“MÁS PODEMOS”
Madrid,
21-05-2021
(Lectura rápida 😁)
Las elecciones del 4-M lo revolucionaron todo. ¿Sospechaban en el
PSOE un “sorpasso” por su izquierda? ¿Pensaron que solamente Más Madrid sacaría
más votos? ¿Qué pasaría si Unidas Podemos y Más Madrid se fusionasen formando “Más Podemos” (o “Podemos Más”) …?
Errejón pretende, por ahora, que su
proyecto crezca solo. Puede que prefiera absorber
Podemos o a su electorado. Controlar todo a la izquierda de los
socialistas. Primer paso. Un partido verdirrojo que se comería, luego, un PSOE
que, escorado por Sánchez a la izquierda ha abandonado a un electorado centrista,
de preferencia socialdemócrata, que, huérfano, tanteó la abstención y
Ciudadanos. Luego, ante las irresponsabilidades de Rivera y Arrimadas, buena
parte cruzó hacia el PP cuando Gabilondo abrazó a Iglesias.
Errejón apostará nacionalmente por Más
País, partido que no bautizó “Más España” como podía esperarse partiendo de
“Más Madrid”. A cierta izquierda puede repatearle
la palabra “España” y ondear su bandera. Luego se quejan de que
otros lo hagan. Quizás, Más País debiera llamarse “Más Republica”. Su
inspiración ideológica viene del espíritu
neomarxista que desciende sobre
Podemos, Izquierda Unida y el Partido Comunista, que también gobierna con Sánchez.
Éste piensa haber retomado la
iniciativa con una interesante prospectiva hasta 2050. Como China hasta 2049,
centenario de la revolución maoísta. Pero, para esas fechas, tiene más
probabilidades Xi Jinping de seguir en el poder que Sánchez y ello tampoco oculta
el desconcierto en Moncloa y Ferraz tras la estruendosa victoria de Ayuso. Mejor salvación serán las elecciones socialistas en
Andalucía. Si gana Espadas, Sánchez se vendrá arriba. Como es lo previsto,
será un dividendo fantasma, ya descontado. Si ganase la Sultana, ahora “outsider”,
otro gallo podría cantar.
Mientras tanto, ¿Qué mejor distracción
que la crisis de Ceuta en la que Sánchez pretendió subordinar la
oposición sin críticas a pesar de admitir implícitamente su pobre gestión
diplomática? Con Marruecos, cuya buena relación es imprescindible, hay que ser
cuidadosos al no reconocer, como EEUU, su soberanía en el Sahara Occidental y porque
nos reclama Ceuta, Melilla y los peñones, además de poder ahogarnos con
emigrantes ilegales. Tratar con Rabat, que tiene
sus bemoles, no es como hacerlo con un país europeo o un vecino entrañable que tiene otra reclamación
territorial frente a nosotros.
“Algunes” han olvidado Perejil o cuando
nos molestaba que Francia acogiese a terroristas etarras como si fuesen
refugiados políticos. Para Rabat, el jefe polisario, Ghali, en un hospital
discreto de Logroño, es eso. Sorprende, asimismo, que Madrid se
lleve igual de mal con Biden que con Trump. ¿Política exterior acertada? En
Washington inquietará que Madrid y Rabat se lleven tan mal como Atenas y Ankara
en la otra punta mediterránea. ¿Nunca crecerán?,
se preguntarán.
En el socialismo madrileño la rabia perdedora
se tornó mezquina y vengadora. ¿Culpables?
Gabilondo, que, sin embargo, obedecía a Iván Redondo, así como Leguina y
Redondo Terreros, expedientados por disentir. Las
purgas son un error político.
El partido socialista en Madrid ha
solicitado a sus militantes ideas para recuperarse. Más interesante será cuando
haya candidatos con programas. Mientras, suena como si Airbus pidiese a sus
empleados ideas para vender más aviones. ¿Populismo?
Aguardemos los resultados, pero, si votaron dos veces a Sánchez para la
Secretaría General, sería sorprendente la autocrítica o la innovación.
Debieran, mejor, leer un reciente artículo de Tony
Blair en la revista británica “The New
Statesman” y descubrir la entrevista a la
conocida economista Mariana Mazzucato que
“El País” ofrecía el domingo pasado. Ambos apuestan por la revolución
tecnológica para incrementar el bienestar de nuestras sociedades y por
gobiernos con iniciativa que sepan aunar lo público y lo privado en la gestión,
olvidando viejos eslóganes del pasado. Piensan en la izquierda, pero la derecha
puede hacerlo a su modo.
A Casado le convendrían, también, estas
lecturas. España necesita una derecha renovada,
alejada de VOX, como los socialistas debieran estarlo de la extrema izquierda, porque
el resultado del 4-M fue más una derrota socialista que una victoria pepera.
Carlos Miranda, Embajador de España