viernes, 27 de agosto de 2021

JORNADA DE GLORIA

JORNADA DE GLORIA


     Colunga, 27-08-2021

  [modificado 28-08-2021]

                            (Lectura rápida 😄)

 

      

 

En la jornada del sábado 21 de agosto vinieron a España Charles Michel, Presidente del Consejo Europeo y Ursula Von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, “monta tanto”, aunque no “tanto monta”, para visitar, acompañados del Presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, el campamento de primera acogida instalado en la base española de Torrejón para afganos refugiados que, en principio, han trabajado para la UE y sus miembros (suponemos que ambos mandatarios fueron sentados en butacas gemelas y no en divanes desparejados como en Turquía …). 

 

España se ofreció para acoger a afganos que tras las formalidades necesarias serán redistribuidos a distintos países de la Unión. Una buena iniciativa que Von der Leyen consideró un “ejemplo del alma europea”. Tiene razón. A pesar de sus ambiciones de autonomía estratégica, la UE no es una gran potencia mundial como EEUU, China o Rusia, algo más “regional” ésta última. Eso sí, la condición humanitaria europea es una de sus características y la engrandece.

 

Este final en Afganistán es un desastre que subraya el fracaso expedicionario aliado y occidental allí por agotamiento y falta de arrestos de los militares afganos. Esas extracciones apresuradas debían de haberse iniciado bastante antes. Así piensan algunos que fueron intérpretes afganos para diplomáticos, militares y cooperantes. Mala información y unos análisis irrealistas originaron este drama que a pesar de heroicidades, entrega, valor y constructiva improvisación dejará atrás a afganos que los talibanes perseguirán, incluso matarán -a ellos y a sus familiares- por haber colaborado con la misión de NNUU que pretendía evitar que Afganistán fuese santuario de terroristas, así como modernizar el país, empresa noble, aunque inalcanzable pues ciertas transformaciones sólo pueden salir de la propia sociedad. Se puede ayudar, pero no imponerlas.

 

La UE deberá recoger a refugiados afganos, en todo caso a los que han ayudado a los europeos y en este sentido, el llamado “hub” en Torrejón parece una buena iniciativa, sin perjuicio de algunas incógnitas: ¿Pasarán todos esos afganos por Torrejón? ¿Serán todos redistribuidos a diferentes países de acogida? ¿Los países del Este europeo seguirán mostrando la insolidaridad que previamente han mostrado en circunstancias semejantes?

 

Mientras tanto, la visita de los dos Presidentes europeos y sus comentarios positivos nos permite sacar pecho con unas dos mil extracciones sin perjuicio de que otros países también hayan procedido a evacuaciones exitosas desde el aeropuerto de Kabul a donde no les es fácil llegar a aquellos a los que el aviso no llegó a tiempo. España reforzó su presencia en el aeropuerto, controlado aún por EEUU, con diplomáticos, fuerzas especiales del Ejército y policías. Todos actuaron bien. Esperemos que de aquí al 31 de agosto nada salga mal.

 

Buen reto tiene por delante el nuevo Ministro de Exteriores, José Manuel Albares: remozar nuestro papel e imagen en la Unión y en el extranjero. En la Unión, debiera ser acercándose al tándem franco-alemán y a las Instituciones comunitarias en Bruselas, como supo hacer con eficacia Felipe González. En el marco occidental y transatlántico, haciendo que nadie dude de que somos un país aliado que cumple con sus obligaciones y requiere mayor reconocimiento de ello. Saber hacerse valer inteligentemente en Washington es imprescindible. En un ámbito más próximo, nadie duda de la necesidad de estabilizar la relación con Marruecos sin olvidar Argelia, que acaba de romper relaciones con la primera. Más ampliamente, ser factor reconocido de ejemplaridad en Oriente Medio, África y América Latina así como extender tentáculos propios de entidad en Asía, especialmente con China.

 

La conversación de casi media hora mantenida la jornada de ese mismo sábado pasado por Sánchez con Biden refleja ya un acercamiento que no percibimos en tiempos de González Laya en Exteriores. Hablaron de las evacuaciones desde Afganistán, agradeciendo Biden la disponibilidad de nuestras bases en Rota y Morón para primera acogida de afganos “suyos” con destino a EEUU.

 

Nuestra presencia en diversas operaciones de carácter estratégico muestra nuestro compromiso occidental. El convencimiento con el que se realizan es importante para revelar la verdadera naturaleza de los compromisos que adquirimos y que requieren el respaldo de la oposición de turno, así como de la opinión pública a la que debe informarse con transparencia de donde estamos en el damero mundial.

 

Eso sí, para ser más relevantes en el escenario global hay que reforzar el servicio diplomático, seguir incrementando el presupuesto para la cooperación internacional e invertir más en la modernización de nuestras Fuerzas Armadas cuyo papel, en los ámbitos de NNUU, UE y OTAN, debe ser significativo junto a su rol originariamente disuasorio.

 

Sorprendentemente, la Ministra de Defensa afirmó este miércoles que “Occidente ha fallado a los afganos”. Una afirmación, incierta, miope y asombrosa cuando llevamos 20 años dedicándonos a Afganistán, atacados por talibanes y criticados por “intachables” en nuestros propios países. Robles, jurista y política, debiera consultar con historiadores. Si prefiere azotarse, basta que diga que los occidentales, ella incluida, han perdido una guerra por los afganos y sus libertades

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

viernes, 20 de agosto de 2021

REQUIEM POR AFGANISTÁN

REQUIEM POR AFGANISTÁN 

 

 

         Hendaya 20-08-2021 

                                 (Lectura rápida 😊)


       

La victoria talibán regocija a los antiamericanos y a los que se alegran de los desastres ajenos, incluso de amigos o protectores. La envidia siempre motiva. Beneficiará, dicen, a Rusia, China y Pakistán. Será, también, para ellos, fuente de preocupación, pues un Afganistán talibán puede ser foco de exportación terrorista, de envíos internacionales de opio y de inquietud para quienes tengan comunidades musulmanas reticentes.

 

Los talibanes dominan las zonas paquistaníes fronterizas con Afganistán, las llamadas FATAS, territorios autónomos que apenas controla Islamabad. Los vencedores traerán quebraderos de cabeza incluso a quienes solo se conforman con ver derrotados a los EEUU y a sus aliados entre los que se encuentra España.

 

Desde Londres han abundado las críticas a la salida americana. Los británicos, con el mayor número de bajas aliadas, exceptuados los americanos, se involucraron fuertemente en el empeño de luchar allí contra el terrorismo y en modernizar la sociedad afgana, pero sus primos ya decían que no se podían quedar eternamente en el país centroasiático y que Kabul debía enfrentarse a su propia realidad, confiando en que con las ayudas y asesoramientos aportados podrían enfrentarse a la situación.

 

La madre patria británica no resiste a veces la tentación de decirle a su hijo como debiera de actuar. ¡Ay, las madres! Asimismo, tras el Brexit, la importancia de la relación especial entre Londres y Washington ha menguado: la realidad lleva, desde la capital americana, a más Berlín y Paris y menos Londres. ¡Ay, los celos!

 

Sin embargo, es momento para cerrar filas entre los occidentales y, asimismo, reflexionar sobre la noción del “nation building”, tan cara a los anglosajones. Modernizar con bayonetas no funciona y menos cuando la propia sociedad local vive en otro tempo histórico.

 

Los problemas de seguridad han de ser enfrentados, pero hay que ser prudentes a la hora de pretender cambiar sociedades, dándoles la vuelta como a un calcetín. Sus partidarios dirán que en Irak no está funcionando tan mal. Es posible, pero es una sociedad que con las dictaduras pasadas del partido Baaz ya saboreó un enfoque laico de la vida.

 

Los peores parados son los afganos entre los que se impone un sectarismo religioso que anula sus libertades, incluidas las de las mujeres. Muy duro cuando han probado la miel y han de volver a la hiel. Se preocupan, ahora, por ellos aquellos que, antes, condenaban a los que intentaron llevar la libertad a ese país y mejorar la suerte de sus habitantes. ¿Qué harán por los que resistirán a los talibanes en valles perdidos y que no hay que olvidar?

 

Entre los innumerables exámenes de conciencia debidos, está el de averiguar por qué un ejército de 300.00 hombres equipados y entrenados no luchó contra los talibanes. ¿Cobardía? ¿Corrupción? ¿Múltiples pactos locales para evitar confrontaciones fratricidas? Elíjase la solución preferida, así como considerar que talibanes y militares afganos conocían la voluntad occidental de no eternizarse y, anunciada específicamente la salida americana, los militares tiraron al suelo la metralleta ante el avance talibán. Como dice Biden: falta de ganas de pelear por lo suyo. ¿Por qué habríamos, otros, de enviar más de los nuestros a morir? Quien quiera tirar una piedra que se vaya, primero, a buscarla a Afganistán.


Esta fracasada salida americana en la que todo lo peor se ha materializado, con el corolario de evacuaciones precipitadas, dejando, probablemente, gente atrás, corre el riesgo de empañar gravemente la Presidencia de Biden como ocurrió con la del también demócrata Cárter al colapsar en 1980 en arenas desérticas un intento de rescatar los miembros secuestrados de la Embajada americana en Teherán. La mayoría de la ciudadanía americana quería salir de Afganistán, pero no así. Veremos si de aquí a las elecciones “midterm” en noviembre de 2022, logran Biden y los demócratas rehacerse.


Los occidentales han fracasado en el intento de occidentalizar Afganistán, pero no debieran culpabilizarse por ello. Deben sacarse las conclusiones oportunas y pensar cómo enfrentarse a un Afganistán que vuelva a ser santuario del terrorismo, pero sobran amenazas huecas como las de Stoltemberg, Secretario General de la OTAN. Lo esencial es que ese país no sea un santuario terrorista (ni exporte drogas). ¿Estarán dispuestos a ello los talibanes? 

 

Exteriores y Defensa se encargan de la evacuación de nuestros compatriotas y de los afganos comprometidos con España.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

 

 

viernes, 13 de agosto de 2021

 

CARIDAD PROPIA

 

 

   San Juan de Luz, 13-08-2021

 

                           (Lectura rápida 😊)

 

            
 

Biden ha señalado que los afganos tendrán que defenderse ellos mismos de los talibanes. No obstante, su ejército es incapaz, el solo, de pararlos. A pesar de la ayuda y del apoyo estadounidense, nunca ha estado en condiciones de controlar militarmente su propio país. De ello se quejan los americanos que lo han adoctrinado militarmente y entrenado, algo que también han hecho, en menor medida, otros países que participaron en la operación de luchar contra el terrorismo amparado por los talibanes y en el intento de democratizar una sociedad poco preparada a ello.

 

Biden ha dejado en evidencia que los EEUU se han hartado de pelear por otros. Eso es posible cuando sus intereses lo aconsejan, pero, asimismo, tiene un límite, como también les ha ocurrido a otros, a Rusia, pe, en el mismo caso afgano.

 

Es difícil no recordar el final de la guerra del Vietnam con un ejército de Vietnam del Sur en desbandada tras el avance final de las tropas de la comunista Hanoi. Tampoco fueron capaces los militares del Vietnam sureño de valerse por sí mismos. Solo cabe desear que cuando los talibanes conquisten Kabul no veamos de nuevo la dramática evacuación de los últimos de Saigón desde la azotea de la Embajada americana.

 

Una lección, la de que hay un límite a la paciencia de Washington, que los europeos debieran de considerar. La UE necesitaría una defensa propia, pero a pesar de los pasos que se dan en esa dirección, una defensa europea que ampare verdaderamente una autonomía estratégica sigue siendo una utopía. Necesaria, pero utopía, porque sin un poder centralizado, federal, poco se podrá hacer que sea verdaderamente relevante.

 

Afortunadamente, la OTAN es una realidad. Lo ha subrayado, la ministra de Defensa, Robles, cuando, contestando a unas preguntas sobre la defensa de Ceuta y Melilla, ha recordado nuestra pertenencia a la Alianza. Formalmente estas dos ciudades no están en los límites indicados en su Tratado, pero están pegadas a los mismos y España las amparará mejor siendo parte de este.

 

Pero, tanto si se pertenece a la Alianza como a la UE, hay que hacer un esfuerzo en Defensa y los europeos van, salvo excepciones, como caracoles. España presume de participar en muchas operaciones si bien poco invertimos en nuestras FAS y los medios que necesitan lo que, a la larga, hará incluso difícil participar en operación alguna.

 

La caridad bien entendida empieza por uno mismo. Eso nos recuerdan los americanos ya desde la época de Clinton. Los europeos prefieren ponerse tapones en los oídos y vivir de gorra bajo la protección americana. Europa no es Afganistán, pero al Este tiene a un vecino peligroso, retorcido y muy armado. Debe prevalecer la diplomacia, pero bien dotada, detrás, de legiones visibles en el horizonte, como hacían, con éxito, los romanos.

 

Lo mismo respecto del Mediterráneo, cuyas orillas son inestables, así como el Sahel y el centro de África. España ya consiguió introducir un mayor interés por el viejo Mare Nostrum en el Concepto Estratégico de la OTAN aprobado hace diez años en Lisboa. Ahora tocará aprobar otro más al día en la Cumbre de Madrid, el año que viene, en el que parece que puede prevalecer una visión de 360 grados, no limitada, pues, esencialmente, al continente europeo.

 

Es un camino de doble filo pues los europeos no son tan globales como los EEUU, el aliado principal. El Mediterráneo y Africa nos interesan pues afectan a nuestra seguridad tanto como el Este de Europa. Habrá que medir bien esos 360 grados si bien desde la sede de la Alianza en Bruselas, debido a la globalización, no se puede ya ver a Beijing solo en postales turísticas. China, ahora, expandirá su influencia en Afganistán. Tanto en Santa Cruz como en Castellana serán capaces, conjuntamente, de esa medición.

 

En la Cumbre madrileña se elegirá un nuevo Secretario General. Más bien, una Secretaria General. Parece que se quiere poner por vez primera a una mujer a la cabeza de la OTAN (Miguel Gonzalez en El País). Circularían los nombres de seis mujeres. Por ahora …  Desde Solana ha habido cuatro Secretarios Generales: un británico, un neerlandés, un danés y un noruego. Los países del Este reclaman ahora protagonismo con tres antiguas Presidentas. Reino Unido, Italia y Alemania tienen, asimismo, posibles candidatas. ¿Tendría España una? Hacen falta conocimientos estratégicos, experiencia política así como dominio del inglés y del francés, los dos idiomas oficiales de la Alianza.

 

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España