viernes, 24 de septiembre de 2021

LA UE: ¿NINI" INTERNACIONAL

 

LA UE: ¿“NINI” INTERNACIONAL?

 

           Madrid, 24-09-2021

                                     (Lectura rápida 😊)


               


 El nacimiento de AUKUS, un nuevo polo de seguridad entre Australia (A), Reino Unido (UK) y EEUU (US), sorprendió a todos, especialmente a los franceses. Hace tiempo que EEUU sabe que, superada la Guerra Fría y la confrontación con la URSS, el adversario global más peligroso para su supremacía es China.

 

El enfrentamiento con la Rusia soviética fue esencialmente ideológico y militar. Perdieron el comunismo y la economía dirigida desde el Estado. La pugna con China es de otro carácter. Tecnológica, económica, comercial, de influencias, pero no deja de tener una vertiente militar. Esta confrontación viene incubándose desde los años ochenta del siglo pasado, cuando la China comunista adoptó el capitalismo, incrementándose exponencialmente a partir de entonces su potencial militar y tecnológico.

 

China puede llegar a ser tan importante como los EEUU, o más. En el espacio exterior, colonizando y explotando cuerpos del sistema solar, en nuestro planeta, dominando o monopolizando avances tecnológicos con repercusiones económicas.

 

La eventual preponderancia de esta China no sólo inquieta en Washington, también en capitales de países democráticos, pues a pesar de los defectos e inconvenientes que pueda tener el predominio estadounidense, con una China dictatorial sería peor. La pugna entre Beijing y Washington también tiene su coloratura ideológica y quienes prefieran el socaire chino es que no deben de dar importancia a los valores democráticos.

 

Cabe intentar estar entre medias. Reeditar el no alineamiento de la Guerra Fría. Más bien una hipocresía oportuna, porque, entonces, sus componentes euroccidentales, como Suecia, no hubieran sobrevivido a una victoria de la URSS, al igual que otros europeos obligados a ser neutrales, como Austria (condición para la retirada de las tropas rusas tras la Segunda Guerra Mundial) o Finlandia (limítrofe del peligroso oso ruso que se quedó con media Karelia suya en 1944).

 

Europa debe preservar la relación transatlántica, no solo por motivos históricos, sino también geográficos, culturales, lazos familiares, lingüísticos, de seguridad, militares y democráticos. Los habrá que preferirán seguir la estela rusa o China, incluso renegar de los EEUU, pero, ello, no parece realista ni provechoso. No obstante, los europeos y la UE mantienen al respecto una postura a veces ambigua a la vez que impotente.

 

Se ha percibido claramente con el final afgano en el que muchos europeos no han dudado en criticar a los americanos, unos con inquietud, otros con fruición, algunos irresponsablemente. Biden sería el hermano gemelo de Trump y los EEUU, además de no tener en cuenta a los europeos, acabarán, añaden, dejándonos tirados.

 

Depende. Frente a una Rusia insatisfecha e intimidante, EEUU se mantiene en la OTAN, la alianza que define los que podrían contar con Washington. Ahora bien, desde Clinton (hace casi 30 años) los EEUU piden a los europeos que hagan un esfuerzo por su propia defensa ya que, si bien durante la Guerra Fría los gastos militares para el teatro europeo estaban equilibrados a ambos lados del Atlántico, esta relación pasó a ser después de un 75/25 a favor del americano. El actual baremo referencial, comprometido por todos los aliados, es el de invertir en defensa al menos un 2% del PIB. Pocos lo hacen y los demás, como cualquier mal alumno, encuentran toda clase de pretextos.

 

En el plano estratégico, no se ven suficientes obras que justifiquen los amores y suspiros por una UE integrada y hasta Federal. Tras el surgimiento de AUKUS y, sobre todo, la cancelación del contrato comercial de Australia con Francia sobre los submarinos, Michel y Von der Layen, Presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión, arman un gran revuelo como si fuesen sabuesos franceses. Es verdad que Francia forma con Alemania la clave de bóveda de la Unión. Muchos decibelios comunitarios contra Biden, calificado incluso de “traidor”, justificados en que, recientemente, en el G-7, los líderes occidentales acordaron en sus debates estar muy unidos frente a China, pero con reducida carga de razón europea.

 

En efecto, Europa ni gasta lo que debiera en su propia defensa, ni pone seriamente en marcha su Defensa Europea, que solo saca del armario como una gabardina cuando llueve, ni es capaz de integrarse en un Estado Federal, casi condición previa para una verdadera Defensa Europea, ni le suele gustar ayudar al americano fuera de las fronteras de la Alianza Atlántica, ni parece partidaria de involucrarse militarmente en el Pacífico.

 

EEUU necesita aliados por esos lares donde china inquieta en términos militares. Beijing se está armando, sigue siendo una amenaza para Taiwán, se apropia de aguas marítimas en el Mar de China Meridional, amplía unilateralmente sus espacios aéreos e interfiere en la libertad de navegación. Inquieta no solo a los EEUU, sino también a Japón, Corea del Sur, Filipinas, Vietnam, India o Australia.

 

En el Sudeste Asiático EEUU puede contar con FIVE EYES, un acuerdo de informaciones reservadas entre cinco países anglosajones, EEUU, RU, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, así como con QUAD, en el que EEUU, Japón, Australia e India tratan cuestiones estratégicas. AUKUS, es un desarrollo coherente con la creciente inquietud australiana por el expansionismo chino y que un RU “brexitado” necesita pegarse a su primo americano, así como a su antigua colonia.

 

La cuestión de los submarinos es la guinda que amarra a una Australia hasta ahora ambigua a pesar de su preocupación. ¿Quién puede negar la superioridad de unos submarinos de propulsión nuclear respecto de los convencionales franceses cuya compra ha cancelado Camberra de conformidad con las cláusulas del contrato? ¿Por qué no se consideraron submarinos franceses de propulsión nuclear? Con los enormes océanos Pacífico e Indico, que rodean Australia, ofrecen mayor autonomía en inmersión además de ser más silenciosos.  Fuentes australianas también señalan que los submarinos americanos solo necesitan una carga de combustible nuclear en su vida útil.

 

Francia se ha llevado un bofetón a ocho meses de la elección Presidencial. De ahí la airada reacción de Macron, pero puede que se olvide de ello antes que después por la misma razón. Este fracaso es también europeo porque, en defensa, Europa necesita de Francia, única potencia de la UE con armas nucleares. Por cierto, Suiza acaba de elegir al F-35 americano, descartando al Rafale, el avión de combate francés. Luto galo.

 

¿Qué va a hacer, ahora, la UE? ¿Qué va a hacer Francia? ¿Y España? ¿Palabrerías? ¿Serán capaces de reconvertir los “ninis” señalados en respuestas verdaderamente positivas? ¿Habrá alguna aportación constructiva al respecto en el nuevo Concepto Estratégico que la Alianza Atlántica aprobará en 2022 en España?

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

viernes, 17 de septiembre de 2021

POST AFGANISTÁN

 

POST AFGANISTÁN

 

 

              San Juan de Luz, 17-09-2021

                                   (Lectura rápida 😊)


       

Tras la victoria relámpago talibán sobre el ejército afgano, sin voluntad de luchar tras la decisión americana y occidental de marcharse, no hay otra que reconocer una derrota. ¿Es el fin del mundo, el del Imperio Washingtoniano, la decadencia definitiva del pensamiento occidental?

 

No forzosamente, aunque sí la congelación de la doctrina del “nation building", como admite Biden. Los occidentales no deben ya intentar imponer sus valores con las bayonetas. Sus postulados podrán impactar y transformar otras sociedades, pero sólo si son asumidos internamente.

 

Sin embargo, los EEUU y los occidentales no van a renunciar a intervenir militarmente si sus intereses son amenazados o atacados. Tampoco otros países. Si se trata de intervenciones expedicionarias, serán más limitadas a objetivos militares, más cortas, más de retorsión. Se seguirá apoyando a aliados locales o a gobiernos amigos en el mundo en desarrollo, pero se confiará menos en sus militares tras el fracaso del ejército afgano, armado hasta los dientes por Washington.

 

La ocupación de un teatro de operaciones tenderá a ser breve. No se pueden asumir desgastes de 20 años. Operaciones como la de Libia, sin “boots on the ground”, serán más tentadoras, sin perjuicio del posterior caos que puedan dejar como sigue ocurriendo en el país norafricano donde la OTAN cumplió con lo requerido por los gobiernos aliados, que son sus “dueños”, que pensaron que no se podía permitir un baño de sangre en Bengazi, favorable a una democratización libia, pero sin ocuparse de preparar un futuro.

 

El deseo de establecer una Fuerza de Reacción Rápida europea de unos cinco mil efectivos para no depender de nadie en una operación como la evacuación de Kabul subraya que lo militar seguirá siendo parte de las soluciones. ¿Esta FRR europea podría dar, asimismo, un renovado impulso a la Defensa Europea? Esa es otra cuestión. Importante, sin duda, y relacionada con la Alianza Atlántica, así como con la capacidad de disponer de una disuasión nuclear basada en la francesa.

 

La constitución de un núcleo en materia de seguridad en el Pacífico entre EEUU, Reino Unido y Australia, que, por ello, ha cancelado la compra a Francia de 12 submarinos de propulsión convencional para surtirse de unos de propulsión nuclear proporcionados por sus primos anglosajones, más apropiados dada la inmensidad del Pacífico y del Indico que rodean a Australia, subraya, una vez más, que la Unión Europea debe integrarse mucho más y organizar una defensa propia creíble. ¿Es ello verdaderamente posible? ¿Debiera circunscribirse al entorno europeo, mediterráneo y atlántico o ser más ambiciosa?

 

La involucración occidental en Afganistán no fue inútil porque durante 20 años ese territorio dejó de exportar terrorismo. Además, ciertas semillas favorables a los derechos humanos están sembradas. Asimismo, los talibanes saben que retar a los occidentales tuvo un coste importante para ellos.

 

Cuando Rusia abandonó Afganistán, la patata caliente acabó más tarde en manos americanas y occidentales. Ahora volverá en parte a las de Rusia como a las de China, ambos con poblaciones musulmanas a disgusto. Esos dos países ya no son espectadores de segunda fila en Afganistán. Por otra parte, Pakistán siempre ha tenido un estrapontín regional y ahora seguirá manejando tramoyas complicadas. No se olvide que Bin Laden se refugió allí, cerca de una importante instalación militar, y que las regiones autónomas paquistaníes junto a la frontera afgana están trufadas de talibanes pastunes radicales.

 

La Unión Europea debiera de poder jugar un papel importante en Afganistán. Está en condiciones de entablar una relación con el reinstalado Emirato talibán para proteger a nacionales occidentales y a aquellos locales que colaboraron con nuestros países. ¿Debe condicionarse al respeto de los derechos humanos? ¿Tenemos, los occidentales, relaciones sólo con países que respetan esos derechos?

 

Este Afganistán puede seguir siendo un foco de exportación de su islamismo radical y un posible santuario de terroristas yihadistas y evitarlo sigue siendo prioritario. Asimismo, un centro de exportación de opio. Esto último no se remedió ni cuando los occidentales estaban allí. La Comunidad Internacional seguirá teniendo que ocuparse de Afganistán.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 10 de septiembre de 2021

INDEPES EN VENTA

 

INDEPES EN VENTA


            Madrid, 10-09-2021 

                                    Lectura rápida 😊

 

        

Cataluña no fue conquistada en 1714 por los castellanos y reducida al colonialismo. No tiene sentido, pues, que se ejerza autodeterminación alguna en ese territorio que siendo parte del Reino de Aragón se unió al de Castilla en el siglo XV para formar España antes de reconquistar Granada, último reino musulmán en tierra peninsular.

 

Algunos catalanes fueron históricamente revoltosos. ¡Como en otros lados! En el marco del Principado y en el de Aragón. Nada verdaderamente nuevo en este mundo. A partir del XIX el surgimiento del romanticismo alentó los nacionalismos al tiempo que la revolución industrial fomentó, al igual que en el País Vasco, una inmigración de otras partes españolas provocando, probablemente, una introspección cultural y política ante ese flujo de gente extraña, de lugares que no conocían la lengua ni aspectos específicos del localismo catalán o vasco. Eso sí, permitieron un desarrollo económico y el enriquecimiento de sus burguesías.

 

Los flujos de poblaciones producen a veces actitudes de rechazo a los inmigrantes, pretendiendo desposeerles de su propia identidad para sustituirla por la de los nativos, únicos en tener derecho a estar establecidos en el territorio, sin perjuicio de que los nuevos en llegar acaban asimilándose, aunque no siempre sólo en las condiciones deseadas por sus anfitriones.

 

Cataluña y el País Vasco son tierras de emprendedores, de empresarios, de comerciantes. Pero, en el resto de España se han reforzado esas categorías. Difícil pretender hoy en día que en otras partes no haya quienes tiran del carro económico sin perjuicio de que Madrid y Cataluña sean las dos locomotoras principales. La interdependencia regional para el desarrollo y el progreso es actualmente mayor y más equilibrada en nuestro país integrado, además, en Europa y parte de un mundo global.

 

Muchos señalaban que el apoyo del Gobierno central a la ampliación del aeropuerto de Barcelona, con su enorme financiación, así como a unos Juegos Olímpicos de invierno en el Pirineo catalán, con, todo ello, una importantísima creación de empleo, retrasaría una década los planes de los independentistas. Una ampliación aeroportuaria con, sin embargo, una polémica medioambiental, como en Barajas, aunque minusvalorada, pero por la que el separatismo parecía dispuesto a dar una tregua.   

 

Logro de Sánchez, parecía, porque es tiempo ganado, aunque entregar competencias y dinero ya lo hicieron otros Presidentes del Gobierno, pero ello subraya que en la parte política debe ser firme porque, en definitiva, con propinas de entidad los indepes solo hacen pase negro en espera de la siguiente oportunidad.

 

¿Pagar para que se callen es, pues, la “conllevanza orteguiana”? Más autonómicos que catalanes y vascos no se puede ser. Pero, si de lo que se trata es de soltar dinero, las consecuencias parecen evidentes: hay que retocar la financiación de todas las CCAA y no solo entregarse a los más nacionalistas y hay que ser rigurosos en la estructura constitucional, revisable, mejorable, pero que, si se hace, y debiera, tiene que reforzar la españolidad del entramado general.

 

A partir de ahora veremos cómo sigue resonando, tras la Diada, el diapasón independentista en la Mesa de Diálogo y la fortaleza gubernamental ante demandas desmedidas de quienes saben que su proyecto es inviable haciéndonos perder, a todos, dinero y tiempo. ¿Será que Cataluña nos roba la hora?

 

Se acerca la segunda reunión de la Mesa de Diálogo con varias incógnitas: ¿Qué agenda? ¿Asistirá Sánchez? ¿Referéndum de independencia en 2030? ¿Amnistía? ¿Se iniciará la semana próxima o se retrasará a octubre, tras el Congreso del PSOE? ¿Qué ofrece Aragonés? ¿Lealtad constitucional?

 

Sin embargo, las disensiones internas del catalanismo acerca del futuro del aeropuerto barcelonés han provocado una bienvenida entereza en Madrid, aparcando los fondos para su ampliación. Los indultos no debieran salir gratis. Por otra parte, Yolanda Diaz, unida a Ada Colau, ha escenificado la propia desunión del Gobierno de la Nación en esta cuestión, subrayando la vertiente medioambiental y dejando a Sánchez sin alma verde, apropiada por la gallega en detrimento socialista. ¡Ojo a los rojiverdes!

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

viernes, 3 de septiembre de 2021

MEDIO GOBIERNO

 

MEDIO GOBIERNO

  

          Madrid, 03-09-2021

                                        (Lectura rápida 😄)

               

       


Este Gobierno de la Nación en coalición es una primicia en nuestra democracia post-franquista. Los problemas de coordinación que sufre eran, señalaban muchos comentaristas, fruto del rodaje, pasando lo mismo en otros países.

 

Las coaliciones suelen tener un documento contractual para armonizar un programa de gobierno, lo que no impide que surjan discrepancias fruto de interpretaciones divergentes del documento o de las fluctuaciones de la realidad política.

 

Este Gobierno de coalición debiera ya de estar rodado. No obstante, los problemas entre los dos coaligados siguen siendo profundos hasta el punto de que la sensación inicial de tener dos gobiernos en uno no se ha remediado.

 

Distintos indicios lo recuerdan frecuentemente. Uno reciente fue la reacción del gobierno de Podemos ante la decisión del gobierno del PSOE de proceder a la repatriación de cientos de menores no acompañados marroquíes que se introdujeron en Ceuta al amparo de la invasión de inmigrantes fomentada desde Rabat a la ciudad española como represalia a la temeraria admisión en España del jefe polisario Ghali por González Laya para ser atendido médicamente, una persona que para Rabat es su peor enemigo y al que considera un terrorista.

 

La ministra Belarra, de Podemos, de la plena confianza de Iglesias que, dicen, retornará como comentarista político, le dirigió a Marlaska, independiente cercano a Sánchez, una dura misiva acusándole de estar violando la legalidad con estas repatriaciones.

 

Interior tiene sus argumentos, y Ceuta también, intentando con estas devoluciones volver a la situación previa a la incursión alentada por Marruecos. La Fiscalía abrió diligencias y el Defensor del Pueblo, así como organizaciones especializadas, exigieron que cesaran estas deportaciones. Sin embargo, la Justicia no las ha censurado, al menos por ahora, por lo que el Presidente ceutí, Vivas, Marlaska y Sánchez forman en esto una piña transversal. No obstante, hay otros importantes puntos de fricción intragubernamental como el coste de la luz, limitaciones a precios de alquileres, o el SMI, por sólo citar tres de ellos.

 

Vistos los desencuentros entre socialistas y podemitas, más que dos gobiernos en uno lo que hay es un Gobierno con oposición incluida. El ciudadano puede, así, ver las disensiones en el Ejecutivo y no sólo en el Parlamento, sin olvidar la frecuente suplantación de hecho de este último por redes y medios de comunicación. Tiene ello su ventaja vista la esperpéntica oposición de Casado, casi un “aliado objetivo” de Sánchez.

 

La remodelación de julio pasado fue solo del gobierno del PSOE, no del de Podemos, que no se dejó hacer. Sánchez solo pudo modificar el suyo propio. Bien es cierto, que el PSOE controla casi todos los ministerios principales.

 

Una incógnita es hasta cuando durará esta situación. Tiene muchas papeletas para llegar hasta el final de la legislatura, pero no es descartable que Podemos se divorcie previamente. Sus argumentos electorales para desmarcarse del PSOE están ya a pleno rendimiento y puede que se descuelguen antes del final para superar el desgaste de sus propias poltronas. Sánchez podrá, quizás, aguantar sin esa muleta hasta la fecha tope legislativa en el segundo semestre de 2023, el de la Presidencia española de la Unión Europea, una incomodidad si no hay Gobierno en Madrid. Podría, asimismo, adelantar los comicios, pero eso es siempre un riesgo.

 

Lo que parece a salvo es la Cumbre aliada en España que tendrá lugar en la primavera de 2022. Una Cumbre importante por tener que elegir a un nuevo/a Secretario/a General (¿Secretarie General?) y aprobar un nuevo “Concepto Estratégico”, documento-guía esencial aliado, que sustituya al actual de 2011. La debacle en Afganistán lo hace aún más perentorio, así como que los europeos avancen en materia de su propia defensa con estructuras apropiadas y más medios, estableciéndose, asimismo, una oportuna relación en estas cuestiones entre la UE y la OTAN.

 

Tras esa Cumbre aliada podría empezar verdaderamente la incertidumbre política interna, si bien igual Podemos podría descolgarse en vísperas de la misma, una manera de intentar torpedearla, aunque, en todo caso, será objeto, con su aval, de manifestaciones contrarias.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España