jueves, 26 de enero de 2023

"STRATEGOS"

STRATEGOS

 

     Madrid 27-01-2023

                           (Lectura:  3´50´´ 😊)


   


El pasado mes de noviembre, una respetada autoridad militar española aceptaba en un foro especializado que es improbable una invasión militar marroquí o nuestra al Reino alauí. ¿Para qué nos hacen falta, pues, carros de combate? Para contribuir a la seguridad de nuestros aliados, fue la respuesta. Por eso hay seis carros Leopard 2E nuestros desplegados en Letonia. ¿Hemos de dotarnos de activos que no nos son imprescindibles sólo porque sean útiles a otros? 

Tenemos un presupuesto escaso a pesar de su notable incremento. ¿No sería mejor dotarse de lo que verdaderamente necesitamos y con ello contribuir a la defensa colectiva? No hay respuesta fácil, y menos cuando ya se tienen casi unos 350 Leopard, de concepción alemana, lo que inclina a mantenerlos. 

Si los tenemos esencialmente para ayudar a otros, parece lógico ceder algunos a Ucrania. ¿Una docena? Alemania, tras conseguir Scholz que EEUU se moje entregando también sus más sofisticados carros Abrams a Kyiv, acepta que se transfieran tanques Leopard 2 a Ucrania, suyos y de otros países. ¿Qué hará España y cuantos necesita el ejercito ucraniano para defenderse de ofensivas rusas o recuperar territorios suyos?

España ofrecerá unos pocos a Ucrania de conformidad con nuestra política de seguidismo ajeno ya que hemos arrastrado los pies como Alemania. El Vicepresidente “in pectore” del Gobierno, Bolaños, reconoció su entrega este miércoles, remitiendo a Robles para los tecnicismos. Comprobaremos, pues, la generosidad o la cicatería gubernamental en función de los que se traspase a Kyiv. Conviene recordar que Ucrania se ha vuelto defensa adelantada de la UE, de la OTAN y de España. Quienes se quejan de escalada occidental, respaldando así a Putin, mejor debieran remontarse a su leva veraniega de 300.000 reclutas o a su invasión de Ucrania.

¿Necesitamos un portaaeronaves? Si no vamos a desembarcar en costas magrebíes y Canarias es un portaaviones natural, no parece imprescindible. Con pocos recursos hay que distinguir entre lo imprescindible y lo conveniente. Sería útil, señalaba dicha autoridad, como apoyo a fuerzas nuestras en ciertas misiones en el extranjero como la de la ONU en el Líbano. Un argumento serio. ¿Decisivo? ¿Es el Juan Carlos I imprescindible?

Es cuestión de costes además de disuasión. En menos de una década vamos a duplicar el presupuesto de defensa. Ahora es un momento clave para organizar, o reorganizar, nuestras FAS. ¿Esa ampliación presupuestaria debiera traducirse en duplicar carros y encargar un segundo portaaeronaves? No parece, aunque los carros seguirán y el Juan Carlos I recibirá, posiblemente, unos F-35 costosos, pero hay otras necesidades imperiosas.

El mundo ciber y el espacio exterior están militarizados y debemos invertir mucho en ambos, con material y con personal. El JEMAD ya lo señala desde hace tiempo. Hemos de renovar también, entre otras cosas, nuestros aviones de patrulla marítima y sacar lecciones de Ucrania.

Los carros, como el portaaviones, desvían fondos para otros equipos quizás más necesarios y aún más cuando nos dijeron que unos Leopard antiguos almacenados no han sido correctamente mantenidos. Dinero de nuestros impuestos tirado por la ventana. ¿Por dedicarlos a otros sueños? Menos, bien pertrechado, puede ser mejor. Sigue siendo un debate complicado, pero que no se percibe, bien sea porque no lo hay o no se transparenta. ¿Saben verdaderamente de asuntos estratégicos nuestros políticos?

Da la impresión de que más razonables son las inversiones en el Ejército del Aire, pero la necesaria sustitución de los F-18 abre dos debates: ¿Americano o europeo?, y si americano, ¿F-35 para que lo tenga también la Armada por su despegue vertical? Son costes añadidos tanto por el material como por su logística.

En noviembre de 2022, Macron ofreció en Tolón la disuasión nuclear gala para amparar también a otros países europeos. Lógico en el proyecto de una defensa europea y como complemento de la garantía nuclear americana y británica en la OTAN, de la que Francia es parte.

No fue una novedad. Francia ya lo explicitó hace unos años, ofreciendo a otros países europeos discutirlo y hasta participar en sus ejercicios nucleares, un gesto que puede haber dejado de piedra a las autoridades políticas, diplomáticas y militares de la Nación, algo difícil de entender, incluso de creer, pero la referida autoridad militar indicó que no había contactos al respecto entre España y Francia.

 

Carlos Miranda, Embajador de España