DE SEVILLA A
PARIS Y BRUSELAS
Isla de La Toja, 24-06-2022
(Lectura
rápida 😁)
En Andalucía el PP se ha llevado de calle el
domingo pasado las elecciones. Mayoría absoluta. Impensable no
hace mucho. El PSOE andaluz ha obtenido con Espadas, apoyado por Sánchez, un
resultado peor que con Susana Díaz, confrontada por ese mismo Sánchez, pero
ahora con más poder. Y más desgaste. Como dice un entendido, cuando Sánchez se
esconde la noche electoral y le cubre Adriana Lastra, es que las cosas van mal.
Puede
que el PP caiga en la tentación del triunfalismo. Algunos pijos madrileños
creen ver en Ayuso el motor de esta victoria andaluza. Presenciamos más bien la victoria de un PP moderado
representado por Juan Manuel Moreno que
se salvó hace pocos años por los pelos y el calendario electoral de ser purgado
por Casado cuyo corazón aznarista quería limpiar su partido de todo rajoyismo y
sorayismo.
Moreno
ha obtenido lo que Fernandez Mañueco no consiguió: poder
prescindir de Vox. Su conservadurismo moderado ha sido lo mejor para
eludir la extrema derecha. Naufraga en este caso la crítica hipócrita a un inexistente PP voxiano mientras que desde
Moncloa se puede pactar con comunistas, neomarxistas, independentistas y un
terrorismo finiquitado, pero no contrito. Más asimetría
no se puede exigir.
Nuñez
Feijoo está en alza en el ámbito nacional mientras Sánchez, por ahora, miraría
más la cuneta que al frente cuando se atiende incluso a comentaristas
favorables al socialismo donde ya surgen voces disidentes como la de Elorza o
incomodas como las de varios barones regionales. Pero, nada está decidido. Si Feijoo quiere evitar otra resurrección de Sánchez, deberá
seguir en la moderación y pactar políticas de Estado con el Gobierno o, más
bien, el Medio Gobierno Socialista. Pactar es una buena vitamina
para España que revigoriza al bipartidismo, aunque ahora fortalezca más al
líder pepero.
¿Habremos de esperar a enero de 2024 para las elecciones
legislativas? ¿Las convocará Sánchez en 2023? ¿Las
provocarán antes la extrema izquierda anidada en un Gobierno en el que no cree?
Tras la tregua veraniega empezarán las especulaciones si bien es
verdad que tienta eternizarse en las poltronas.
No obstante, si nos limitamos a una crisis gubernamental, ¿Provocará Sánchez en julio, como en viejos tiempos, una
reestructuración gubernamental?
En Francia, también podrían tener elecciones
en 2023 si Macron no consigue gobernar con una Asamblea Nacional en
la que salen reforzados la extrema derecha (¡de 8 a 89 escaños!) y la extrema
izquierda que con 133 escaños es la primera fuerza de oposición con la
complicidad de los socialistas franceses que han perdido cuatro escaños
respecto a 2017 a pesar de haberse enfeudado a Mélenchon. Si Macron (245
escaños), sin mayoría absoluta esta vez (289), no consigue el apoyo mermado de
la derecha tradicional (74), difícilmente podrá gobernar y tendrá que lanzar un nuevo órdago a los franceses.
Han
subido los extremos que, a la derecha y a la izquierda, reniegan de la UE así como de
la OTAN y Francia pierde tanto lustre europeísta como occidental,
dejándose seducir por tesis cómodas y amables con Putin que no quiere una UE
fuerte ni una Europa aliada con América. El lema anglosajón tras la Segunda
Guerra mundial era que había que mantener a los americanos en Europa; a los
alemanes aplanados; y a los rusos fuera. El Kremlin quiere adaptarlo a su ambición imperial: “Russians, in; Europeans, down; and Americans, out” (traducido del ruso).
¿Como
se puede avanzar así en la construcción europea? Difícil, aunque hay muchos
optimistas que afirman que pronto habrá Defensa Europea, Autonomía Estratégica y
un Sursum Corda con disuasión nuclear y todo. ¿Creíble? Finlandia y Suecia parecen
escépticos … Es, más bien, hora de conquistas europeas a hurtadillas, de ser
modesto en las pretensiones, de no engañar a las opiniones públicas y de mantener
la necesaria llama. Hay que seguir adelante, evitar
ceder ante el neozarismo ruso y no desvincularse
de EEUU y de la OTAN.
Carlos Miranda, Embajador de España