viernes, 10 de marzo de 2023

LATINOAMÉRICA CON Y SIN UCRANIA

LATINOAMÉRICA CON Y SIN UCRANIANA

 

 

      Madrid, 10-03-2023

                  (Lectura de 4,5 minutos 😊)

 

   

El Gobierno Sánchez prepara con cuidado la presidencia española de la Unión Europea, que le corresponde el segundo semestre de 2023, no solo por la responsabilidad, y el honor, que ello comporta, sino también porque acontecerá en plena campaña electoral para las elecciones generales, algo que no puede desaprovechar Sánchez, como es natural. Latinoamérica será objeto de especial atención.

En una reciente exposición en un foro de debate de temas de seguridad por un joven especialista, se explicaron las reacciones de los países latinoamericanos ante la brutal invasión rusa de Ucrania, mayoritariamente contrarias con la excepción de Nicaragua que votó hace poco en contra de condenar en la ONU a Rusia. Algún que otro país optó por una abstención.

Eso sí, casi todos los latinoamericanos se han negado a aplicar sanciones, señaló el experto, porque cuando se encona la pugna fría entre China y EEUU, no quieren optar por uno, EEUU, y, en segundo lugar, por sus vínculos económico-comerciales con Rusia.

La excepción, añadió, sería la Chile de Boric, dispuesta a aplicar sanciones a Rusia si las avala el Consejo de Seguridad de las NNUU. Una hipocresía ya que Rusia es miembro permanente del Consejo y con su veto no se penalizaría por iniciar una guerra injustificada. Parecería que algunos nos toman por tontos.

El ponente, cercano a Podemos, señaló que se aprecia un decrecimiento de la influencia occidental, estadounidense y europea, por una reducción de su interés por esa región del mundo, algo que podría, añadió, intentar cambiar España con su presidencia europea.

No obstante, el interés de la audiencia y los propios conocimientos del experto bajaron a mínimos con dos cuestiones de importancia, diferentes, aunque relacionadas. El primer lugar, el creciente florecimiento del indigenismo y, en segundo lugar, la cuestión suscitada por la impertinente carta del Presidente mexicano López Obrador a Felipe VI reclamando que España pida perdón por su colonización americana.

Respecto al indigenismo dos cosas son evidentes. Con el proceso de descolonización en Africa y Asia, los nativos tomaron el control de sus países. En América fueron los criollos, los colonos, tanto al Norte como al Sur, en rebelión frente a sus metrópolis europeas. En los lugares más poblados de nativos, como Perú, Bolivia o Ecuador, entre otros, los indígenas están levantando ahora la mano y esta es una cuestión importante para España pues debe evitar una posible disyuntiva entre los criollos apelando a la Madre Patria y los indígenas que no distinguen entre los españoles y los criollos, sucesores, estos últimos, de los conquistadores.

En cuanto a la carta del ególatra AMLO, no merece respuesta por su altivez, sí bien debería de haber provocado un debate interno español. Como con todos los colonizadores, nuestras actuaciones tuvieron luces y sombras. Franceses y británicos han, al menos, lamentado las sombras y los belgas tienen una comisión parlamentaria trabajando esta cuestión.

En España, nada. Nuestro orgullo, aparentemente, solo permite alumbrar las luces sea en América, Filipinas, Guinea Ecuatorial o en Marruecos y Sahara occidental, lo que está bien, pero impide reconocer las sombras, que las hay. El Papa Francisco ha lamentado los excesos de la evangelización en América y conviene recordar que esa evangelización se amparó en nuestras espadas, a veces sangrientas. Por otra parte, Francisco muestra parcialidad al no querer condenar claramente a Rusia por su atropello ucraniano. 

Queda preguntarse porque Canadá y EEUU han tenido mayor éxito que los países latinoamericanos. Posiblemente por una variedad de razones entre las que habría que incluir una concepción de vida predominantemente protestante frente a la católica al Sur del Río Grande.

Lo que habría que relativizar es la influencia en ello de la Leyenda Negra como argumentan algunos, especialmente los que no ven sombras en nuestra colonización o temen al indigenismo, porque lo de echar las culpas a los demás es un recurso facilón y estéril.

Asimismo, hay que descartar que el mayor éxito del Norte sea debido a una ausencia de nativos, exterminados, se subraya, porque podría ser un argumento racista ya que parece indicar que un menor éxito al Sur debería atribuirse al mestizaje, algo, por el contrario, enriquecedor.


Carlos Miranda, Embajador de España