LLORAR POR
EUROPA
Hendaya, 15-07-2022
(Lectura rápida 😊)
Un texto de la agencia EFE distribuido en la Newsletter #38 de “La España que Reúne”, el pasado 9 de julio, afirmaba que “… la idea está clara: los enemigos de EEUU son los enemigos de Europa, Rusia y, sobre todo, China”. Una frase con doble lectura. La ofrecida por el texto y la inversa: los enemigos de Europa son los que suelen ser asimismo enemigos de EEUU.
En 1917 los EEUU acudieron en defensa de los
aliados occidentales. Fue la primera vez, pero no la última. En la Segunda
Guerra Mundial tuvieron que defenderse de Japón y respaldar las democracias
europeas frente a Hitler. Otra vez vinieron para
salvar a los europeos de sus enemigos. Tras 1945, la Rusia soviética,
adueñada de Europa del Este, no desmovilizó sus tropas, al contrario que los
aliados. Moscú deseaba controlar Europa
occidental con la amenaza de sus ejércitos
y el empuje ideológico de los partidos comunistas occidentales.
Washington
reaccionó enfrentándose a los rusos en la Guerra Fría que duraría hasta los años
noventa del siglo pasado. Un liderazgo fruto de su potencial industrial,
militar y político paralelo al fracaso de Europa, desgastada en dos guerras
mundiales. Tercera vez que EEUU compareció en
defensa de las democracias europeas, sin olvidar su aportación
económica a la reconstrucción de Europa con el Plan Marshall ni que, sin la protección
de la OTAN, la Unión Europea no habría nacido ni crecido.
La
Guerra fría se resolvió con el fracaso del comunismo en la URSS y sus países
satélites que, libres, inmediatamente se unieron, comprensiblemente y como era
su derecho, a la Alianza Atlántica y a la Unión Europea. Rusia descartó la mano que los occidentales le tendieron
paralelamente. Con Putin, alumno aventajado de Stalin, del que ahora
reniega, y de Hitler, al que actualmente abraza, Moscú recuperó su imperialismo
histórico.
Fruto
de ello tenemos una invasión rusa injustificada
de Ucrania cuya responsabilidad sólo es del Kremlin. Ucrania resiste
y necesita ayuda. ¿Debe rendirse Kyiv a las exigencias de Moscú en
contravención del Acta Final de Helsinki, renunciando a su existencia y
derechos? Algunos quintacolumistas de Rusia lo recomiendan. ¿Y los ucranianos, qué dicen?
Los
occidentales ayudan a Ucrania y lo harán mientras ésta pueda defenderse. Otra vez más, la cuarta, EEUU acude en defensa de la
libertad en Europa, bienvenida no sólo por Ucrania, sino también por
los aliados europeos y la UE conscientes de que Moscú, de nuevo, es una amenaza.
Los
europeos constatan que solos no pueden prevenirse de Rusia. Si la UE es incapaz de hacerlo será por sus carencias y
propia culpa. En sus manos esta conseguir una verdadera Autonomía Estratégica
que no debiera, en todo caso, prescindir del vínculo transatlántico. La alianza
militar entre las dos orillas del Atlántico Norte, un “Mare Nostrum” del
presente, defiende una misma civilización.
Respecto
a China, se podría argumentar, ciertamente, que es más adversaria de EEUU que
de Europa. Sin embargo, sólo el egoísmo y un
interés propio mal entendido pueden aconsejar intentar una neutralidad
entre Washington y Beijing. China es una dictadura comunista cercana a Rusia.
Son los enemigos de Europa los que lo son de
EEUU y no al revés, aunque en realidad, son enemigos comunes. Algunos no
se enteran y, además, llevan al huerto a muchos incautos por un remordimiento
antiamericano, acomplejado y culpable porque son incapaces de integrar y
federalizar la UE y de disponer de una disuasión nuclear europea que es cuando podría ser estratégicamente autónoma la Unión.
Llorar por Europa no debiera incluir la
ingratitud de dar una visión falsa de los EEUU, tirando piedras contra nuestro
propio tejado.
Carlos Miranda, Embajador de España