DESCONTROL DE ARMAMENTOS
Madrid,
29-05-2020
(Lectura rápida 😊)
Antes
de la Caída del Muro de Berlín, en 1989, la Guerra fría tuvo varias etapas con
mayores y menores tensiones. Sin embargo, la coexistencia se hizo
paulatinamente más amable prevaleciendo la distensión entre los dos bloques. Florecieron tratados y acuerdos en materia de desarme, control
de armamentos y medidas de confianza. Los desarmes totales no siempre
son posibles ni incrementan forzosamente la seguridad. Desarmes parciales y control
de armamentos son, también, aconsejables. Las medidas de confianza permiten establecer
reglas que facilitan la lectura de las intenciones del adversario, estabilizando
una relación armada pero pacífica, evitando interpretaciones indebidas por
errores o accidentes.
Tras
la Guerra Fría hubo cierta perdida de interés por estos acuerdos. La primera fase “unipolar”
del mundo no incitaba a los EEUU a progresar mucho en una materia en la que
Moscú, sin embargo, mantenía la paridad nuclear estratégica con Washington
consagrada en Tratados sucesivos. En materia convencional, el legítimo
engrosamiento de la Alianza Atlántica con los antiguos aliados forzosos de
Moscú dificultó el mantenimiento del FACE que tenía realmente por referencia
esencial a la OTAN y al Pacto de Varsovia de la Guerra Fría.
Preocupó
que la explosión de la URSS y de la propia Rusia consagrase una diseminación
del arsenal nuclear soviético en tres nuevos Estados independientes: Bielorrusia,
Ucrania y Kazajistán. Esos arsenales fueron “repatriados” a Rusia,
adhiriéndose los tres países al TNP y obteniendo garantías internacionales
respecto a su integridad territorial que en el caso ucraniano han sido violadas
por Rusia.
“El TNP es un pilar esencial de la
paz y seguridad internacionales, y el corazón del régimen de desarme nuclear y
no proliferación”, según
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU. En marzo de este año el Tratado
celebró sus 50 años de vigencia. Limita la posesión de armamento nuclear
a cinco Estados (China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia) sin perjuicio de
que cuatro más lo hayan conseguido fuera del Tratado (Israel, Corea del Norte,
India y Pakistán). El TNP se revisa cada cinco años en una conferencia de sus 190
Estados parte. Suelen tener dificultades para acordar un documento final porque
muchos acusan a las potencias nucleares de no cumplir su compromiso de suprimir
ese armamento. Los nucleares argumentan sus reducciones. Siendo realistas, sin
TNP, el mundo sería más inseguro.
La
Conferencia de Revisión de 2020 fue pospuesta por culpa del COVID-19. Cuando
pueda celebrarse, algunos acontecimientos complicarán su desarrollo como
la denuncia americana del acuerdo INF
entre Washington y Moscú que proscribía los misiles de alcance medio.
Washington afirma que los rusos lo han violado con un nuevo misil de esa
categoría. Se junta el hecho de que Beijing no está constreñido por ningún
acuerdo en esta materia.
Hay
que sumar que Trump abandonó el acuerdo alcanzado en su día con Irán restringiendo
su acceso al armamento nuclear, para disgusto de las demás partes del mismo,
Rusia, China, Francia, Alemania, Reino Unido y la UE. Trump asimismo arrumba el
menos conocido Tratado “Open Skies” que permite la libre observación con aeronaves de
los territorios de los países miembros. Washington señala incumplimientos rusos.
Esta decisión ha sido criticada por los principales Aliados europeos, entre
ellos España.
Finalmente,
está la cuestión del Nuevo START, un acuerdo que limita los despliegues de ojivas nucleares
estratégicas americanas y rusas a 1.550 cada uno. Caducará en enero de 2021. No
se han iniciado aún negociaciones para renovarlo otros cinco años a lo que
Moscú dice no oponerse. En EEUU barajan la posibilidad de una extensión del Tratado
durante seis meses para ganar tiempo. El Tratado caduca prácticamente al mismo
tiempo que la toma de posesión en Washington de una nueva Administración,
aunque fuese la actual. Los americanos quisieran
ampliar su contenido e incorporar a China. Beijing dispone de muchas
menos ojivas. El incentivo para los chinos de someterse a limitaciones es bajo
salvo que rusos y americanos rebajaran mucho sus propios arsenales
estratégicos. Francia y RU están en la misma situación. Naturalmente, estos
acuerdos requieren verificaciones intrusivas, una dificultad
imprescindible.
Carlos
Miranda, Embajador de España