¿COMUNISMO O
LIBERTAD?
(Lectura
rápida 😁)
Yanis Varoufakis es un economista heleno metido a político. Cuando SYRIZA, partido radical de izquierda, y su líder, Alexis Tsipras, gobernó Grecia coaligado con uno de extrema derecha (¡los extremos se tocan!), Varoufakis fue Ministro de Economía, un gallo en corral ajeno entre sus colegas europeos. Tsipras acabó destituyéndole cuando constató que incluso la izquierda no puede obviar las reglas elementales de la economía ni olvidar que la Unión Europea está formada por democracias liberales adheridas a la economía de mercado que es lo único que funciona desde su descubrimiento en Mesopotamia hace miles de años. Los últimos en comprobarlo fueron los rusos. Tras más de 70 años de “Dictadura del Proletariado” (más bien de “dictadura de la nomenclatura soviética”), el invento colectivista de Marx, Lenin y Stalin se hundió.
Varoufakis acabó peleado con Tsipras y fundando su actual partido, el Frente Europeo de Desobediencia Realista. ¿Aspirará
verdaderamente a gobernar con semejante nombre? Según parece, le ha dado a
Pablo Iglesias el consejo de deshacerse del “comunismo soviético” porque, dice,
es como defender la Inquisición. Varoufakis pensará que Iglesias es estalinista.
El
Gobierno español y los partidos que, en coalición o desde fuera, lo respaldan,
han conseguido denostar su calificación por la derecha de “gobierno socio-comunista”, aunque más de un
ministro pertenece al Partido Comunista de España. Además, desde el abandono gubernamental
de Iglesias, una afiliada al PCE se hizo cargo de Podemos en el Gobierno de la
Nación.
Para
las elecciones madrileñas del 4-M, Ayuso, bastante a la derecha, eligió el eslogan
“Libertad o comunismo”. Muchas vueltas se le pueden
dar a esta consigna, pero está claro que comunismo no es libertad.
Cuando lo contrapuso, antes, a socialismo, resbaló gravemente, pero Iglesias
surgió en su ayuda y lo pudo modificar. Antes de fundar Podemos, Iglesias fue
miembro del PCE, con formación marxista y posterior cursillo de chavismo. ¿No es
políticamente correcto decirlo? Probablemente no lo sea entre muchos de los que
apoyan a Pedro Sanchez. Y, sin embargo .... (“E pur si muove”).
Según
pronostica el siempre polémico CIS de Tezanos, empatarán en escaños la derecha
y la izquierda el 4-M. Posiblemente. Sin embargo, faltan semanas y cualquier pronóstico parece aún aventurado. El
CIS estima que Ciudadanos se quedará fuera de la Asamblea, aunque solo los
electores podrán confirmarlo.
Ayuso,
aconsejada por Miguel Ángel Rodríguez, un antiguo “Iván Redondo” de Aznar, pero
menos tránsfuga que el gurú de Sánchez que, antes, lo fue del PP,
ha conseguido, por ahora, reducir la
confrontación electoral a ella e Iglesias, sustituyendo, además, al plácido
Gabilondo por el propio Sánchez que
ha acudido al trapo, a pesar de que, como señalan prestigiosos comentaristas,
la popularidad de Ayuso radica en haberse erigido mejor que Casado en la
oposición al Presidente socialista.
No
todo el mundo cae en esta trampa, pero puede que suficientes como para que
Ayuso gane de calle estas elecciones, aunque puede
ahogarse en su eventual triunfo si
barre del mapa de la Asamblea madrileña a VOX y a Ciudadanos, por no superar un
5% de los votos, y ella, por su parte, no obtiene la mayoría absoluta. Entonces, llegará “Frankenstein”. Otro más. Controlado,
otra vez, por Iglesias. Si Ayuso confrontase al Partido Comunista Chino,
capitalista, podríamos, quizás, apostar por la innegable eficacia china, superior
a la venezolana, pero el cartel electoral solo ofrece a Iglesias que no es de obediencia pekinesa.
A
muchos nos preocupan los extremos. A algunos, más la extrema derecha que la de
izquierdas. En Europa, puede que amenace más la extrema derecha. Al sur de los Pirineos no es forzosamente así.
Debiera ello llevarnos a coaliciones transversales entre derecha e izquierda y
abandonar las polarizaciones que aplauden todos los extremistas. Sin embargo,
como decía Fraga, igual “Spain is different”. Que nadie se alegre, porque la
salvación que algunos cacarean solo está en Europa y en sus consecuencias, de la que la principal es la moderación, esa que nuestros
políticos borran a diario.
Carlos Miranda, Embajador de España