EL ENEMIGO EN CASA
Los mejores aliados de Putin y Rusia están en
el Gobierno de la Nación. No son una quinta columna surgida inesperadamente. Son los
ministros con los que Sánchez prometió no acostarse, pero con los que se encamó
apresuradamente.
Pertenecientes a Podemos, profesan una Fe de extrema izquierda. Consideran que Rusia es santa y que la guerra de Putin es sólo atribuible a los traicioneros países occidentales bajo la batuta de su Creador, los EEUU.
Junto
al Secretario General del Partido Comunista, Enrique Santiago, Secretario de
Estado para la Agenda 2030, participaron el domingo 26 de junio en una
manifestación anti-OTAN en Madrid otros miembros de Podemos, partido del Gobierno
que los fieles de Sánchez rechazan llamar “socio-comunista”, pero que en realidad responde a esa denominación. ¿Son
o no del PCE varios ministros? ¿Legítimo? Sí. ¿Deseable?
Cuando
Rusia invade desde 2014 un país europeo con, primero, la anexión ilegítima de
Crimea, y, este año, un intento inicial de quedarse con toda Ucrania y,
fracasado ese empeño, de controlar el Donbas industrial y de apropiarse de
otros territorios ucranianos, medio Gobierno de
la Nación se pronuncia contra la Alianza Atlántica haciendo suyos
los argumentos de Putin, culpando de los sufrimientos de los ucranianos a la
OTAN que, sin embargo, nos protege y de la que somos parte. Misma línea por
parte de comentaristas que se postulan de
izquierdas. La excepción: Joan Subirats, ministro podemita de
Universidades que acepta incrementar el gasto en defensa.
Los
partidarios de Putin que anidan en el Gobierno son rusófilos por afinidad
marxista de cuando Rusia, siempre imperialista, era soviética y comunista.
Ahora que, bendecidos por el Patriarca Ortodoxo de Moscú, Putin y Rusia se han vuelto
de extrema derecha, estos amigos occidentales apoyan
su fascismo.
El
vínculo transatlántico es, sin embargo, más fuerte. Según un sondeo para
Elcano, un 83% de españoles apoya la OTAN y el 85% estima que Rusia invadió
injustamente Ucrania. En España, al igual que Finlandia y Suecia, le ven las orejas al lobo ruso, especie en
resurgimiento.
El
apoyo en España a la OTAN y a las democracias occidentales se ha incrementado de
tal modo que puede argumentarse que este
Gobierno no es representativo en materia de seguridad a pesar del oportunismo de Sánchez quien, en
víspera de la Cumbre de Madrid adquirió 20 aviones de combate “Eurofighter”.
Eso
sí, hace más que Rajoy para intentar gastar en defensa un 2% del PIB. El
gallego se comprometió a ello cuando gobernaba para luego tirarse en la tumbona
de Peridis. Fue en septiembre de 2014 tras la anexión ilegal de Crimea por
Rusia. Su desidia nos cuesta ahora más dinero
por despertarnos tarde.
Sánchez
rodeado del PCE, de la extrema izquierda, de un Bildu no contrito y de
independentistas podría acabar devorado sin perjuicio de que consiga otra vez
más renacer de sus cenizas. Por eso fue el más atlantista. Ahora, tocará otra
cosa. No obstante, no se puede engañar a todo el
mundo todo el tiempo.
¿Señala
Andalucía un cambio de ciclo? Nada lo garantiza
a pesar de los sondeos. Feijoo debiera ser moderado y pactar con el
Partido Socialista. Muchos están hartos de
radicalismos fomentados en contra de la unidad del país y de la
tranquilidad de los españoles que aspiran a un progresismo
pausado fruto de acuerdos consensuados entre la izquierda y la derecha.
Los
ministros podemitas evitaron aparecer por la fracasada manifestación
antioccidental, pero nadie se llama a engaño: están
con Putin y un Gobierno dividido acerca de nuestra seguridad es un desastre.
¡Hasta se emascula al CNI!
La
Unión Europea y la OTAN tienen claro que los
rusos son el peligro inmediato. El Sahel y China vienen a
continuación. Manifestarse contra la OTAN es de pardillos. Deben la UE y sus
miembros cuidar su defensa y contribuir al marco aliado. La Cumbre fue un éxito
y la mitad socialista del Gobierno puede estar satisfecha, aunque el
espectáculo del conjunto gubernamental sea de
vergüenza ajena.
Carlos Miranda, Embajador de España