“PAPÁ TE FALSIFICA EL TÍTULO”
Madrid, 01-08-2025
(Lectura rápida 😊)
Me publican en La Discrepancia:
https://ladiscrepancia.com/papa-te-falsifica-el-titulo/
Diana Morant, una ministra más del montón sanchista,
desprecia a todos los que se esfuerzan por estudiar y aprender y a los que para
acceder a la función pública y servir al Estado, a los españoles, muestran sus
títulos honestamente conseguidos. Morant
prefiere la hoja de servicios a los títulos que capacitan. Pues
mentir en la hoja de servicios no debiera de ser aceptable a pesar del aval de
Morant, faro oficialista del sanchismo valenciano, pero, el sanchismo no es
socialismo.
Da pena ver a aquellos que se
apuntaron al sanchismo, conscientes o engañados, y siguen
aferrados al mismo aportándole su apoyo y votos a veces con cualquier pretexto más
que nada para hacerse perdonar. El daño del sanchismo al socialismo hasta puede
ser irrecuperable.
Flaco favor le hace Morant a
los socialistas que se comportan honradamente. Esperemos que no
sea porque vayan menguando. Sánchez nos miente con facilidad y reiteración
desde que al principio de los tiempos nos dijo que nunca pactaría con Iglesias
y Podemos, lo que hizo sin rubor en cuanto pudo, para luego asegurarnos que
nunca amnistiaría a los golpistas catalanes y hacerlo finalmente por unos
escaños suyos para seguir en su poltrona. El sanchismo se vende a cualquier
precio como también se ve cuando pacta con Bildu.
Pinocho tenía una nariz que crecía cuando mentía y
Quevedo escribió antes un soneto a un hombre pegado a una nariz. De haber
conocido a Pinocho, Quevedo seguramente habría hablado de una “nariz creciente”
e igual la hubiera pegado a Sánchez. Si el jefe
da el ejemplo, “pues eso” …
Al condonar la autoatribución de títulos inexistentes, o
su eventual falsificación, con su elogio exclusivo a la hoja de servicios, no
solo los sanchistas avalan a través de Morant el
engaño como una práctica aceptable, sino que insultan a todos los que
se esfuerzan por estudiar con el dinero ganado honradamente con el sudor de la
frente de sus padres, de la propia u obteniendo becas. En realidad, lo
socialista sería ofrecer más becas y no mentiras.
La cultura del sanchismo debe ser una del menor esfuerzo
acompañada de trampas y de irresponsabilidad. A pesar de ser comunista, Yolanda Díaz comparte el desprecio a la gente preparada
para desempeñar los cargos públicos algo
que sí se apreciaba entes en el socialismo sin perjuicio de “precursores” como
Roldán perseguido y condenado por robar a los españoles, alguien que tampoco
tenía los estudios que afirmaba haber realizado. Viejo virus, pero, entonces,
hundió a sus correligionarios. Ahora, se explica, se razona, se justifica.
No ha de sorprender, por lo tanto, que Oscar López, un
alter ego de Sánchez junto a Oscar Puente, intente con una Secretaria de Estado
suya de desvirtuar el sistema de oposiciones para acceder a la función pública.
Todos los sindicatos y asociaciones de funcionarios
están en contra del proyecto. Las oposiciones tienen sus defectos,
pero son el método más garantista para los postulantes y la propia
Administración. Debe de ser eso lo que preocupa a Sánchez cuyos estudios
universitarios también son cuestionados por la oposición.
Yolanda pretende que una asistenta pueda ser jefa del
gobierno español. Con todo el respeto que se merece cualquier trabajador, es
preferible tener en La Moncloa a alguien que ha tenido la suerte y la capacidad
de estudiar, así como de demostrarlo con una titulación cierta y no inflada con
mentiras. Con su demagogia comunista Yolanda
demuestra que la primera que no es apta para dirigir un gobierno español es
ella. El sanchismo hace estragos en todas partes.
Con Morant el sanchismo favorece la pillería. “No hace
falta que estudies”, dirán los progenitores sanchistas a sus retoños, “papá te falsificará el título que más te guste y lo
podrás incluir en tu hoja de servicios”. Morant es Ministra de
universidades, pero desprecia los títulos que allí dan en lugar de
revalorizarlos exigiendo honestidad. Morant también debiera desaparecer del
escenario público.
Tampoco reconforta mirar a la
derecha. Noelia Núñez, del PP, dimitió por falsificar su
currículum. En todos lados cuecen habas. En Badajoz un líder de Vox confiesa
que no terminó una carrera y también dimite. Puigdemont tendría asimismo un
curriculum falsamente engordado. Como con las cerezas, sacas una y siguen otras
cuantiosamente.
Debieran los políticos, todos, que justificar ahora sus
currículos empezando por los del Congreso ahora a secas y de ahí para abajo
hasta el último concejal. Hemos de desconfiar de
todos ellos empezando por el inquilino de La Moncloa. ¡Qué tristeza!
Carlos Miranda, Embajador de España