¿QUIÉN ES
CULPABLE?
Madrid, 08-08-2025
(Lectura rápida 😊)
Publicado en
La Discrepancia:
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¿Algo podría
cambiar en Palestina tras una reciente decisión de la Liga Árabe (30-07-25)? Quizás
a medio plazo, aunque es urgente. Mientras tanto, Netanyahu quiere ocupar toda
la franja de Gaza a pesar de las reticencias de sus militares y de algunos de
sus conciudadanos, así como la condena mundial. La catástrofe iniciada con el
ataque de Hamás en octubre de 2023 se amplificará en mayor detrimento de los
gazaties.
Japón solo se rindió cuando
EEUU le lazó dos bombas nucleares. Tras la primera Tokio aún pretendió seguir una
guerra perdida e iniciada por ella. Tras todos los horrores cometidos por Japón
durante la guerra, esas dos bombas permitieron
que pasara de agresor y ocupante cruel a víctima.
Lo mismo ocurre en Gaza tras la declaración de guerra de
Hamás y sus milicias terroristas el 7 de octubre de 2023, asesinando a 1.200
personas y secuestrando a 250. La dureza de la
respuesta israelí ha convertido, sin embargo, a los gazaties en víctimas.
Israel no ha logrado con sus militares liberar a los rehenes, destroza Gaza y
extermina su población. La suerte de los rehenes nunca ha sido la primera
prioridad de Netanyahu. Otros objetivos políticos han condicionado sus
decisiones centradas en destruir Hamás y Gaza, así como abrir la puerta a la hipotética
anexión de Gaza y Cisjordania.
Tampoco puede salir bien librada Hamás, una organización
terrorista que controla política y administrativamente Gaza y dispone de miles
de milicianos fuertemente armados de tal manera que Gaza es independiente de la Autoridad Palestina
sita en Ramallah, Cisjordania, reconocida también como Estado palestino por
muchos países. Cisjordania está controlada por Al Fatah que hace varias décadas
renunció al terrorismo. Irán arma Hamás, así como otros movimientos terroristas
que desean la destrucción de Israel, como Hezbollah en el Líbano y los hutis en
el Yemen. Israel gana esta guerra de Gaza, pero pierde
la del relato por sus excesos.
En 1945 tuvieron los alemanes que esperar al suicidio de
Hitler para rendirse, evitando más bombardeos aliados, terroríficos, de las
poblaciones alemanas. Los dirigentes de Hamás ni se rinden ni se suicidan. A
pesar del desprecio por la seguridad de su propia población, se benefician paradójicamente
de simpatías por el martirio que imponen a los gazaties al ser los principales
responsables de su suerte. Las pavorosas imagines de un joven rehén israelí,
famélico tras casi dos años de cautiverio, obligado por Hamas a cavar su tumba
en un túnel de Gaza subraya la inhumanidad de
los terroristas palestinos.
Desde siempre la paz huye de Palestina. Nada más
declararse en 1948 la independencia de Israel, avalada por la ONU, Egipto,
Jordania, Siria e Irak la invadieron. Fueron derrotados, pero la paz nunca
volvió. Ha tenido momentos de posibilismo, pero
también huyeron. No es imposible, pero necesitará el alineamiento de
varios astros. La renuncia al terrorismo habilitaría una presión eficaz sobre
Israel para que acepte un Estado palestino y acabar con sus violaciones
territoriales. Los países árabes del Golfo debieran de ser un sostén económico
de los palestinos. Donde no hay hambre es más fácil la paz.
Israel está aislada, salvo el apoyo estadounidense, pero
mientras el terrorismo siga imposibilitando la paz, abusarán los sectores más
nacionalistas y extremistas israelíes. Los han animado siempre los diversos
movimientos extremistas y terroristas palestinos. Aliados todos en el odio,
unidos en la destrucción de la esperanza, los culpables
son esos extremistas.
No ayuda la falta de un orden internacional estable. El Consejo
de Seguridad es inoperativo: Rusia, lastrada por su injustificada invasión de
Ucrania; China por ayudar a Rusia; los EEUU por la errática política de Trump.
Hay que establecer la vigencia de dos Estados que puedan convivir en paz entre
ellos y en la región, no uno amenazado por organizaciones terroristas teledirigidas
desde Teherán. Con Rabin y Arafat se estuvo cerca, pero los terroristas palestinos y los radicales israelíes asesinan
siempre la esperanza.
Por todos estos motivos la decisión adoptada a finales de
julio por la Liga Árabe da una luz de esperanza. Los
países árabes exigen el fin de Hamás para apoyar un Estado palestino.
La Liga Árabe condena el atentado del 7 de octubre y exige a Hamás apartarse para
que ese Estado sea viable. Una declaración a la que se unió la Unión Europea.
Puede tener efectos a medio y largo plazo, y es
significativo que Arabia Saudí exija establecer relaciones con Israel a cambio
de reconocer un Estado palestino. En este
contexto un reconocimiento condicionado del Estado palestino tiene sentido,
más que uno incondicional y realizado solo para satisfacer a Podemos, ERC,
Bildu y compañía. En la Asamblea General de la ONU en septiembre bastantes
países podrán anunciar un futuro reconocimiento con esta referencia árabe. Posicionarse
como un chuletilla frente a EEUU e Israel no es la vocación de una política
exterior española de Estado y tiene costes.
Carlos Miranda, Embajador de España