NI PEREGRINO NI PROFETA

 

   26-03-2023

                  (Lectura de 3 minutos 😄

Finalmente, Tamames no fue lo uno ni lo otro. No peregrinó a Vox desde su vieja militancia comunista de más de medio siglo. No adoptó el credo del partido de extrema derecha que le avaló en esta moción de censura. Fue, más bien, un ecléctico recogiendo cosas de unos y otros. 

Tampoco aprovechó la oportunidad para disfrazarse de gran profeta, sacándole los colores a los reyezuelos de nuestra política, esos que nos dicen desde su Olimpo lo que tenemos que hacer cuando ellos hacen lo que quieren y conviene o, incluso, todo lo contrario. 

Sánchez le sacó más provecho a la situación hablando y hablando hasta dejarle sin tiempo a Tamames que se irritó por ello. Sánchez se trajo un tocho de innumerables páginas para intervenir contra Tamames quien recomendó cambiar el reglamento para evitar abusos en el uso de la palabra.

No se apreció debate alguno. La culpa puede temerla Tamames por no provocarlo contundentemente, pero asimismo los demás intervinientes, interesados en aprovechar esta ocasión para solo promocionar sus ideas y ellos mismos más que en establecer una discusión.

El gran derrotado de esta moción ha sido Abascal, incapaz de conducir de nuevo una censura y eso que ha pretendido aprovecharla para hablar tanto o más que Tamames, hurtándole protagonismo. El propio Tamames tampoco sale bien parado por no haber sido “ni chicha ni limoná”. En todo caso, su moción estaba abocada al fracaso, apoyada solo por los 52 diputados de Vox.

Menos claro está a quien o quienes han favorecido estas sesiones parlamentarias con la excepción de Yolanda Díaz que empujada y jaleada por Sánchez tuvo una buena actuación. Sánchez necesita que Yolanda sume con “Sumar” para poder gobernar tras las próximas elecciones generales. Por eso la promociona especialmente frente a los de Podemos. Muchos piensan que, en vez de militar en su partido comunista, Yolanda, debiera afiliarse al PSOE. Sin embargo, cabe preguntarse si Sumar se nutrirá de votos socialistas, debilitando a Sánchez, o provocará un cisma con Podemos, debilitando el voto a la izquierda de los socialistas. 

Lo que sí repiten desde el Gobierno es que se puede gobernar con la extrema izquierda, que es lo que hace el socialismo sanchista, y no puede hacerse con la extrema derecha, que es a lo que está abocado el PP. Chirría ese discurso unilateral. Fue Sánchez quien indicó la vía, única posible si sólo se cava y ensancha el foso central entre izquierda y derecha.

Desde los pasillos Ione Belarra se encargó de criticar a Sánchez y a Yolanda (“Contra Vox es fácil ser de izquierdas”) más que a Tamames. Yolanda, siguiendo la táctica de Sánchez, optó por hablar profusamente desde la tribuna para contrarrestar a Tamames también con una ducha oral.

Pasado este episodio de distracción, la política española vuelve a su rutina de mala calidad con políticos de poca altura y miras más partidarias que nacionales. ¿Influirá este debate en la opinión pública? ¿Modificará la opinión y las intenciones de voto de los españoles? Habrá que estar a lo que nos digan los sondeos, pero lo más probable es que no. Tamames ya puede jubilarse de todo tras su hora de relativa gloria y colgar su vanidad en una pared de su casa.

Recordaremos su simpatía y su erudición, que contrasta con la ignorancia de las Señorías, así como algunas de sus afirmaciones, por acertadas, pero no está como para poner su propio colchón en La Moncloa ni fue capaz de revolucionar el patio para que mejoren las diputadas y los diputados, que buena falta hace. No obstante, en vez de reírse de Tamames o indignarse por alguna de sus manifestaciones, harían mejor en el Hemiciclo en reflexionar sobre mucho de lo dicho por el catedrático-candidato.

 

Carlos Miranda, Embajador de España