martes, 14 de marzo de 2023

ALGÚN RESPIRO APARENTE

ALGÚN RESPIRO APARENTE

 

    Madrid, 14-03-2023

                       (Lectura, 4 minutos 😊)

 

No es noticia, aseguran, un perro que muerde a una persona sino cuando es una persona la que muerde al perro. Putin se encarga de ello injusta y cruelmente a diario y tiene relevos como un banco californiano quebrado en Silicon Valley que siembra momentáneamente el pánico allá y aquí.

Afortunadamente, de vez en cuando, llegan buenas noticias como la de que Arabia Saudí e Irán están recuperando sus relaciones diplomáticas rotas desde hace siete años. Sin perjuicio del escepticismo que ello despierta en Washington, con buenos motivos, y de que se trate de dos países que no conforman con nuestras democracias occidentales, con graves atentados a los derechos humanos, más amigo el uno que el otro, hay que alegrarse de que un foco regional de inestabilidad, con repercusiones mundiales, vaya difuminando su explosividad.

China se apunta un tanto al presentarse como instrumental en el acuerdo mediante una mediación suya. Eso es lo que apreciamos favorablemente de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU cuando ayudan a apaciguar los ánimos, muy especialmente cuando ese Consejo está bloqueado por otro miembro permanente, Rusia. Sin embargo, no hay que ser ingenuo. China, la potencia mundial ascendente, se inmiscuye de este modo en el Oriente Medio, un jardín con palmeras regadas por los americanos y, también, por los rusos y donde la Unión Europea hace modestos pinitos. 

Así es la vida internacional, competitiva, pero tranquiliza cuando se hace pacíficamente y fomentando el entendimiento. EEUU ya se cuidará de mantener sus propias palmeras y la UE debería hacer lo mismo por el Golfo, el Oriente Medio, así como en África y América Latina donde China, capitalismo dictatorial comunista, se introduce astutamente.

No obstante, se agradecería que, desde Beijing, donde Xi Jinping inaugura su extraordinario tercer mandato como Presidente y acaba de tomar posesión de su cargo un nuevo ministro de Exteriores, de labia agresiva, China se esforzase más en conseguir que su amigo ruso busque un verdadero entendimiento con Ucrania en lugar de seguir mandando misiles para destrozarla.

Lo mejor del plan chino de paz, por ahora irrelevante por tendencioso, es el compromiso de respetar la soberanía de los países, eso que Putin obvia y que implicaría la retirada de sus ejércitos de Ucrania. Tiene, asimismo, otros aspectos que podrían ayudar a esa meta si se busca verdaderamente la paz, algo que doraría el blasón chino sin desdorar el de los que ayudamos al agredido. No obstante, otras propuestas del plan hacen del agresor un asesino justificado.

Xi asegura que va a tratar esta cuestión personalmente con Putin y Zelensky quien ya ha manifestado estar dispuesto a ello. Esperemos un resultado satisfactorio y mientras tanto los movimientos pacifistas occidentales podrían intentar manifestarse en las calles de Moscú.

En esta vena de satisfacción por entendimientos, se puede añadir el logrado por Francia y el Reino Unido para controlar la migración ilegal entre los dos países que esencialmente fluye hacia las Islas Británicas, aunque allí la ley sobre inmigración sea más que discutible cuando sea ilegal o se trate de refugiados, incluso escandalosa, en opinión de figuras relevantes de su sociedad como el antiguo futbolista Gary Lineker. Si Richi Sunak, a diferencia de Boris Johnson, resuelve problemas, puede que al laborista Keith Starmer le cueste más llegar a Downing Street dentro de casi dos años a pesar de que los sondeos le aúpan ahora.

En cambio, Macron tiene graves problemas con una población reacia a jubilarse a los 64 años en lugar de los 62, con un deje profundo de lucha de clases, aunque el problema más serio para los franceses será el de cómo evitar que la extrema derecha de Le Pen o la extrema izquierda de Mélenchon se hagan con el poder al término definitivo del mandato del actual inquilino del Elíseo en 2027.

 

Carlos Miranda, Embajador de España