INDIGESTIÓN MARROQUÍ
Madrid, 11-04-2022
(Lectura rápida 😊)
El
jueves pasado rompió Pedro Sánchez el ayuno del Ramadán junto a Mohammed VI. La
invitación fue un gesto importante por lo sagrado de la circunstancia. Tomaría Sánchez
la harira, una sopa tradicional para comer tras ponerse el sol, así como otros
manjares de la suculenta gastronomía Magrebí,
de lo poco que une aún a Marruecos con Argelia, dos hermanos profundamente
separados.
Por ello transitan inmemorialmente el uno cerca de Washington y el otro de Moscú a pesar de que junto a la Moscova ya no se ensalce el marxismo leninismo, ni siquiera el “light” de Gorbachov, sino una mezcla fascistoide del imperialismo de “las Rusias” con la complicidad de la Iglesia Ortodoxa de Moscú cuyo Patriarca bendice al monstruo de Putin.
La
invitación a cenar fue precedida de una carta de Sánchez al Rey marroquí mal
redactada en la que su firmante no recuerda si su ministro Albares lo es de
Asuntos Europeos, como dice, o de otra cosa. ¡Menudo
bochorno! Incluso si, como algunas
fuentes serias cuchichean, la carta es obra de antiguos responsables
socialistas, ya que, al firmarla, Sánchez se responsabiliza de su contenido.
Otros
creen que es una pésima traducción de un borrador original en francés. Esperemos
que la estudien en la Escuela Diplomática para evitar otro ridículo. No se libra, tampoco, Marruecos de torpezas al
poner la bandera española boca abajo entre el Rey y Sánchez. Tales para cuáles.
La
carta ensalza la solución ofertada por Marruecos en 2007 sobre la cuestión del Sahara
Occidental, proponiendo una autonomía saharaui en el seno marroquí,
considerándola “la base más seria, creíble y realista” para resolver el
contencioso, y puede que lo sea si los saharauis
lo aceptan y Naciones Unidas lo
bendice. Postura compartida por otros países socios o aliados como Francia,
Alemania o EEUU.
España
siempre fue favorable a un referéndum de autodeterminación, un imposible, y con
esta postura nueva da un giro. ¿Ahora o tras 2007 con Zapatero y luego Rajoy? Pocos parecen saberlo, y, aunque ahora critique
a Sánchez, el PP no modificará esta posición
cuando gobierne.
Sea
giro, aclaración o recordatorio de una postura ya adoptada, el Congreso dejó solo a Sánchez antes de viajar a Rabat.
Desde sus amigos Frankenstein, que casi nunca coinciden con él en el seno de la
coalición, y ello sin pestañear, hasta la extrema derecha pasando por el centro
y la derecha. Ello tiene una causa: Sánchez
no informó ni consultó con nadie antes de enviar ese bodrio de carta.
Sánchez volvió de Rabat con una constructiva “Hoja de ruta
común” que revitalizará las relaciones bilaterales, pero que nada dice acerca del respeto marroquí de la integridad
territorial española, según explicaron, por propia iniciativa,
Sánchez en Ceuta y Melilla y Albares en la Comisión de Exteriores.
¿Puede inferirse del segundo punto del comunicado conjunto?:
“Los temas de interés común serán
tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a
actos unilaterales o hechos consumados”. ¡Un humorista diría que solo asegura que hablarán con nosotros antes de invadir
territorios españoles!
En
España se cree que los políticos mienten como
bellacos y eso les anima a
mayores engaños. Sánchez nos tomó el pelo afirmando que nunca gobernaría con
Podemos. ¿No será más grave asegurar tener inexistentes
garantías de un Estado extranjero?
Puede
que sea tomar a los españoles por necios
y jugar
con el fuego ya que en Rabat
pensarán que España, bien presionada, cede y lo vende en casa de cualquier
manera porque a los españoles se les confunde con facilidad.
Carlos Miranda, Embajador de España