RUSIA PIERDE
Madrid
14-02-2025
(Lectura
rápida 😊)
En La Discrepancia:
https://ladiscrepancia.com/rusia-pierde/
Aron Ralston, un montañero estadounidense atrapado por
una roca cuando cayó a un barranco donde nadie sabía que estaba, se cortó él
mismo el brazo aprisionado para salvarse.
ooOoo
Ahora Trump quiere acabar, siempre lo dijo, con la guerra
que Rusia declaró a Ucrania en 2022 porque Kiev llevaba un rumbo decidido hacia
el mundo occidental. La mayoría de los ucranianos deseaban alejarse de Moscú y acercarse a la Unión Europea y a Occidente, dando fin a la opresiva subordinación
moscovita.
El que Ucrania estuviese inmersa desde 1991, fecha de su
independencia, en una conflictividad civil interna entre la mayoría prooccidental
y una minoría prorrusa en el Donbas no altera que Ucrania
quería mayoritariamente alejarse de Moscú para ser un país
plenamente soberano, lejos del “diktat” del Kremlin. Ya lo intentó en 1917, sin
éxito, cuando la revolución rusa.
Putin, un postcomunista y postespía liberado de cualquier
compromiso moral y ético, lanzó en 2022 sus formidables ejércitos rusos
postsoviéticos sobre Ucrania para conquistarla entera tras haberse zampado
Crimea en 2014. Fue un golpe de mano con dos o tres centenares de miles de
soldados con apoyo aéreo y protegidos por tanques. Los rusos pensaron que podrían ocupar mucho territorio y su capital
para instalar un gobierno títere prorruso.
La operación falló, Kiev resistió, y tras una guerra ya
larga de tres años Rusia solo ocupa esencialmente los territorios ucranianos
donde había poblaciones que le eran favorables y Crimea, arrebatada a los
turcos por Rusia en el siglo XVIII, caprichosa y artificialmente entregada a Ucrania
en tiempos soviéticos. Su reapropiación indebida, sin duda inaceptable, por
Rusia, un hábito tanto con Zares azules como rojos,
constituye una pérdida soportable para Ucrania frente a esta Rusia de nuevo imperialista.
El “blitzkrieg” ruso, al estilo del alemán en la Segunda
Guerra mundial, quedó empantanado, fracasado.
Al no lograr su verdadero propósito se convirtió en una guerra de trincheras
que ahora se mueven muy despacio en favor de Moscú en el Este ucraniano, salvo
en la zona rusa de Kurtz ocupada por Ucrania a modo de carta negociadora. Los
dos adversarios están exhaustos y va llegando el momento de poner término a
esta guerra. Moscú parece disponer de recursos infinitos, pero no será así
cuando Putin prefiere importar soldados coreanos que llamar de nuevo a filas a
rusos jóvenes y no tan jóvenes. ¿No será esta guerra ya tan popular allí?
Rusia está derrotada porque lo
quiso todo y solo obtendrá un pellizco territorial. Si
se llega a un entendimiento entre Moscú y Kiev, con mediación americana (o más
crudamente, entre Trump y Putin) y quizás con participación europea (lógica si
tendrá un rol militar que desempeñar) sobre la base de la línea divisoria
actual entre rusos y ucranianos, u otra semejante, Rusia sólo conservará un 20%
de Ucrania formada por esos territorios que eran prorrusos y Crimea.
Un pellizco tampoco tan dañino para Ucrania en términos
políticos, económicos y estratégicos al conservar Kiev Odesa y otros accesos al
Mar Negro, un 80 % compacto de su territorio original, su libertad, sus campos
de cereales, sus importantes minerales y su
inmersión definitiva en el mundo occidental, que es la cuestión esencial que se
viene dirimiendo desde antes del Maidán, cuando Putin vetó una
asociación de Ucrania con la Unión Europea.
A Finlandia le pasó lo mismo cuando la Segunda Guerra Mundial.
Enseño los dientes, resistió, perdió una quinta parte de su territorio y basta
mirarla ahora para comprobar que salió ganando. Tampoco la Rusia soviética pudo
comérsela entera. Cuando se quiere toda la tarta
y solo te puedes quedar con dos trozos de los diez que hay es que has perdido como
Rusia y Putin saben muy bien.
Sin duda estaremos mejor con paz que con guerra y eso
requiere un esfuerzo. Queda por ver la letra pequeña de un acuerdo, de qué modo
se reiniciarán las relaciones entre el mundo occidental y Rusia, algo positivo,
pero tampoco se podrán plantear como si no hubiera pasado nada porque hay que
enarbolar de nuevo el Acta Final de Helsinki para regir a Europa, también
firmada por Rusia en 1975. En cuanto a los europeos, los de la Unión Europea, lo
que tienen que hacer es crear su propia defensa, unirse en un Estado Federal,
abandonar pretenciosidad alguna y dejar de
llorar.
Carlos Miranda, Embajador de España