¿CERO PATATERO A TRUMP?
Madrid 30-01-2025
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Trump quiere ahora otro éxodo
en el Oriente Próximo. De aproximadamente un millón y medio de gazaties
a no se sabe dónde para reconstruir, alega, Gaza. Dicen que tiene de la
política una visión de tendero. Más caritativo es considerar que actúa con
mentalidad de agente inmobiliario.
Por ejemplo, quiere
comprar Groenlandia. Alega motivos tan serios de seguridad que
Dinamarca se ha puesto las pilas y va a dedicar 2.000 millones de € para la
seguridad de esa isla enorme cuyo valor estratégico multiplica el deshielo.
Tuvo que ser Trump el que se lo explicara al gobierno danés. Con los malos
modos que acostumbra consigue, desgraciadamente, pasar los mensajes que no
calan de otro modo. Pero Trump dice jocosamente que solo compran dos trineos
con ese presupuesto. Muchos expertos, incluso daneses, dicen que es una
inversión insuficiente.
Trump insistirá, pues, en adquirir Groenlandia. Nada que
oponer si están de acuerdo los groenlandeses. Si no lo están, debería negociar
o renegociar algún acuerdo de seguridad que tenga EEUU con Dinamarca,
propietaria de esa enorme isla donde muchos lugareños aspiran a una quimérica
independencia. Son 57.000 habitantes por algo más de dos millones de kilómetros
cuadrados. ¡Cuatro veces España!
Podrán acurrucarse en los brazos de EEUU si se hacen
estadounidenses o aceptar un mayor control militar desde Washington, pero la
decisión será de los groenlandeses y de Copenhague. Trump
confía en obtener lo que pretende y es improbable que recurra a la fuerza.
Si lo hiciera sería una agresión a la Unión Europea y un torpedo a la línea de
flotación de la OTAN de lo que se aprovecharía Rusia. Macron ofrece a Dinamarca
enviar tropas francesas a Groenlandia (¿se apuntará Sánchez?). ¿Zipi y Zape?
Igual surte efecto en Washington.
Quiere recuperar también el Canal de Panamá. Quiere más bien
poder controlar su gestión en la que dice que medran los chinos, algo
inimaginable para Washington, y, más que nada, precios más bajos para los
buques americanos, mercantes o de la Navy, que cruzan el canal. Lo de amenazar
con su preeminencia militar es inaceptable, pero probablemente es para asustar,
presionar y dar publicidad a sus intenciones. Como
dicen, a Trump conviene tomarle en serio, pero no al pie de la letra.
Lo último suyo es llevarse a los gazaties a Egipto y
Jordania. Eso ya es de tendero ignorante.
Ya hubo en el pasado éxodos importantes de palestinos a otros países árabes y a
resultas ya ningún país hermano quiere acogerles si no es de uno en uno y con
estudios universitarios. Ni a sus terroristas con metralleta y bandana verde
como los que se pavonean ahora por Gaza protegidos por el alto el fuego con
uniformes bien planchados en los túneles donde han vivido escondidos junto a
sus rehenes como poco torturados psicológicamente o asesinados. ¿Por qué no los
liberan todos de una vez y no a cuentagotas? ¿Acaso Egipto quiso acoger ahora a
los palestinos desplazados en Gaza? Cerró la frontera con un muro berlinés. Los
árabes les apoyan, pero no los quieren en sus países por considerarles unos
alborotadores peligrosos con metralletas y granadas.
Mientras haya terrorismo
palestino no habrá paz ni
la eventualidad de presionar a Israel para aceptar un verdadero Estado
palestino y los israelíes, empujados por sus propios radicales, acabarán
construyendo el Gran Israel. Los palestinos no han perdido ocasión para
empeorar su situación desde 1948 planteando conflictos de los que generalmente
han salido perdiendo. La Autoridad Nacional Palestina es casi una ficción,
aunque se la reconozca como Estado, y un desastre de gestión, así como,
señalan, un nido de corrupción de lo que se aprovecha equivocadamente Israel
que no confía en esa ANP a pesar de que ésta bien se ha cuidado de no apoyar a
Hamás, dueña de Gaza, al que Al Fatah, que controla la ANP y Cisjordania,
considera nada menos que su enemigo.
Los árabes no quisieron
inicialmente, en 1947, los dos Estados a pesar de la ONU e invadieron Israel con sus ejércitos nada
más proclamarse en 1948 su independencia. Ahora varios de ellos (Egipto,
Jordania, Marruecos entre otros) aceptan los dos Estados salvo los palestinos
terroristas de Hamás, o de Hezbollah en el Líbano, siguiendo directrices de
Irán, verdadero malo de la película.
Así no tienen futuro los palestinos y facilitan la
postura de los que en el Estado hebreo quieren quedarse con Gaza y con
Cisjordania. Una o dos más de Hamás como la de
ahora provocando guerras, miles
de muertos palestinos (incluidos de sus milicias terroristas) y destrucciones
previsibles en Gaza, e Israel se quedará con todo.
Ni los egipcios ni los jordanos, ni ningún otro país
árabe, parecen inclinarse por aceptar a los refugiados palestinos. Habrá que ver qué pasa
y si ocurre como con Colombia donde su presidente se ha tragado en cinco
minutos su resistencia a aceptar a compatriotas suyos expulsados de EEUU por
ser inmigrantes ilegales con una amenaza de Trump de subir un 25 % los
aranceles. Igual convence del mismo modo a egipcios y jordanos o amenazando de
no proveerles con armamento americano lo que introduciría de nuevo en esos
países a los rusos.
En El Cairo y Amman temen más a
los palestinos que a Israel y,
además, con razón, abogan por que puedan vivir en sus tierras que habrá que
desescombrar y reconstruir con, probablemente, dinero de la UE y quizás de los
árabes del Golfo. Mejor el de estos últimos que igual por ello frenan más a Hamás
que, de todos modos, no parece en condiciones de reiniciar pronto unas
hostilidades serias contra Israel que no la ha derrotado del todo, pero habrá
ganado algún que otro decenio de tranquilidad.
Carlos Miranda, Embajador de España