COLAPSOS ASTRONÓMICOS
Madrid, 08-05-2020
(Lectura rápida 😊)

Cuando miramos el firmamento en una noche clara, contemplamos un sinfín de puntos luminosos remansados en el infinito. Sin embargo, muchas catástrofes ocurren allí como el colapso de estrellas sobre sí mismas. Nuestro sistema político-solar está regido por la Constitución de 1978 y asimismo puede colapsar si nuestros partidos políticos siguen sin entender que, sin perjuicio de sus diferencias y del debate contradictorio, la convivencia política exige antes la concertación que pelearse constantemente.
El riesgo de que un sistema constitucional no funcione por
culpa de sus usuarios políticos, no de la ciudadanía, es el de desmoronarse,
más aún con una catástrofe económica como la que ellos mismos anticipan. El
colapso podría ser solo interno al no servir ya los partidos principales, siendo
sustituidos por otros nuevos. El embrión de ello lo tuvimos con el fin del
bipartidismo. El siguiente escalón sería un derrumbe mayor del PP y del PSOE,
definitivamente sustituidos por Vox y Podemos porque al descuidar los peperos y los socialistas el centro con su falta de entendimiento,
podría darse una mayor radicalización del panorama político.
El colapso puede ser, por otra parte, el del régimen
constitucional propiamente dicho. No se trataría de pasar de una
Monarquía Parlamentaria a una República. Son dos formas de Estado
democráticas. Un cambio de este tenor significaría abandonar una tradición históricamente
predominante en España que se ha adaptado a las exigencias actuales como lo
demuestran diariamente los Reyes. Reflejaría, de producirse, la incomprensión respecto
de su rol positivo en una sociedad democrática y moderna. El colapso tampoco
consistiría en pasar de una formulación autonómica a una federal, pues, con
ello, solo evolucionaría la relación territorial española de una concepción
constitucional determinada a otra semejante.

Esto último, que es el temor que abiertamente expresa
un sector del país que normalmente vota a la derecha, pero no exclusivamente, y
que no está compuesto solo por ricos y pudientes, sino, también, por clases
medias y pequeñas burguesías, es improbable. Es, más bien, un discurso
para asustar y cerrar filas tras el PP y Vox. No obstante, si los dos principales partidos persisten en su incapacidad
de entenderse en beneficio de los españoles, podría hacerse realidad,
hasta con rapidez, porque cuando se inician las cuestas abajo, la velocidad puede
incrementarse fácilmente hacia infiernos a gusto solo de los extremos.

Carlos Miranda, Embajador de España