro.


Entenderse con el enemigo por necesidad no significa crear un orden internacional peor que el que tenemos, regido por la Carta de la ONU y, en Europa, el Acta Final de Helsinki. No hace falta un nuevo orden. El actual da plena libertad a cada Estado para ser lo que quiera. Hace falta que se respete, lo que Rusia no hace.

 

Viola la Carta, el Acta, su compromiso de 1994 de respetar la integridad territorial ucraniana al devolverle Kyiv las armas nucleares soviéticas que tenía y miente al afirmar que la OTAN se comprometió a no ampliarse, acuerdo que nunca adoptó. Rusia aceptó la ampliación de la Alianza en 1997 al crearse el Consejo OTAN-Rusia. A cambio, la Alianza aceptó no desplegar armas nucleares en los países del Este, lo que cumple.


Rusia tiene un PIB apenas superior al español, una población de 144 millones y un territorio infinito. Sus ejércitos asustan menos tras pasar por Ucrania, pero, como gusta de recordar Putin, dispone del mayor arsenal mundial de armas nucleares. La Unión Europea debe complementarse con los EEUU aprovechando el marco de la OTAN y mejorar su propia defensa. España, también. Solo siendo fuertes se podrá parlamentar con éxito.


No olvidar, tampoco, que China es una competidora económica y posible adversaria. Parece lejos, pero, al igual que Rusia, tiene armas nucleares, no es democrática y no le parece mal ni Putin, ni la invasión, ni el exterminio de la población ucraniana. Habrá que fumar pipas de paz con todos, pero sin intoxicarse con sus tabacos.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

lunes, 11 de abril de 2022

INDIGESTIÓN MARROQUÍ

 INDIGESTIÓN MARROQUÍ

 

        Madrid, 11-04-2022

                               (Lectura rápida 😊)


      


El jueves pasado rompió Pedro Sánchez el ayuno del Ramadán junto a Mohammed VI. La invitación fue un gesto importante por lo sagrado de la circunstancia. Tomaría Sánchez la harira, una sopa tradicional para comer tras ponerse el sol, así como otros manjares de la suculenta gastronomía Magrebí, de lo poco que une aún a Marruecos con Argelia, dos hermanos profundamente separados.


Por ello transitan inmemorialmente el uno cerca de Washington y el otro de Moscú a pesar de que junto a la Moscova ya no se ensalce el marxismo leninismo, ni siquiera el “light” de Gorbachov, sino una mezcla fascistoide del imperialismo de “las Rusias” con la complicidad de la Iglesia Ortodoxa de Moscú cuyo Patriarca bendice al monstruo de Putin.

 

La invitación a cenar fue precedida de una carta de Sánchez al Rey marroquí mal redactada en la que su firmante no recuerda si su ministro Albares lo es de Asuntos Europeos, como dice, o de otra cosa. ¡Menudo bochorno! Incluso si, como algunas fuentes serias cuchichean, la carta es obra de antiguos responsables socialistas, ya que, al firmarla, Sánchez se responsabiliza de su contenido.


Otros creen que es una pésima traducción de un borrador original en francés. Esperemos que la estudien en la Escuela Diplomática para evitar otro ridículo. No se libra, tampoco, Marruecos de torpezas al poner la bandera española boca abajo entre el Rey y Sánchez. Tales para cuáles.

 

La carta ensalza la solución ofertada por Marruecos en 2007 sobre la cuestión del Sahara Occidental, proponiendo una autonomía saharaui en el seno marroquí, considerándola “la base más seria, creíble y realista” para resolver el contencioso, y puede que lo sea si los saharauis lo aceptan y Naciones Unidas lo bendice. Postura compartida por otros países socios o aliados como Francia, Alemania o EEUU.

 

España siempre fue favorable a un referéndum de autodeterminación, un imposible, y con esta postura nueva da un giro. ¿Ahora o tras 2007 con Zapatero y luego Rajoy? Pocos parecen saberlo, y, aunque ahora critique a Sánchez, el PP no modificará esta posición cuando gobierne.

 

Sea giro, aclaración o recordatorio de una postura ya adoptada, el Congreso dejó solo a Sánchez antes de viajar a Rabat. Desde sus amigos Frankenstein, que casi nunca coinciden con él en el seno de la coalición, y ello sin pestañear, hasta la extrema derecha pasando por el centro y la derecha. Ello tiene una causa: Sánchez no informó ni consultó con nadie antes de enviar ese bodrio de carta.

  

Sánchez volvió de Rabat con una constructiva “Hoja de ruta común” que revitalizará las relaciones bilaterales, pero que nada dice acerca del respeto marroquí de la integridad territorial española, según explicaron, por propia iniciativa, Sánchez en Ceuta y Melilla y Albares en la Comisión de Exteriores.

 

¿Puede inferirse del segundo punto del comunicado conjunto?: “Los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados”. ¡Un humorista diría que solo asegura que hablarán con nosotros antes de invadir territorios españoles!

 

En España se cree que los políticos mienten como bellacos y eso les anima a mayores engaños. Sánchez nos tomó el pelo afirmando que nunca gobernaría con Podemos. ¿No será más grave asegurar tener inexistentes garantías de un Estado extranjero?

 

Puede que sea tomar a los españoles por necios y jugar con el fuego ya que en Rabat pensarán que España, bien presionada, cede y lo vende en casa de cualquier manera porque a los españoles se les confunde con facilidad.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

 

viernes, 8 de abril de 2022

UN PRESIDENTE CON BOTÓN NUCLEAR

UN PRESIDENTE CON BOTÓN NUCLEAR

 

    Madrid, 08-04-2022

                          (Lectura rápida 😊)



Este mes de abril tiene lugar la elección presidencial francesa, a dos vueltas, el 10 y el 24. Emmanuel Macron es el favorito solo por una corta cabeza. Los sondeos del IFOP, un buen referente, le da un 26% para la primera vuelta (24% en 2017). El Presidente francés tiene el botón nuclear de la “Force de Frappe”, algo relevante con Putin y sus amenazas de emplear armas de destrucción masiva. ¿Y si lo tuviera Marine Le Pen?


El Partido Socialista (PSF) se evaporó. ¡Anne Hidalgo, su candidata, obtendría un 2%! Al PSF lo implosionaron tres políticos desde 2008. Jean-Luc Mélenchon lo abandonó ese año y mantiene posiciones de extrema izquierda populista similares a las de Podemos, arrastrando voto socialista y comunista. Le dan un 17%. Otro dinamitero fue Benoît Hamon. Ganó las primarias socialistas en 2017 con una postura excesivamente progresista que rechazó el electorado otorgándole solo un 6%.


El tercero fue Emmanuel Macron, más socialdemócrata. Entendió que una militancia radicalizada le cerraría el paso y fundó su propio partido, La République en Marche. Su posicionamiento moderado atrajo a políticos y votos socialistas, conservadores y de centro.


Macron obtuvo en la segunda vuelta en 2017 el 66%. Le Pen, extrema derecha, el 34%. Para la primera vuelta de 2022, es la más cercana a Macron con 24% (21% en 2017). Tras Mélenchon: Éric Zemmour (9%), calco aproximado de Le Pen, y Valérie Pécresse (9%), una republicana moderada de derechas cuyo partido, Les Républicains, heredero de De Gaulle, tampoco es lo que fue.


El electorado de Zemmour apoyará a Le Pen en la segunda vuelta. Macron añadiría a su voto inicial el moderado que se le haya escapado en la primera vuelta y parte del voto conservador de Pécresse que no quiera votar a Le Pen. Quizás, algunos de Mélenchon. El IFOP da a Macron en la segunda vuelta un 52% frente a Le Pen que, con 48%, queda demasiado cerca y está subiendo.


El imponderable más importante es la guerra en Ucrania. Macron aprovecha para actuar más como Presidente y mediador que como candidato. ¿Acertado? Cómo el conflicto puede desembocar en uno contra la OTAN y ser nuclear, tiene relevancia la disuasión nuclear de Francia, único país de la Unión Europea que dispone de ella. La autonomía estratégica de la Unión Europea solo será real cuando haya una Casa Blanca europea en Bruselas que disponga de disuasión nuclear y esta solo podrá basarse en la francesa.


La “Force de Frappe” dispone de cuatro submarinos con cada uno 16 misiles nucleares de seis ojivas y un alcance de 10.000 kilómetros. En patrulla siempre hay uno. Dos en momentos críticos como los actuales. Protegen esencialmente la Francia continental.


De ampliase la protección, podrían ser necesarios más submarinos y, quizás, despliegues fuera de Francia de aviones armados, actualmente, con un misil nuclear aire-suelo de 500 Km de alcance que constituye un aviso previo al empleo de los misiles intercontinentales embarcados. ¿Podría España mantener su condición no nuclear? De las tres para la permanencia en la OTAN ya han caído dos.

 

Un solo misil intercontinental cuesta unos 120 millones de euros. Un submarino nuclear con misiles balísticos, muchísimo más. ¿3.000 millones de euros? Francia no querrá sufragar todos los costes.


Si los europeos remolonean económicamente y en el ámbito político-militar, la UE solo podrá contar, como hasta ahora, con el paraguas nuclear americano. La verdadera independencia de la UE costará dinero e implicación nuclear sin que ello deba significar cancelar la alianza transatlántica.


Una Defensa Europea debe cubrir todos los miembros de la UE, incluidos los que no son de la OTAN: Suecia, Finlandia, Austria, Irlanda, Chipre, Malta, así como Ucrania si ingresase en la Unión. ¿Alguna neutralidad sería posible? Esa Defensa Europea cubre las Canarias, como la OTAN, y, además, Ceuta y Melilla.

 

Cobra, así, relevancia la acertada intervención de Sánchez el miércoles 30 de marzo en el Congreso sobre cuestiones de seguridad y defensa con perspectivas nacional, europea y transatlántica. Hay que gastar más y, debe añadirse, mejor. Queda profundizar el debate español sobre la disuasión nuclear europea y que se informe sobre las conversaciones ya mantenidas al respecto con Francia. El obscurantismo no debiera mantenerse.

 


Carlos Miranda, Embajador de España

 

  

martes, 5 de abril de 2022

ATROCIDADES RUSAS

ATROCIDADES RUSAS

 

  

           Madrid, 05-04-2022

                                   (Lectura rápida 😊)

 

        
 

La localidad ucraniana de Bucha quedará asociada para siempre a los numerosos crímenes del ejército ruso. Tras la Segunda Guerra Mundial nos hablaron de las atrocidades nazis. También se contaron las del ejército ruso, entonces rojo, primero en Polonia en 1939 y, luego, en su marcha triunfal hacia Berlín a partir de 1943, tras Stalingrado.

 

Eso tienen las guerras, de por sí ya una atrocidad y semillero de odios. Con más motivo si te la imponen como hizo la Alemania nazi y, ahora, la Rusia de Putin. No se pueden condonar los excesos de las guerras, sus horrores, sus barbaridades. En su guerra contra la población ucraniana, Putin y sus militares han logrado ser de lo más abyecto.

 

Cuesta creer que un ejército invasor mate indiscriminadamente en las calles, en las casas, atándoles las manos, a los ciudadanos subyugados, sin olvidar el implacable e incesante bombardeo de sus viviendas. Eso es lo que, sin embargo, nos muestran en las calles de Bucha y en otras aglomeraciones. Un horror ya constatado antes en Chechenia o Siria.

 

Las tropas rusas rechazadas por los ucranianos, impedidas de tomar Kyiv, frustradas por no haber realizado el paseo triunfal prometido por Putin, un reconocido criminal de guerra, se vengan ametrallando con su odio injustificado a los que antes decían que eran sus hermanos.


Un Putin acorralado será aún más peligroso y acercará su dedo ensangrentado más fácilmente a los botones de sus armas de destrucción masiva, químicas, biológicas y nucleares. Cada segundo Putin hace el mundo más inseguro.


Al igual que algunos descontentos con nuestra Constitución desean pasar por encima de ella, saltando sus reglas, incluso las de sus eventuales reformas, hay entre los occidentales quienes dicen que hay que establecer una nueva arquitectura de seguridad que satisfaga a Moscú. 


Descartan de un plumazo la Carta de las NNUU, el Acta Final de Helsinki o la OSCE. En su ignorancia, ingenuidad o inclinación por Rusia pretenden, cediendo a sus chantajes, modificar las obligaciones de seguridad establecidas en esos instrumentos y aceptadas por Moscú, incluso en su pasada plenitud.


Como los amigos del maltratador justifican sus crímenes porque la agredida, señalan, le levantaba la voz o quería abandonarle. Piden una nueva ceremonia nupcial sesgada en la que se reconozca que el novio podrá maltratar a su pareja cuando y donde le venga en gana.

 

No hace falta un nuevo orden de seguridad. Hace falta cumplir el que hay. Lo primero que debieran exigir a este carnicero los que le echan un capote justificando las causas de su barbarie es la retirada de todas sus tropas de todos los territorios ucranianos, cuya integridad territorial Rusia había garantizado en 1994, y que pague Rusia todos los destrozos civiles y militares causados, indemnizando, asimismo, a los heridos y a las familias de los muertos por su culpa.

 

Además, Putin debiera marcharse y dejar que llegue por vez primera una democracia en Rusia. Solo entonces se creará la suficiente confianza para enfundar nuestras propias armas. Los que critican a Biden por impulsivo o viejo, a los europeos por seguidistas y a la OTAN por ampliarse debieran considerar que Rusia ya se hubiera comido a los países bálticos si no fuesen parte de la Alianza que defiende a la Unión Europea o que Polonia o Rumanía ya estarían como Ucrania.

 

La sola causa del actual imperialismo ruso es que queden controladas por el Kremlin todas sus Rusias, propias y ajenas, por su voluntad o forzadamente, con, al haber desaparecido el pegamento marxista-leninista, un cemento ideológico nacionalista apadrinado por la Iglesia ortodoxa gobernada por el Patriarca de Moscú, que bendice a Putin. Y eso, desde que cayó el imperio soviético en 1991. Hicieron bien los occidentales en desconfiar desde entonces de Rusia.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España




 

viernes, 1 de abril de 2022

RECONCILIARSE CON MARRUECOS

RECONCILIARSE CON MARRUECOS

 

          Madrid, 01-04-2022

                                (Lectura rápida 😊)              

 

     


Tan satisfecho quedó el Rey de Marruecos con la misiva que le dirigió el Presidente del Gobierno español en marzo, ratificando o modificando, según quien comente, la posición de España sobre el Sáhara Occidental, que decidió invitar a Sánchez para una cena de ruptura del ayuno diario del Ramadán que ahora empieza. Es importante esta invitación a un acto religiosamente simbólico, que tendrá lugar pronto, según señalan, y una oportunidad de aclarar cosas.

 

En efecto, mucho ruido se hizo en España sobre una supuesta garantía marroquí de la integridad territorial española. Si la carta a Mohamed VI es de Sánchez, como lo es formalmente, esa alusión a nuestra integridad territorial sólo parece un deseo.

 

Si la carta la redactó el Rey alauita, como dicen algunos, firmando Sánchez solo una burda traducción al español de un texto originariamente en francés con, además, inexactitudes como la de considerar que Albares sólo es ministro de asuntos europeos, se podría entender que Sánchez considerase que Marruecos se comprometía a respetar la integridad territorial española de Ceuta, Melilla, Peñones y aguas territoriales canarias con su subsuelo marino y eventuales tesoros.

 

Eso señalaron, según los medios de comunicación, Sánchez en su gira por Ceuta y Melilla y Albares en la Comisión de Exteriores. Podrían, pues, haberse dejado llevar por una ilusión si fuese cierto que el borrador de la carta de Sánchez lo dictaron en el palacio de Mohamed VI.

 

Sin embargo, en Moncloa es donde se ha firmado y, por lo tanto, la referencia a la integridad territorial sólo es de Sánchez. Nada vale mientras Marruecos no lo confirme. Otras fuentes aseguran que el desaguisado de la redacción de la carta es enteramente español.


Como señala el veterano periodista Ignacio Cembrero, buen conocedor de Marruecos, parecería que es el Rey marroquí quien dicta los términos de la “reconciliación” entre España y Marruecos tras los desencuentros que se produjeron a iniciativa del vecino del Sur desde ya 2020 y no solo a raíz de la concesión de Trump en diciembre de 2021, “entregando” la soberanía del Sáhara Occidental a Rabat.

 

Francia y Alemania no han llegado tan lejos. Sólo señalan que la oferta marroquí de una autonomía para el Sáhara es una base para solucionar el conflicto. Sánchez ha dado un paso más admitiendo que esa oferta es la base “más” seria.

 

Lo paradójico de esta cuestión, en la que en Madrid parecen haber perdido las formas, esenciales en diplomacia y relaciones internacionales, así como en el ámbito nacional, es que el realismo lleva a reforzar un giro que bien pudo darse ya con Zapatero al reaccionar positivamente a la oferta marroquí de 2007, siendo seguido luego por Rajoy.

 

En todo caso, da igual que el “giro” sea de entonces o de ahora. Lo importante es que se dio o se ha dado, en el pasado o hace poco, y que es la posición del actual Presidente del Gobierno mal que le pese a los de Podemos, afectados por la decisión por el mero hecho de seguir en ese gobierno progresista por amor a las poltronas a pesar de oponerse, según aseguran incoherentemente.

 

La reacción, generalmente de pocos vuelos de los políticos no gubernamentales, ha dejado aislado al PSOE, si bien sabemos que ninguno que llegue al Gobierno de la Nación dará un paso atrás. Esa es su inconmensurable vergüenza, un escaso consuelo para los que apoyan a Sánchez y su, asimismo, pobre actuación en esta cuestión debido a las formas que no arropan al fondo y lo debilitan.

  

No deben, pues, de extrañarse en Moncloa de que caigan las críticas como chuzos de punta. Queda que Sánchez traiga de Marruecos en sus alforjas estas garantías territoriales porque, de lo contrario, se podrá argumentar que se intentó engañar gravemente a los españoles.    

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España