“GENOCIDIOS”
Madrid, 03-10-2025
(Lectura rápida 😊)
En La Discrepancia:
1/3) Mahmud Abás, Presidente de Palestina, ha desmontado
a Hamás en la Asamblea General de NNUU. Intervención telemática porque
Washington le negó el visado contraviniendo normas diplomáticas, legales y de
cortesía. Los EEUU tienen la sede de la ONU y no
deben impedir su acceso.
Abás ha condenado juntamente la masacre israelí en Gaza, los
atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023 y el secuestro de los rehenes. Añadió
que Hamás debe entregar sus armas. No cabe en Palestina un Gaza rebelde a la
Autoridad Palestina, Estado para una mayoría de países, con capital en Ramallah,
Cisjordania. Gaza es parte de Palestina, no propiedad
privada de Hamás.
Hizo, asimismo, una llamada de socorro por Cisjordania, recortada
en sus bordes por colonos radicales israelíes y cuya
existencia está en peligro por los anexionistas que desean un Gran
Israel echando a los palestinos al mar como también quieren los de Hamás hacer
con Israel, ahogándolo en el Mediterráneo.
Abás encabeza una administración corrupta y gobierna sin convocar
elecciones por temor a perderlas, pero fue valiente culpando ante 193 países a
Hamás. Lidera Al Fatah que abandonó las armas cuando Arafat y Rabin se dieron
la mano. No habrá paz en Palestina mientras
perviva el terrorismo.
Trump ofrece un plan de paz aceptado por países árabes, islámicos,
europeos y muchos más, Netanyahu, así como por Abás que le dio la bienvenida. Queda
Hamás. Firmaría su desaparición por una buena causa: paz y un posible reconocimiento
en el futuro del Estado Palestino por EEUU e Israel. ¿Lo aceptará? Haría bien. Siempre se equivocan aquellos que desde
1948 prefieren atacar a Israel.
De lo contrario asumirá
Hamás una mayor responsabilidad aún por las muertes en Gaza y justificará la brutalidad israelí en esta
guerra desencadenada, no hay que olvidarlo, por Hamás. Sumar, Podemos y compañía
se oponen al plan. ¿Serán tan o más papistas que los terroristas de Hamás?
Gaza sería administrada por una Autoridad provisional, encabezada por Trump
que se apoyaría en el antiguo Primer Ministro británico Tony Blair y una
gobernación tecnocrática, patrocinada económicamente por los países del Golfo.
Esta Administración provisional tendría a su disposición una Fuerza Internacional de Estabilización. Aunque se centre inicialmente en Gaza, debiera
haber en Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza, los territorios del Estado
palestino, unas fuerzas que impidan anexiones israelíes, comprueben el desarme de
Hamás e impidan atentados contra Israel. Si Beirut es incapaz de anular a
Hezbollah, otra fuerza de interposición debiera desplegarse en el sur del
Líbano en lugar de UNIFIL y en los Altos del Golán con un verdadero mandato de
intervención, no de constatación notarial de hechos.
2/3) Las voces prudentes esperan la sentencia de la Corte
Penal Internacional para hablar, eventualmente, de genocidio en Gaza. Israel masacra
a gazatíes, pero la responsabilidad no es exclusivamente suya. Hamás gobierna Gaza
con sus metralletas y es responsable de los sufrimientos y muertes desencadenados
por su culpa. Hamás podía haberlos evitado absteniéndose de atentar contra
Israel y, luego, haberlos aliviado liberando a los rehenes y deponiendo las
armas. Pero su objetivo son mártires que echar
en cara a Israel. Si Israel fuese declarada genocida, Hamás también
merecería ese calificativo.
Abás condenó a Israel y a Hamás. Debieran muchos con una
visión parcial tomar nota de ello, así como aquellos políticos prepotentes que
dicen que lo sienten por los deportistas israelíes, pero que por ellos se puede
interrumpir violentamente una Vuelta a España y olvidar que equipos de baloncesto
o futbol españoles se enfrentan a otros israelíes en torneos deportivos. Sánchez
pidió respetar la flotilla a Gaza por no amenazar a nadie. La Vuelta tampoco
amenazaba a nadie y fue interrumpida por manifestantes animados desde las
alturas. Abás, en cambio, mantiene la mesura como
un verdadero hombre de Estado.
3/3. Leonardo Padura, afamado escritor cubano, señaló recientemente
que España fue genocida en Cuba cuando el General Weyler combatía los insurgentes.
Desplazados, bombardeos, hambrunas, fusilamientos, una dura represión a la que
se negó su predecesor el General Martinez Campos por tener “creencias que
son superiores a todo y me impiden los fusilamientos y otros actos análogos”.
Subraya ello la falta de prudencia al
acusar ahora a otros de genocidas cuando la viga puede estar también en nuestro
ojo.
Carlos Miranda, Embajador de España