viernes, 26 de febrero de 2021

RESCATAR AL PP (NO SOLO)

 

RESCATAR AL PP (NO SOLO)

 

 

              Madrid, 26-02-2021

                                        (Lectura fácil 😊)

 

         

 
 

Hay victorias pírricas como la de Arrimadas en Cataluña en 2017. Nada pudo hacer. No tenía modo de articular una mayoría. Podría haber hecho, si acaso, más ruido, aunque siempre sin nueces. Su subsiguiente marcha a Madrid facilitó que los enemigos de Ciudadanos, numerosos, le acusasen de huir al confort madrileño. Curiosamente, nadie acusa a Iceta de lo mismo tras venirse, asimismo, al confort capitalino y haber encontrado una víctima, Illa, para sustituirle en Barcelona. Ya lo intentó antes, ojeando la Presidencia del Senado, maniobra torpedeada por los independentistas por cuyo indulto aboga.

 

Esta vez la victoria pírrica puede ser para Illa si no consigue romper el cordón sanitario anti-PSC de los separatistas. Quienes son conscientes de este posible sino “inesista”, que mejor sería que no se materializase, le piden que “muestre perfil” porque el Presidente del “Parlament” no le propondrá para “President de la Generalitat” sin suficiente respaldo previo. ¡De dónde van los indepes a dejarle que explique sus políticas en el hemiciclo para votarle, luego, a la basura!

 

Aunque le acabe pasando al PSC lo que le pasó a C´s, aguantará mejor el tirón porque es “más partido”. Con dos almas, la nacionalista, que suele causarle perdición, y la española, que debiera ser la verdaderamente suya. Es la constitucional, la del respeto a la Transición y a los pactos políticos de convivencia de nuestra Constitución.

 

La estruendosa derrota de Ciudadanos lleva ese partido a la dimensión que, verdaderamente, le corresponde, un papel de bisagra, nutrido por centristas de derecha y de izquierda. No puede ser un partido mayoritario ni apéndice de ninguno. Debe ayudar a la gobernanza, moderando a cada cual en sus tendencias maximalistas. La asunción de ese papel, con el respeto de los demás al mismo, sería lo mejor para el conjunto de la Nación. Ahora bien, para llevar el volante de Ciudadanos, hay que ser de una habilidad extrema. De ello dependerá su supervivencia, porque en esas está.

 

En cuanto el PP, necesita oxígeno. A su izquierda son numerosos los que se alegran de sus desgracias, de su desastroso resultado en Cataluña, de sus escasas perspectivas de ganar elecciones o de volver a gobernar por ahora y algo más. Si bien esas alegrías son naturales, son insanas. El PSOE necesita una derecha razonable con quien entenderse para llegar a pactos de Estado y alejar de la política española la polarización para, así, reposar las excesivas tensiones y salvar al país, necesitado, para salir de sus numerosos agujeros, de entendimientos nacionales y no solo dentro de un bloque o del otro.

 

Por paradójico que parezca, uno de sus sanitarios debe ser el PSOE tendiéndole repetida y generosamente (interesadamente …) la mano. El enfermo debe, también, esforzarse más y reaccionar correctamente, pero, en todo caso, Casado parece haber fracasado. Debiera convocar enseguida un congreso para su sustitución por alguien con más capacidad política bien antes de que lleguen otras elecciones, sobre todo generales, donde le crujan inapelablemente porque, de ocurrir, Vox sería el predominante en la derecha y difícilmente podría el PSOE lograr pactos de Estado a pesar de los elogios que, recientemente, le dedicó Sánchez a Abascal. Los socialistas no debieran apostar por un peligroso esquema dual de VOX o PSOE (con quien sea). 

 

Así las cosas, este 23 de febrero, cuando en el Parlamento se conmemoró con Felipe VI la victoria hace 40 años de nuestra democracia sobre el golpismo del 23-F con la importante contribución de Juan Carlos I, se ausentaron siete partidos nacionalistas: PNV, JxC, ERC, Compromís, CUP, Bildu y BNG. Podemos asistió, pero Iglesias fue el único que no aplaudió el discurso del Rey. ¡Menuda ensalada la todos estos partidos! ¿A dónde van? ¿A por la Constitución? Evidente.

 

No son “reformistas”. Lo que quieren son independencias y revoluciones, todo lo contrario de lo pactado en la Transición para una convivencia justa y pacífica. Hace unos días, Felipe González, en una entrevista en El Confidencial, sonó muchas alarmas sobre nuestro presente y futuro.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

domingo, 21 de febrero de 2021

LOS ERRORES DE PELOSI

LOS ERRORES DE PELOSI

 

 

 

          Madrid, 21-02-2021

 

                                (Lectura rápida 😊)

 

      
 

Nancy Pelosi, dos veces Presidenta de la Cámara de Representantes de los EEUU, es una política experimentada a sus 81 años. Feminista, progresista, con carácter y mandona, controla con mano firme a sus correligionarios demócratas en la Cámara Baja. No ha permitido que se le desmandasen ni siquiera las “vedettes” de la izquierda feminista juvenil encabezadas por Alexandria Ocasio-Cortez. Guardiana de las esencias democráticas, hizo frente a Donald Trump.

 

Sin embargo, no ha sabido gestionar los dos “lmpeachments” al magnate. Mantuvo la cabeza fría cuando los demócratas quisieron iniciar el proceso de destitución contra Trump en la Cámara baja, donde se realiza la Instrucción de un juicio que acaba siendo político en el Senado, por las interferencias rusas contra Hillary Clinton cuando la elección presidencial de 2016, oponiéndose a ello al estimar que no había pruebas determinantes de la complicidad de Trump.

 

Esta prudencia desapareció cuando, luego, decidieron los demócratas poner en marcha el proceso por los intentos de ensuciar electoralmente a su candidato presidencial, Joe Biden, mediante intervenciones ante la Fiscalía de Ucrania por unos negocios en ese país de su hijo Hunter. Los cargos tampoco eran suficientemente irrebatibles y, consecuentemente, no lograron que bastantes Senadores republicanos se les uniesen para conseguir los dos tercios necesarios para condenar a un Presidente, algo que nunca ha ocurrido. Trump fue declarado “not guilty”, como era previsible, fortaleciéndose, entre los suyos.

 

Tras el asalto al Capitolio de los “supporters” de Trump, enardecidos por el magnate, de nuevo se preparó otro intento de destitución que acaba de fracasar, como era de esperar. La sangre de Pelosi, y de algunos más, dio un vuelco con este allanamiento en el que hubo muertos y los políticos más importantes fueron evacuados por subterráneos.

 

Se comprende, pues, que intentasen de nuevo destituir a Trump buscando la pena aneja, no poder presentarse de nuevo a elecciones, más que la principal porque no se puede destituir a quien ya abandonó su cargo. Sin embargo, Pelosi debiera haberse asegurado desde el principio los suficientes votos republicanos ya que en el Senado no bastaban los de los demócratas. De no tenerlos, como ha ocurrido, hubiera sido mejor combatir la imagen de Trump directamente ante la opinión pública que brindarle la victoria de una nueva declaración de no culpabilidad.

 

Al establecer, asimismo, el precedente de que es posible un proceso de destitución contra un antiguo Presidente, se ha abierto la puerta para que cualquiera sea objeto de un “Impeachment” tras dejar la Casa Blanca, satisfaciendo, quizás, venganzas tardías.

 

No le interesa a Biden que estas cuestiones dificulten su necesidad perentoria de entenderse con los republicanos. La ventaja demócrata es escasa en la Cámara Baja y en el Senado están empatados, aunque pueda desempatar la presidencia del Senado ostentada por la Vicepresidenta Kamala Harris. Biden necesitará votos republicanos para respaldar confortablemente sus políticas y sus candidatos para los puestos importantes de la Administración. Le interesa más un ambiente tranquilo que crispado entre los republicanos ya que ello facilitará los entendimientos “across the aisle” como dicen allí y no saben hacer aquí.

 

Queda la esperanza de que los líderes Republicanos en el Capitolio se vayan desembarazando paulatinamente de la perniciosa influencia de Trump. Esa fue la dirección marcada por el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, que tras votar contra la condena de Trump se permitió una diatriba poniéndole por los suelos, enfureciendo al magnate.

 

Para remediar este segundo fracaso, dañino, de la destitución, Pelosi quiere ahora una comisión “bipartisan” e independiente, inspirada de la del 11 de septiembre, para investigar los acontecimientos del 6 de enero pasado. Muchas dificultades tuvo ya la anterior en un ambiente de menor crispación partidista. No es que no pueda ser necesaria esa comisión, lo que hace falta es que Pelosi deje que Biden lleve adelante, sin interferencias, su presidencia necesitada de un clima político que le permita entenderse con muchos republicanos a pesar del recrecido Trump y, quizás, de una excesivamente combativa Pelosi.


Por otra parte, Hay quienes cuestionan, en los EEUU, que un político renueve sus cargos. Actualmente se celebra el 70 aniversario de la enmienda a la Constitución americana que limita a dos los mandatos posibles de un Presidente, a raíz de las cuatro victorias electorales seguidas de F. D. Roosevelt. Asimismo, algunos quieren limitar el acceso al poder a las familias de los electos. La derecha americana pone como ejemplo Hillary Clinton y la izquierda a Trump y sus allegados. 

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

  

viernes, 19 de febrero de 2021

AFIANZAR EL ACTUAL MARE NOSTRUM

 

AFIANZAR EL ACTUAL “MARE NOSTRUM”

 

                                                                       Carlos Miranda

                                                     Embajador de España

                                                     Madrid, 12-02-2021

   (Publicado en el Boletín de febrero del Movimiento Europeo, Consejo Federal Español))

 

           


 

En 2016 Donald Trump ganó inesperadamente la Casa Blanca a Hillary Clinton. Su presidencia ha sido un desastre al renunciar los EEUU a su liderazgo en el planeta y en el mundo occidental. Su “America First” aisló a los EEUU. Trump los sacó de todos los organismos y de todos los acuerdos internacionales que pudo. En realidad, tiró piedras sobre el propio tejado americano pues el liderazgo y el prestigio de una gran potencia se cimentan en la solidaridad con sus aliados y la preocupación por los débiles.

 

La victoria de Biden vuelve a meter en la lámpara al mal genio, pero cuatro años no pasan en balde como indica la “Executive Order” firmada por Biden de “comprar americano”. ¿Puede el nuevo Presidente situar a su país donde estaba antes de Trump? En su discurso inaugural dijo que había mucho que reparar, mucho que recomponer, mucho que construir. Sin embargo, Trump deja herencias. Ha actuado de forma rechazable y enfocado problemáticas con políticas equivocadas, reprobables y contraproducentes, sin duda, pero las picas están puestas.

 

Biden siempre busca el entendimiento y el pacto con los adversarios y, evidentemente, entre los suyos. Por su parte, Ursula Von der Layen, Presidenta de la Comisión Europea, señalaba recientemente que hay cosas irrecuperables, como el Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión, y que, por otra parte, la UE debe ampliar su autonomía estratégica y seguir mejorando su defensa.

 

Von der Layen quiere tomar la iniciativa en una nueva agenda transatlántica. Un buen punto de partida, pero sabe que los EEUU también tomarán iniciativas. Estos impulsos, europeos y estadounidenses, tendrían que ser objeto de consultas y de eventuales adaptaciones porque en un mundo en el que los occidentales representan cada vez un porcentaje menos importante de la globalidad, no interesa que Bruselas y Washington vayan cada uno por su lado, más bien convendría que la UE y los EEUU actúen de acuerdo e, incluso, conjuntamente.

 

En las relaciones de la UE con Rusia prevalecerá la alianza con los EEUU sin perjuicio de que Bruselas tenga interés en mantener un cordón umbilical económico con Moscú a pesar de que el Kremlin amenaza con romper las relaciones con la UE tras el desastroso encuentro de Borrell con Lavrov. China está más lejos. A Bruselas no le interesa verse arrastrada en tensiones superlativas entre Washington y Beijing, pero también se encontrará en muchos diferendos más cerca de los EEUU.

 

En materia de defensa, Von der Layen acierta en pedir que se siga mejorando por parte europea. Hay muchas materias en las que Europa puede establecer su autonomía frente a los EEUU, aunque sus intereses sean, normalmente, más cercanos a los americanos. Respecto a las cuestiones estratégicas, los europeos pueden tender a su autosuficiencia, pero con la consciencia de que pasará tiempo antes de que Europa pueda prescindir de la protección de los EEUU y, aún en ese caso, la alianza transatlántica en materia de seguridad estratégica debería mantenerse.

 

La UE debe integrarse cada vez más, pero necesita tiempo para ser verdaderamente una sola entidad política. Mientras tanto, en materia de defensa, deberá funcionar, por un lado, como una alianza interna y, por otro, como parte de la alianza transatlántica. Un tema por resolver será el de la disuasión nuclear europea, que en el seno de la UE solo posee Francia. Por otra parte, la UE tiene seis dominios militares en los que puede progresar unificando doctrinas, su material y mejorando la contribución a su defensa, tanto en operaciones propias como en las de la Alianza Atlántica o de la ONU: además de los tres dominios clásicos de tierra, mar y aire, los de ciberdefensa, espacio exterior e inteligencia artificial.

 

Cuando el Imperio romano, al Mediterráneo se le llamaba el “Nare Nostrum”: todas sus orillas estaban bañadas por la cultura romana. Hasta la llegada del islam. Actualmente es en ambas orillas del Atlántico Norte donde prevalecen una misma cultura, unos mismos valores, unas mentalidades semejantes, una economía de mercado enfocada de misma manera. Es el “Mare Nostrum” de hoy en día y, sin perjuicio de particularismos propios, los intereses de ambas orillas tienden a la coincidencia. Una cosa es que el peso de los europeos se revalorice por su unidad, sus esfuerzos, sus mejoras y sus realizaciones, pero la alianza entre ambas riberas es algo natural, históricamente demostrado.

 

Desaparecido Trump, que lo cuestionaba, como otros al lado totalmente contrario ideológicamente, la relación transatlántica debe renovarse ahora con naturalidad y confianza, sin perjuicio de equilibrios internos adaptados a la realidad, porque ello responde a intereses comunes en ambas orillas y a una forma de ver el mundo más cercana que la de otras potencias con las que, no obstante, hay que relacionarse en paz y provechosamente. 

 

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viernes, 12 de febrero de 2021

CATALUÑA, TENTACIÓN INTERNACIONAL

 

CATALUÑA: TENTACIÓN INTERNACIONAL 

 

 

           Madrid, 12-02-2021

 

                                      (Lectura rápida 😊)

 

         

        

En una cadena radiofónica importante se sostuvo recientemente que en Cataluña es falsa la distinción entre constitucionalistas y no constitucionalistas porque como la Constitución ampara que se la critique, allí son todos constitucionalistas ...  Nadie se sonrojó a pesar de los evidentes voluntarios para disolverla con el propósito de desarticular España o para instaurar una III República revolucionaria. Prefirieron criticar a Arrimadas por haber, afirmaron, huido de Cataluña, argumentando, asimismo, peregrinamente, que para defender los intereses catalanes debiera de estar en el Senado y no en el Congreso, aseveración que no aplicaron, evidentemente, a Rufián. ¡Sorprendente!

 

Iglesias, compañero de viaje de Sánchez o su GPS, según opiniones, afirma que España no es una democracia porque dirigentes catalanes están en la cárcel (¿presos políticos?) o fuera de España (¿exiliados?). Para quedar boquiabierto. Más aún cuando los “feligreses” del sanchismo, como diría Juan José Millás, lo justifican todo tras un paraguas para no mojarse y, como hizo la portavoz Montero, consideran que las afirmaciones de Iglesias no tienen otro valor que el de un chiquillo atolondrado.

 

Son, más bien, países autoritarios, como Rusia o Venezuela, los que no son democracias plenas. Gonzalez Laya lo confirmó con datos que molestaron al Kremlin tras una estocada en Moscú de su colega ruso al Alto Representante de la UE que éste no supo contrarrestar “in situ”. Borrell se había tirado sin paracaídas en Moscú y se estrelló queriendo abrir un dialogo precisamente cuando a Navalny le condenaban a tres años de cárcel.

 

Moscú es mucha Rusia y su ministro de Exteriores, Lavrov, un paquidermo curtido en la defensa de las políticas imperialistas y dictatoriales de Putin, como la invasión de Crimea o el envenenamiento de sus opositores. La hormiga señaló lo de Navalny y el mamut metió un trompazo asumiendo las tesis de Iglesias que comparten Puigdemont y otros separatistas, como comprobamos en la campaña electoral catalana.

 

Tras la disolución del Pacto de Varsovia y la implosión de la URSS, hubo un intento de acercamiento occidental a Moscú. Sin embargo, los rusos lo rechazaron. Les repelen los EEUU a los que responsabilizan del hundimiento de la URSS (los europeos son sus pequeños siervos), causándoles un gran resentimiento en lugar de hacer una introspección sobre el fracaso, político y económico, del comunismo. Moscú añora el poderío de cuando el Kremlin era la URSS. El ascenso chino, con un capitalismo embridado por su partido comunista debe, incluso, darles envidia.

 

A pesar de su arsenal nuclear, equivalente al americano y cinco veces superior a los de China, Francia o Reino Unido, Rusia se ha vuelto una “potencia regional” interesada básicamente en su zona vecinal para asegurar su seguridad y desde donde molestar todo lo que pueda a EEUU y a la UE que, también, les incomoda. Al igual que el RU, no quieren una Europa fuerte. Todas sus actuaciones, Armenia, Georgia, Bielorrusia, Ucrania son para asegurar un vecindario a su gusto. Crimea fue rusa (una desposesión del camarada ucraniano Jrushchov) y allí está la importantísima base naval de Sebastopol. Siria es vecindario en el sentido de que es donde recala la Armada rusa tras pasar los estrechos turcos, aunque desde cualquier sitio se puede incomodar a los occidentales ....

 

Si la Autonomía Estratégica de la Unión Europea fuese despegarse de los EEUU, sería una sinrazón atractiva solo para aquellos necesitados de un juego personal o por antiamericanismo. Esta autonomía solo puede ser fruto, en realidad, de un mayor poderío europeo debido a su imprescindible integración (e inversiones en defensa). Así podría ser la UE no solo más relevante en el planeta sino, asimismo, en las consultas y entendimientos necesarios en el marco del Atlántico Norte, “Mare Nostrum” de hoy en día.

 

Cuando se olvida el pasado, no se reconocen las trampas del presente y si, además, se esconde el polvo bajo la alfombra, los traspiés son inevitables. Agítese, pues, todo lo anterior (ligeramente basta), si el eventual lector quiere, y, en el caso del Principado, puede afirmarse que una Cataluña independiente, frustrada con la UE, sería tentadora para muchos pescadores internacionales como Moscú, Beijing o Londres. Y Washington. 

 

  

Carlos Miranda, Embajador de España