LUNÁTICOS
Madrid, 03-06-2022
(Lectura rápida 😊)
Se
ha alumbrado un debate absurdo, de esos irracionales en los que se juntan el
deseo de bulla y la ignorancia. ¿Va usted a asistir
a la Cumbre de la OTAN? preguntan a miembros del gobierno podemita.
En
efecto, hay varios gobiernos de la Nación.
El de Podemos, la escisión de Yolanda (Díaz), el de los pinitos del Garzón de IU y del PCE, el del
PSOE y el de Sánchez en Moncloa. Cinco. Vimos, pe, como, hace poco, Bolaños y
Robles, con diferentes espías cada uno, figuraban en distintos gobiernos. Además,
están los aliados extragubernamentales.
La
confusión es total cuando se dice que ministros de la extrema izquierda no
asistirán a la Cumbre aliada por rechazar la OTAN que nos protege de nuestros
enemigos internacionales. ¡Ni que este importante evento internacional fuese un
espectáculo al que se accede con entradas de pago! ¿Qué
demonios pintan en esa Cumbre aquellos que no sean los Ministros de Exteriores
y de Defensa además del Presidente del Gobierno? Nada.
Sin
desmerecer otras contribuciones podemitas, sus opiniones en materias
estratégicas están desfasadas. Huelen a rancia
naftalina soviética. Posturas de “cuando
éramos pequeños”, afirma irónicamente Sánchez. Equivocadas entonces
y más ahora que Putin se mudó a un fascismo imperial violentamente expansivo bendecido
por la Iglesia Ortodoxa rusa de la que se ha escindido la ucraniana.
La
verdadera presencia de agentes gubernamentales del podemismo, intricadamente
ligados a Sánchez y a los suyos, por mucho repelús que éstos afecten tenerles,
no será en la Cumbre. Será en manifestaciones
contrarias a la OTAN y a nuestra seguridad internacional.
Igual
se juntan a otros compañeros y camaradas suyos tirando huevos podridos y
tomates maduros a los asistentes a la Cumbre; recordando viejos eslóganes tipo “OTAN no, bases fuera”; quemando banderas aliadas;
y pretendiendo que la Alianza perturba la paz mundial.
Harían mejor en viajar a Finlandia y Suecia
para
comprobar cómo esos dos países neutrales prefieren la protección aliada que la
de una inexistente Defensa Europea. Una revolución escandinava donde Dinamarca
acepta, ahora, reforzar la defensa de la UE, si bien una Unión estratégicamente
autónoma sólo será posible con un Presidente de
unos EEUU federales con su propio botón nuclear a mano.
Ello
no impide dedicar más medios a nuestra protección y promocionar
la industria europea de defensa y cuando se pueda llegar a esa
verdadera autonomía estratégica lo razonable será mantener
el histórico vínculo transatlántico en todas sus facetas, incluida
la político-militar, porque América es hoy en día esencialmente hija de Europa
Occidental. Ambas, estrechamente unidas.
¿Asistirá
Yolanda a algún acto social en torno a la Cumbre, no a sus reuniones, por ser Vicepresidenta
del Gobierno? No debiera de ser un problema. Es una alianza política en la que
lo militar sólo es el medio para asegurar nuestra defensa. Por otra parte, Yolanda
debiera salir de su cascarón esencialmente social
si pretende presentarse como cabeza de una lista en las próximas
elecciones generales. Por ahora es solo una “one
issue candidate” como dicen los
anglosajones, alguien con un repertorio político limitado.
Los
ministros podemitas podrían sumarse a una cumbre alternativa por la paz, esa
que Putin destruye brindando como un vikingo de película en una copa horadada en algún cráneo enemigo.
En
Ucrania la guerra se empantana. Putin no debe querer pasar de una “operación
especial antinazi” a una movilización general que seria impopular y los de
Zelensky no parecen estar en condiciones de recuperar todos sus territorios. ¿Habrá partición de facto? Por eso es importante para cada adversario
definir ahora el contorno que controla.
Mientras tanto, los de Podemos se creen importantes desde sus poltronas si bien el conocido columnista Ignacio Varela señaló, con ocasión de sus críticas al Rey Emérito en Sanxenxo y a la Monarquía, que Sánchez les compró siendo ya ”personal de moqueta”. ¡Un personal que acusa al Gobierno del que forma parte de prevaricar en la concesión de los contratos para organizar la Cumbre! ¡Están en la Luna!
Carlos Miranda, Embajador de España