¡MUJERES AL VOLANTE!
Madrid, 12-05-2020
(Tiempo
de lectura, breve 😊)

Así, llegamos a dos casos de actualidad y ejemplaridad.
Dimitió el martes pasado la Consejera de Sanidad de Aragón, Pilar Ventura, tras unas polémicas declaraciones. Lo hizo en un país
donde dimitir es inimaginable, como también dimitió poco antes la Directora General
de Salud de Madrid, Yolanda Fuentes, por discrepar de sus jefes
políticos. Dos dimisiones en el ámbito de la sanidad. Es “saludable” que los que se equivocan, incluso de buena
fe, y los que discrepan dimitan. No es una condena al eterno olvido
político o profesional. Es un paso hacia la responsabilidad y la
regeneración.
Frente a las críticas, siempre inoportunas para cualquiera
en el poder, los incondicionales pretenden que en tiempos de crisis solo se
puede apoyar al jefe y dejar las recriminaciones para “domani”, cuando todo
haya pasado y esté olvidado. Una mala gestión
inicial de una pandemia no se recupera después. Las
responsabilidades son exigibles en cuanto hay fallos, para mejorar la gestión y
dar confianza a la población. Estas dos mujeres lo han entendido, pero
en nuestro gobierno y entre sus altos cargos eso no cala.
“¡Qué dimitan otros!“.
¿Suena? Luego, siguen predicando sin recato ….
La semana próxima, Sánchez e Iglesias necesitarán más apoyos para
prorrogar el Estado de Alarma. Además de exigirles que ello no obvie el control
parlamentario, un plan claro de desescalada y una planificación económica de
reconstrucción, también deberían considerarse cambios en el liderazgo
sanitario y plena transparencia, algo esencial
en una democracia.

El Delegado del Gobierno en Madrid, Franco (Madrid, una
Nación), complica una rebelión de barrio pijo, dicen algunos, donde viven
bastantes progres, enviando policías cuando debiera solucionarse con Casado desanimando
contagios callejeros. Ni para eso logran entenderse. Otros países
fomentan ya el turismo interno con bonos (Italia) o asegurando que se podrá
veranear en julio y agosto (Francia). ¿Aquí? Este “finde” de San Isidro en
Madrid se puede hacer, en alguna pradera alfombrada de casa, una “merendola incoherente”. ¿Qué es eso? ¡Cualquiera
sabe! Como en casi todo.
Carlos Miranda, Embajador de España