viernes, 30 de julio de 2021

A VUELTAS CON EL CONSTITUCIONAL

 

A VUELTAS CON EL CONSTITUCIONAL

 


          Madrid, 30-07-2021

                                (Lectura rápida 😊)

 

      

El veredicto del Tribunal Constitucional acerca del Estado de Alarma ha sido un bombazo. Por el fallo y sus votos particulares; por como lo han acogido unos y otros; y por sus consecuencias. Para comentarlo con pleno entendimiento conviene ser un verdadero jurista, pero algunas consideraciones son posibles desde una perspectiva política o de mero ciudadano.

 

Para empezar, lo de siempre. Si el fallo es lo que uno quería, los jueces son imparciales y estupendos. De lo contrario, están ciegos, no son independientes, no apartan sus prejuicios. Ni siquiera son demócratas. Pueden ser, incluso, “comunistas” o “fascistas” (“franquistas”, vale también). Todo, según el color con que se miran las cosas. No quita que algunas podrían ser evidentes para un ciudadano impasible.

 

En España, cada cual tiene una sólida opinión que ningún argumento podrá desbaratar. Los jueces están divididos. Los políticos también y, los ciudadanos, desconcertados muchos de ellos. ¿Qué pueden hacer? ¿Quién está en condiciones de opinar? Casi nadie, y el que no lo admite aprieta un botón donde sea y le sale enseguida una opinión a medida de lo que piensa, hasta jurídica.

 

¿Es mejor Messi, Ronaldo o Mbappé? La respuesta la conoce cualquiera y, si la suya es diferente, es que usted, “Cher Monsieur”, no sabe de fútbol, ni de sentencias judiciales, por añadir algo. La cosa está en que para los ignorantes el asunto tendría que ser sencillo.

 

En primer lugar, hay una sentencia del Tribunal Constitucional. Es un Tribunal muy alto, muy serio y formado por juristas de gran categoría. “Pero, no estaban todos de acuerdo”, señala un disgustado. Ya, pero, en esas situaciones votan, una fórmula democrática.

 

En segundo lugar, han señalado, por seis votos contra cinco, que el Estado de Alarma no es el apropiado para controlar una pandemia y apuntan que el de Excepción protegería mejor a los ciudadanos. ¿La mayoría de estos Jueces quisieron fastidiar al Gobierno? ¿Piensa usted eso de los jueces? No me apunte a esa opinión. Su rol es el de proteger a los ciudadanos. Entre otras cosas, de las intenciones de nuestros políticos cuando no se ajustan a derecho porque, de derecho, de verdad, no sabe casi ninguno.

 

Si vuelve otra pandemia, si ocurre algo que requiera decidir qué puede hacer o no la población sin coartar sus derechos, o los mínimos necesarios en beneficio del colectivo, ¿Qué harán nuestros políticos? ¿Emplear de nuevo el Estado de Alarma? ¿El de Excepción? ¿El de Sitio? Ellos sabrán (en realidad, saben muy poco).

 

Lo que parecería lógico a bastantes ciudadanos es que, en lugar de tirarse los trastos a la cabeza, como siempre, en vez de insultar a los jueces, o de desprestigiar aún más las Instituciones, Constitucional incluido, se pusiesen de acuerdo Gobierno y oposición para legislar una norma adaptada a una pandemia.

 

Desde marzo de 2020 han tenido tiempo sobrado. ¡Hasta Carmen Calvo se dio cuenta de ello cuando era Vicepresidenta! Favoreció una legislación adecuada, pero (siempre hay un “pero” con los políticos) resultaba que, según se puede leer en diversos medios, no era fácil poner de acuerdo a todo el mundo, incluidos los que apoyan al ejecutivo Frankenstein. ¿Entonces, para qué sirven los políticos?

 

Calvo volvió sin pena ni gloria a su escaño y con esta cuestión, con más pena que gloria. Pero Sánchez y Casado siguen por ahí, matraqueándose recíprocamente. ¿Harán algo? Nada. Tampoco parecen servir. Como sigan así, igual nos dan un susto. Además, el populismo, de derechas o de izquierdas, rechaza las Instituciones de una democracia, busca su anulación, su hundimiento, pudiendo provocar tsunamis … ¡Ojo!

 

¿Tranquilizará, sin embargo, la revelación paulista de que España es “multinivel” (antes plurinacional tras ser nación de naciones)? ¿Como un almacén tipo Corte Ingles? ¿Es eso, por ejemplo, Urkullu cobrando antes de ir à Salamanca, reconvertida en rápido Oráculo Presidencial mientras Aragonés ningunea a todos? El nacionalismo vasco y catalán quiere imponer un cambio constitucional fáctico. Ni España Autonómica ni Federal, una Confederal para progresar más hacia su independencia. ¿Un proceso balcánico? Moncloa, con emoticono sonriente. ¡Más ojos bien abiertos!



Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

 

viernes, 23 de julio de 2021

ARDE LA IGLESIA

 

ARDE LA IGLESIA

      (no solo)

 

       Toñanes 23-07-2021

                                  Lectura rápida 😊


     


La Iglesia ya no quema a heréticos y discrepantes. No por ello estima que no haya premio y castigo. El respeto a los mandamientos divinos conlleva su punición si no se atienden. La Iglesia tiene sus penas y han de cumplirse para la remisión de los pecados. ¿Tiene ello excepciones? Naturalmente, y si la decisión viene de arriba, más claro. O menos ...

 

La Iglesia representa a Dios. Más bien, su Vicario, el Papa. Eslabón imprescindible entre lo divino y lo humano, pues nadie niega que la Iglesia es humana. Cuanto más yerra, más humana. Lo que no está siempre claro es cuando acierta y cuando se equivoca. El punto de referencia es, aparentemente, sencillo. Lo que es de Dios, es suyo y lo del Cesar debe entregarse a este último. Dios no hay más que uno. Hasta los ateos lo saben. Pero, Césares hay muchos. Lo saben bien los Papas.

 

La Iglesia es universal. Sin embargo, también es nacionalista. Bendice a los combatientes de cada ejército enfrentado y pide por sus respectivas victorias. En el País Vasco lo vivieron. ¿No favorecieron a etarras? Eso sí, los funerales, iguales para todos, aunque no siempre opinan así según qué víctimas.

 

No sorprende, pues, que en Cataluña la Iglesia se decante a favor de los indultos a los sediciosos del “procés”. Si el Buen Ladrón fue directo al cielo, otros también. Salvo que el Buen Ladrón pidió previamente a Jesús que se acordara de él. Un arrepentimiento.

 

Menos claro está que todos los obispos españoles apoyen estos indultos. Eso sí, apoyan un diálogo. ¿Quién no apoya un diálogo? Menos claro es si para un diálogo es necesario indultar previamente. Si antes es el diálogo, no hay chantaje para poder pactar. Si el indulto precede el diálogo, se puede dudar de la buena fe del preso liberado. En todo caso, habrá que atenerse a su comportamiento. Lo evidente, siempre salta a la vista. ¡Y vaya si salta!

 

Todo es opinable, evidentemente. Incluso en el seno de la Iglesia. ¡Todos somos hijos de Dios! Eso mismo venía a recordar, hace unas semanas, en El País, un columnista suyo y, asimismo, tertuliano de la SER, Teodoro León Gros.

 

No criticaba los indultos, cuyos efectos se comprobarán más adelante, afirmaba. Su preocupación era que el Gobierno se ha desvelado solo por la sensibilidad de los independentistas y de sus partidarios. De los “otros”, esos que se aferran a su españolidad, ni mu.

 

Haciendo víctimas a los independentistas, argumentaba León Gros, Sánchez está convirtiendo a la mitad no separatista de Cataluña, como al resto de España, en sus verdugos. “Porque, en definitiva, donde hay víctimas, hay verdugos. Y, así,”, continuaba León Gros, “el relato indepe, una vez más, se impone contra toda evidencia. Ahí está la indiferencia con que el Gobierno ha gestionado una declaración del Consejo de Europa equiparando a España con Turquía, que es un precio alto. Aunque no tan alto como fallar a esa mitad de catalanes que una vez más son los perdedores del juego del poder en el tablero de la política”.

 

No se han acordado de ellos ni el Gobierno de la Nación, ni los empresarios estatistas que pretenden vivir del maná europeo con distribución delegada en ese Gobierno, ni, tampoco, la Iglesia, universal, nacionalista y terrenal. ¿Demasiadas cosas a la vez? No se puede serlo todo al mismo tiempo, salvo Dios, naturalmente.

 

La política puede estar hasta en la sopa, pero cobra gran interés cuando empresarios y Obispos meten el dedo en el engranaje. Casado furioso. Sánchez encantado. ¿Y los catalanes que también se sienten españoles?

 

La concordia debería empezar en Cataluña reconociendo a los héroes anónimos, o no tan anónimos, del españolismo. Tratar solo con los separatistas no es aceptable, ni viable.

 

Muchos pueden vivir sin la Iglesia, y, asimismo, sin Biden, como Sánchez, que realiza por EEUU una “gira económica” sin pasar por la Casa Blanca. ¿Para qué? El Presidente americano habla ya con Alemania y Francia. España, a tu turismo y a tus bases.  ¿Vendrán muchas inversiones?

 

Carlos Miranda, Embajador de España





 

 

viernes, 9 de julio de 2021

FUTURO IMPRECISO

FUTURO IMPRECISO


 

          San Juan de Luz, 09-07-2021

               (Lectura rápida 😁)

 

       

 

Tras los indultos a los condenados por sedición que enfervorecieron al Comité Federal del PSOE del pasado fin de semana, podría dibujarse un futuro del que no se da cuenta con plena transparencia.

 

Desde parte del espectro político se afirma tener un “plan” que no se revela con limpidez suficiente, bien porque sus promotores no lo tienen tan claro o bien porque no quieren hablar de los detalles para poder establecerlos como quien no quiere la cosa.

 

Es el de una España Federal y su gurú, aparentemente, Miquel Iceta. El PSOE aprobó en Granada en 2013 una ponencia en este sentido, ratificada por una “Declaración de Barcelona” de 2017 entre el PSOE y el PSC, partido federado al primero pero independiente. Una España Federal es posible y hasta ventajosa si se determinase, pe, definitiva y claramente las competencias federales y las de los federados, terminando con el chantaje constante de sus transferencias.  Ahí está la cuestión, pues con la terminología “federal” se podrá, quizás, tener una idea de ello en ámbitos académicos, pero en el político nos pueden engañar, como tantas veces.

 

La España de las Autonomías es ya bastante federal. Hay, pues, que explicar bien a los españoles sus diferencias con la Federal que se pretendería. Muchos gatos hay dispuestos a coger el sitio de alguna liebre.

 

Desde ese cuadrante político se afirma, incluso a modo de arma arrojadiza, que los del otro lado no tienen ningún plan. Inexacto. Lo tienen y consiste en mantener lo que hay amparado por la Constitución actual, ni más ni menos, votada en 1978, con condiciones muy exigentes para su reforma, necesaria en algunas cosas, aunque no tan claramente en otras.

 

¿Porque, consideran, hay que modificar lo pactado por todos hace más de 40 años debido a que algunos, que propusieron lo que hay, quisieron desdecirse en 2017 hasta tal punto que, unilateralmente, pretendieron romperlo y quieren, ahora, tras haber fracasado, intentar, sin renunciar a la unilateralidad, forzar un acuerdo “bilateral” que, luego, desearán imponer al resto de España, incluido en su propia Comunidad que, cuidadosamente, dividen con pretensiones y falsedades?

 

Otro habrá de ser el ambiente para poder reformar la Constitución tan profundamente sin olvidar la rectificación de la sucesión de la Corona por la igualdad de género y, si nuestros políticos fuesen inteligentes, la necesidad de redistribuir algunas cartas en manos centrales o autonómicas. Lo que hay es mejorable, pero sabemos que lo mejor es enemigo de lo bueno y que, asimismo, puede valer más lo malo conocido que lo bueno por conocer.

 

En el cuadrante “innovador” está la carga de demostrar que lo federal sería mejor, explicándolo con detalle, no según se le vaya ocurriendo a alguno o parezca conveniente enseñar el tobillo o la rodilla. Y en el Parlamento. Mientras no se haga, desde otros cuadrantes no abrazarán cosas que no saben si son el remedio del Doctor Jekyll o el de Míster Hide, a más abundamiento si no desean ningún jarabe o una pócima recetada por otro médico.

 

La Mesa de Diálogo puede servir para una aproximación de unos separatistas con una izquierda nacional y catalana que no lo son, pero sus resultados no podrán imponerse al resto del país y menos aún como un pretendido acuerdo de España con Cataluña. Es un ejercicio político, pero, asimismo, académico si no se convence a una mayoría substancial del país. Podrían, también, haber empezado por concertarse con derecha.

 

Todos los partidos deben esforzarse en tantear reformas que actualicen nuestro esquema constitucional y lo mejoren, pero afirmar que ello es imprescindible no sería tampoco totalmente cierto. Lo que todos acordaron en su día es lo válido, e incluye la unidad de España. Aquellos que quieran modificarlo deben reforzar esto último y no debilitarlo.

 

Mientras, hay lo que hay, y para quienes se lo quieran saltar, tribunales, multas y cárceles. Los indultos son una excepción, pero con este precedente, ¿quién querrá quemarse en el futuro para mantener o restablecer la legalidad? Especialmente cuando los indultados no se dan por satisfechos, pretendiendo aún amnistía e independencia.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

 

  

viernes, 2 de julio de 2021

MEJORAR LA RELACIÓN CON EEUU

 

MEJORAR LA RELACIÓN CON EEUU

 

       02-07-2021

          (Lectura rápida 😁)

 

      
 

Nuestra relación con los EEUU es buena, pero mejorable. El “paseíllo” de Sanchez con un impertérrito Biden en la Cumbre aliada de Bruselas fue revelador. A pesar de que en la OTAN desempeñamos impecablemente nuestro papel de aliado; que contribuimos a numerosas operaciones y ejercicios aliados y a operaciones de paz de la ONU, de la UE y de la propia Alianza; y que, finalmente, favorecemos una Defensa Europea que pueda, a la vez, contribuir a la autonomía estratégica de la Unión y fortalecer el Pilar Europeo de la Alianza Atlántica, no da la sensación de que entre EEUU y España exista una relación relevante.

 

Con el RU fuera de la UE, Alemania y Francia son los interlocutores privilegiados de Washington. Son más importantes que España. Pero, somos la cuarta economía de la UE, algo que debemos de hacer valer incluso en términos políticos. Italia, la tercera economía de la Unión, sabe hacerlo muy bien. Sin embargo, con los EEUU el capítulo de la seguridad es esencial.

 

Hay que ser conscientes, asimismo, de los errores anteriores. Creemos ser un aliado fiable, pero el pasado lo contradice. Recordemos nuestras salidas “express” de Irak y de Kosovo. Además, la manera de hacerlo irritó sobremanera al anunciarse súbitamente, dificultando un relevo ordenado. España debe asegurar que ese proceder se rechaza para el futuro. Si fuese imprescindible evacuar un escenario, tiene que hacerse avisando con tiempo, pero, esencialmente, los compromisos adquiridos por cualquier Gobierno deben ser considerados compromisos del Estado.

 

Otra cuestión que lastra nuestra imagen es la de los fondos que dedicamos a nuestra defensa, y, consecuentemente, a la de nuestros aliados y socios europeos. Somos de los aliados que se gastan menos dinero, sin perjuicio de que pensemos que podemos compensarlo participando en muchas operaciones. Es algo que debe cambiar. Las inversiones en Defensa son a largo plazo. Deben ser consensuadas y mantenidas con constancia.

 

Se trata, pues, de corregir los defectos que hemos evidenciado, pero, asimismo, de hacer valer más nuestras contribuciones a la defensa aliada y europea. No sólo participamos en operaciones militares que contribuyen a la paz e incrementen nuestra seguridad, tenemos en España dos bases muy importantes para el despliegue planetario estadounidense: Rota y Morón. La primera contribuye, además, al escudo antimisiles aliado.

 

España debiera favorecer tres campos de actuación. Nuestra telaraña diplomática en Washington podría espesarse. Ello requiere, probablemente, dinamismo, más despliegue y dinero. No sólo hay que hacerse valer en el seno de la Administración de turno, sino también entre Senadores y Congresistas, además de la prensa y de los importantes “think tanks” que modelan, asimismo, la política exterior americana y la imagen de sus aliados.

 

En segundo lugar, nuestros políticos relevantes y gobernantes han de intensificar su relación con los EEUU. Primero, viajando a Washington para reunirse con la Administración y con el Legislativo. Asimismo, participando en seminarios en materia de seguridad tanto en EEUU como en Europa. Viajar instruye, y permite el establecimiento de vínculos personales.

 

En tercer lugar, convendría que en nuestro país se tenga una consciencia clara de que somos un país occidental y que es necesario que los occidentales estemos unidos en defensa de nuestros intereses y valores. Somos parte de la Unión Europea y esta tiene una relación especial con los EEUU y Canadá, fruto en buena medida de tres hitos: las dos Guerras Mundiales y la Fría. A España le cogieron de refilón, pero son nuestros socios y aliados y hemos de asumir la importancia que dan al vínculo transatlántico si es que no somos capaces de dársela nosotros mismos.

 

Es necesario que la opinión pública entienda que el liderazgo americano deriva de su propia entidad e importancia. No es, pues, al país imperial al que hay que reverenciar. Es, ni más ni menos, que el país más importante en nuestras filas occidentales. No implica ello servilismo ni obediencia ciega. Los intereses de cada cual a cada lado del Atlántico son a veces divergentes, en esencia o en las políticas por aplicar. Eso es una realidad con la que operar, preferentemente con diplomacia. Los EEUU respetan a quienes debaten con ellos con argumentos válidos, se sacrifican por el bien común y aportan en abundancia contribuciones válidas.

 

La Cumbre de la Alianza el año que viene en España nos brinda una oportunidad para mostrar claramente donde estamos en el tablero internacional.   

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España