Madrid,
23-04-2021
(Lectura
rápida 😊)
Todavía retumba la pelea entre Ursula Von der Leyen y Charles
Michel por un sillón en Ankara. El papel de malo ha tenido que asumirlo Michel,
pero ello es una acusación facilona. A estas alturas de la película debería
empezarse por hacer algunas preguntas. ¿Por qué fueron Michel y Von der Leyen
juntos a Turquía? ¿Era necesario? ¿Era imprescindible? La presencia de los dos
forzosamente conllevaba la cuestión de la precedencia de cada cual y no es éste un asunto
de género o de cortesía. Cada cual tiene su sitio, como mandan las normas, y las de
protocolo son a la vez complejas y minuciosas.
Por ello, la siguiente pregunta es: ¿Por qué Von der Leyen montó
el cirio? Es ella quien se queja del sitio que le han atribuido. Tampoco se
accede en estos actos con protocolo en tropel. Obviamente Michel pasó antes y
le indicó el Protocolo turco donde sentar sus reales. Von der Leyen llegó
después. Sabía, pues, que Michel tenía precedencia sobre ella, razón por la que
los turcos le sentaron en un sillón, paritariamente con el Presidente de
Turquía. A Von der Leyen no le gustó tener sofá frente al Ministro turco de
Exteriores que se sentó en el de enfrente, pero su queja “in situ”, en público,
ante extraños, fue un despropósito. Si pelea hay entre ella y Michel por quien pasa
antes, lo primero que tendría que haber hecho era esperar a volver a Bruselas
para resolver allí la cuestión.
Las precedencias protocolarias no son iguales en todas partes. En
EEUU, pasa primero el Presidente y, luego, el Vicepresidente,
correspondiendo a la Presidencia de la Cámara de Representantes el tercer
lugar. Como no tienen un Primer Ministro y el Vicepresidente es también quien
preside el Senado, el ejemplo sirve de poco a los efectos europeos, aunque en
la Unión Europea, si llega a ser más de lo que es actualmente, el Consejo
Europeo que preside Michel sería el Senado donde paritariamente están
representados los Estados de la Unión, el Parlamento Europeo es ya como la
Cámara de Representantes donde se sientan aquellos elegidos directamente por el
pueblo y la Comisión Europea, presidida por Von der Leyen, el Gobierno
Europeo.
En Francia, el orden de precedencia sitúa en primer lugar al Presidente de
la República, seguido del Primer Ministro, del Presidente del Senado y, luego,
del Presidente de la Asamblea Nacional. En Alemania, el orden de
precedencia empieza por el Presidente de la Republica Federal, seguido del
Presidente del Bundestag, la Cámara baja, del Canciller que encabeza el
Gobierno y, luego, el Presidente del Bundesrat, donde están los Estados
federados. En España, en primer lugar, está el Rey, luego el Presidente del Gobierno
seguido de la Presidencia del Congreso de los Diputados y, después, de la del
Senado.
La foto está aún desenfocada. Veamos el Tratado
de Lisboa de 2009. Indica
que en primer lugar figura el Parlamento Europeo, sito en Estrasburgo y que
también se reúne en Bruselas, seguido del Consejo Europeo,
formado por los Jefes de estado y de Gobierno de los Estados miembros, que
preside Michel, del Consejo de la Unión Europea,
que son las reuniones de los ministros europeos con una función legislativa, y
de la Comisión Europea, que preside Von der
Leyen.
¿A qué
vino, pues, el exabrupto de Von der Leyen que pasa después de Michel? Fue colocada al frente de la Comisión por una carambola bien administrada
por Angela Merkel, pero su trayectoria en el Ministerio alemán de Defensa, de
donde vino, no era fantástica y la gestión de las vacunas por la pandemia deja
bastante que desear. No debiera de tentar al diablo, aunque Michel pertenezca a
una “especie invasora” ya que se nota que quiere acaparar funciones a costa de
la Comisión y del Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell. Porque, esa es la cuestión de fondo: COMPETENCIAS.
Quien hace qué y, consecuentemente, quien manda más. Trapos sucios por lavar en casa.
Carlos Miranda,
Embajador de España