sábado, 9 de agosto de 2025

¿QUIÉN ES CULPABLE?

¿QUIÉN ES CULPABLE?

 

 

                              Madrid, 08-08-2025

                              (Lectura rápida 😊)

 

 

 

Publicado en La Discrepancia:

https://ladiscrepancia.com/quien-es-culpable/

 

 

¿Algo podría cambiar en Palestina tras una reciente decisión de la Liga Árabe (30-07-25)?  Quizás a medio plazo, aunque es urgente. Mientras tanto, Netanyahu quiere ocupar toda la franja de Gaza a pesar de las reticencias de sus militares y de algunos de sus conciudadanos, así como la condena mundial. La catástrofe iniciada con el ataque de Hamás en octubre de 2023 se amplificará en mayor detrimento de los gazaties.

  

Japón solo se rindió cuando EEUU le lazó dos bombas nucleares. Tras la primera Tokio aún pretendió seguir una guerra perdida e iniciada por ella. Tras todos los horrores cometidos por Japón durante la guerra, esas dos bombas permitieron que pasara de agresor y ocupante cruel a víctima.  

 

Lo mismo ocurre en Gaza tras la declaración de guerra de Hamás y sus milicias terroristas el 7 de octubre de 2023, asesinando a 1.200 personas y secuestrando a 250. La dureza de la respuesta israelí ha convertido, sin embargo, a los gazaties en víctimas. Israel no ha logrado con sus militares liberar a los rehenes, destroza Gaza y extermina su población. La suerte de los rehenes nunca ha sido la primera prioridad de Netanyahu. Otros objetivos políticos han condicionado sus decisiones centradas en destruir Hamás y Gaza, así como abrir la puerta a la hipotética anexión de Gaza y Cisjordania.  

Tampoco puede salir bien librada Hamás, una organización terrorista que controla política y administrativamente Gaza y dispone de miles de milicianos fuertemente armados de tal manera que Gaza es independiente de la Autoridad Palestina sita en Ramallah, Cisjordania, reconocida también como Estado palestino por muchos países. Cisjordania está controlada por Al Fatah que hace varias décadas renunció al terrorismo. Irán arma Hamás, así como otros movimientos terroristas que desean la destrucción de Israel, como Hezbollah en el Líbano y los hutis en el Yemen. Israel gana esta guerra de Gaza, pero pierde la del relato por sus excesos.

En 1945 tuvieron los alemanes que esperar al suicidio de Hitler para rendirse, evitando más bombardeos aliados, terroríficos, de las poblaciones alemanas. Los dirigentes de Hamás ni se rinden ni se suicidan. A pesar del desprecio por la seguridad de su propia población, se benefician paradójicamente de simpatías por el martirio que imponen a los gazaties al ser los principales responsables de su suerte. Las pavorosas imagines de un joven rehén israelí, famélico tras casi dos años de cautiverio, obligado por Hamas a cavar su tumba en un túnel de Gaza subraya la inhumanidad de los terroristas palestinos.

Desde siempre la paz huye de Palestina. Nada más declararse en 1948 la independencia de Israel, avalada por la ONU, Egipto, Jordania, Siria e Irak la invadieron. Fueron derrotados, pero la paz nunca volvió. Ha tenido momentos de posibilismo, pero también huyeron. No es imposible, pero necesitará el alineamiento de varios astros. La renuncia al terrorismo habilitaría una presión eficaz sobre Israel para que acepte un Estado palestino y acabar con sus violaciones territoriales. Los países árabes del Golfo debieran de ser un sostén económico de los palestinos. Donde no hay hambre es más fácil la paz.

Israel está aislada, salvo el apoyo estadounidense, pero mientras el terrorismo siga imposibilitando la paz, abusarán los sectores más nacionalistas y extremistas israelíes. Los han animado siempre los diversos movimientos extremistas y terroristas palestinos. Aliados todos en el odio, unidos en la destrucción de la esperanza, los culpables son esos extremistas.

No ayuda la falta de un orden internacional estable. El Consejo de Seguridad es inoperativo: Rusia, lastrada por su injustificada invasión de Ucrania; China por ayudar a Rusia; los EEUU por la errática política de Trump. Hay que establecer la vigencia de dos Estados que puedan convivir en paz entre ellos y en la región, no uno amenazado por organizaciones terroristas teledirigidas desde Teherán. Con Rabin y Arafat se estuvo cerca, pero los terroristas palestinos y los radicales israelíes asesinan siempre la esperanza.

Por todos estos motivos la decisión adoptada a finales de julio por la Liga Árabe da una luz de esperanza. Los países árabes exigen el fin de Hamás para apoyar un Estado palestino. La Liga Árabe condena el atentado del 7 de octubre y exige a Hamás apartarse para que ese Estado sea viable. Una declaración a la que se unió la Unión Europea.

Puede tener efectos a medio y largo plazo, y es significativo que Arabia Saudí exija establecer relaciones con Israel a cambio de reconocer un Estado palestino. En este contexto un reconocimiento condicionado del Estado palestino tiene sentido, más que uno incondicional y realizado solo para satisfacer a Podemos, ERC, Bildu y compañía. En la Asamblea General de la ONU en septiembre bastantes países podrán anunciar un futuro reconocimiento con esta referencia árabe. Posicionarse como un chuletilla frente a EEUU e Israel no es la vocación de una política exterior española de Estado y tiene costes.

 

Carlos Miranda, Embajador de España