EL CAMARADA
DERROTADO
Madrid, 26-03-2022
(Lectura rápida 😊)
Putin ha sido derrotado. El objetivo de controlar Ucrania en dos días e instalar un gobierno títere fracasó enseguida. El de matar a Zelensky, apresarle o hacerle huir, zozobró. Fallaron aquellos que querían “extraerle” a algún país occidental al frente de un gobierno en el exilio porque eligió morir con las botas puestas. Solo tiene éxito la guerra terrorista rusa contra la indefensa población ucraniana.
Los generales rusos convirtieron edificios civiles en objetivos militares. Los que justifican a Putin solo por haberse pasado de la raya (!) estarán satisfechos cuando Rusia consiga que Ucrania renuncie a la OTAN, ceda el Donbas y acepte la usurpación ilegal de la costa del Mar de Azof que une el Donbas con Crimea, ya usurpada en 2014.
Victorias del camarada Putin, macho alfa. Fue
miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). El fascismo/nazismo
también llamaba camaradas a sus afiliados. Al pasar Putin de la extrema
izquierda a la extrema derecha, sigue siendo un camarada.
Los
generales rusos sostienen ahora, falsamente, que todo lo que han hecho para
controlar Ucrania instantáneamente y colocar al frente del país “hermano” a un
amiguete no fue más que una maniobra de diversión para impedir que el ejército
ucraniano se hiciera con el control del Donbas donde los rusos quieren
concentrar ahora su atención. Veremos, porque su
credibilidad es inexistente. Planes “B”, “C” o lo que sea. ¿Dos
Ucranias, la del Este y la del Oeste?
Todos
esos crímenes de guerra para acabar retrocediendo con el rabo entre las piernas
y pretender haber desnazificado Ucrania cuyo Presidente es judío. Un discurso hipócrita que sólo pueden aplaudir los
partidarios de Putin en Rusia y otros lados. Afortunadamente, no ha
recurrido a armas de destrucción masiva. Sin embargo, un Putin acorralado es
capaz de usarlas o de atacar un país aliado para revolver más las aguas buscando
alguna ganancia. ¿Le frenarían sus generales?
Debiera
volver la diplomacia, pero igual Moscú no podrá imponer a Kyiv todos sus
términos. La heroicidad ucraniana está siendo victoriosa no solo frente a los rusos,
sino también de cara a quienes desde sus cómodas butacas burguesas alejadas de
Ucrania preferirían que capitulase ya con las condiciones rusas mientras los
derrotistas pretextan salvar vidas para mejor rendirla a Putin.
Todos
los satélites espías mundiales habrán registrado la ineficacia militar rusa. No
se mantiene el ritmo necesario para su imperialismo, pero éste será inasequible al desaliento y volverá por sus fueros.
Sin perjuicio de renovar, si fuese posible, viejos acuerdos de coexistencia y
de ampliarlos con nuevos, la UE y la OTAN
deberán mantener sus esfuerzos en defensa. Asomaron las orejas del
diablo.
Mientras Putin siga mandando y Rusia un país no democrático, Moscú deberá considerarse con gran desconfianza. Sin esos cambios y el respeto al Acta Final de Helsinki que garantiza la soberanía de todos los países del área euroatlántica, será difícil poder entenderse con Moscú. Y no por culpa occidental.
No
son los cimientos del mundo post guerra fría los que han de cambiar, es el respeto a los compromisos adquiridos y rotos por el
Kremlin. Esperemos que Naciones Unidas recobre su rol por la paz y
que su Secretario General pueda ser más activo. ¿No debiera mediar en nombre de
todos? Erdogán lo hace. Veremos qué dan las negociaciones entre Ucrania y Rusia
en Turquía.
Cuando
España quiso ingresar en la Unión Europea nos dijeron que había que permanecer
en la OTAN al ser la defensa de la Unión.
Los países del Este candidatos a la UE tenían esa lección aprendida y el
aliento ruso en el cogote. Pretender que la OTAN no se ampliara a Polonia y
compañía solo lo dicen egoístas insolidarios que no son polacos o rumanos. La
independiente Alemania oriental (RDA) entró en la UE y la OTAN al integrase en
la Alemania occidental (RFA). ¿Podía negarse lo
mismo a los demás países del Este?
¿Hubiera Rusia invadido Ucrania si fuese de la OTAN? Se le ofreció ingresar en 2008. Nada se hizo luego por no provocar al oso ruso. Parecía lo más prudente, pero la invasión de Putin, injustificada, como señala Sánchez, alimenta la duda.
Carlos Miranda, Embajador de España