DERROTADOS
POR LA CUMBRE
Madrid, 01-07-2022
(Lectura
rápida 😁)
La
Cumbre aliada en Madrid ha sido un éxito para
España y la OTAN que ve su vínculo transatlántico reforzado y su
membresía aumentada, además de estar dispuesta, también, a otear el horizonte
del Flanco Sur incluyendo el Sahel precisamente cuando Francia, Alemania y
España se retiran de Mali.
Rusia
pasó por propia voluntad de socio estratégico y privilegiado a ser el principal enemigo que nunca quiso dejar de ser.
El engaño moscovita se derrumbó con la injustificada invasión de Ucrania que
Putin, Cirilo I y sus adelantados en el mundo occidental justifican con
mentiras.
Salen perdiendo aquellos que acariciaban a
Putin y los que exageran la verdadera capacidad de una Defensa Europea. Como
infiere Javier Solana, los europeos pueden hacer valer un mayor peso en la
Alianza actuando unidos. Más, es otra cosa.
Todos
preferimos coexistir pacíficamente con Moscú, pero el retorno a una Segunda
Guerra fría es de la sola responsabilidad rusa que tras el derrumbe de su Unión Soviética ni
quiso reconocer que la implosión fue debido al fracaso del comunismo ni quiso
renunciar a sus pretensiones imperialistas.
Una
mayor preparación militar de la Alianza, dispuesta a desplegar rápidamente 300.000
hombres en el Este europeo, es consecuencia de la hostilidad bélica de Rusia
que al igual que China ofrece un capitalismo políticamente cercenado por un
predominio comunista en China y otro fascistoide en Rusia. Debido al peligro ruso, resurge la Alianza Atlántica.
No estaba muerta ni descerebrada y ha relumbrado de nuevo atrayendo incluso a
dos importantes países europeos que ante la realidad apuestan por la OTAN y no
por una inexistente Defensa Europea.
Ésta
será una realidad cuando la UE sea una Unión
Federal y su Presidente disponga de un botón que ponga “Disuasión Nuclear
Europea”. Suecia y Finlandia lo saben y por eso ingresan en la OTAN.
Mejor sería que todos los miembros de la UE lo fuesen de la Alianza, aunque con
la adhesión escandinava sólo quedarán fuera Austria, Irlanda, Chipre y Malta.
Convendría que reaccionaran.
Ello
no impide que la UE haga esfuerzos coordinados con la Alianza en tres
direcciones: operaciones militares en las que no participen los EEUU; formación de unidades conjuntas europeas que debieran de alistarse también en la OTAN; y
promocionar una industria europea de defensa siempre y cuando sus productos sean competitivos.
La
perenne intranquilidad española con Ceuta y
Melilla llevó al Gobierno a
afirmar hace semanas que Marruecos reconocía su españolidad sin aportar prueba
alguna. ¿Faltó a la verdad? Ahora asegura que la OTAN las defendería. Es una decisión
política subraya Stoltemberg, su Secretario General, porque jurídicamente no son territorio aliado. El
Concepto Estratégico de Madrid, documento político, asegura que nadie debe
dudar “… de la determinación de la Alianza de defender cada centímetro del
territorio aliado y de preservar la soberanía e integridad territorial de todos
los aliados”, lo que incluiría, pe, la isla francesa de La Reunión en el Índico
o, naturalmente, Ceuta y Melilla.
Albares
nunca dudó de la protección aliada a las dos ciudades mientras en Moncloa lo
presentan como novedad. Lo que no es novedad,
como asegura el Ministro, es que la Alianza se ocupe por vez primera del Sur.
El anterior Concepto ya mencionaba el Mediterráneo y se recordará que la OTAN
derribó el régimen de Gadafi en Libia.
Madrid
es también un fiasco para aquellos que están
dispuestos a ceder al ogro algún niño para que se quede tranquilo.
Macron y Scholz hicieron grandes esfuerzos para apaciguar a Putin, pero
fracasaron. Habrá que entenderse, pero mientras Rusia siga siendo igual no queda otra que enseñarle los dientes.
En
Ucrania, Rusia conseguirá ventajas territoriales de hecho que no podrán ser
reconocidas de derecho, pero en lo demás es una
gran perdedora. No obstante, el mundo no occidental encabezado por
China, que ya no pasa desapercibida para la OTAN, prefiere ponerse de perfil
porque nuestros valores no les importan. “Eso es
cosa de ricos”, pensarán, no sin cierta razón.
Carlos Miranda, Embajador de España