LEÓN XIV
Madrid, 09-05-2025
(Lectura rápida 😊)
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Un cardenal no papable señaló a los periodistas hace unos
pocos días que se iban a encerrar en el Cónclave para
intentar encontrar al que había sido elegido por Dios. Es una forma
de hablar, pero tomado al pie de la letra no puede uno dejar de pensar que es
cierto que Dios, de existir, algo tan imaginable como lo contrario, si bien
sería deseable que exista para que nosotros podamos seguir existiendo también,
escribe con renglones torcidos.
Más sencillo seria que en estos Cónclaves se posara
enseguida la paloma del espíritu santo, una materialización en la Trinidad del
amor entre el Padre y el Hijo, en lugar de jugar al escondite vaticano. Esta vez la han pillado en un par de días,
pero en Viterbo, en el siglo XIII tardaron algo más de tres años en
encontrarla.
Las razones del Espíritu Santo para su designación no se
conocerán porque no da entrevistas, pero puede uno intentar adivinarlas, sin
perjuicio de que otros nos lo explicarán en las semanas y meses que vienen. Sin
embargo, puede uno aventurar alguna consideración con los elementos ahora a
disposición. Parece lógico considerar por sus características que León XIV será
un Papa continuista de Francisco tanto en lo positivo como en lo negativo. Representa un equilibrio entre reformas profundas y un
inmovilismo que hasta daría paso
a algún retroceso.
Como es natural los pobres y los inmigrantes, desdichados
obligados a abandonar sus países para sobrevivir, serán una de sus prioridades.
No otra cosa podríamos esperar del jefe de una Iglesia como la católica
romana que hunde su razón de ser en las enseñanzas de Jesús y sus sacrificios
por nosotros.
Es interesante constatar que es un “Papá de las Américas”. Nacido en Chicago, ha
ejercido muchos años en Perú, tantos que tiene la nacionalidad peruana además
de la americana. Pero ello puede también revelar la inquietud de la Iglesia por
América Latina donde confesiones protestantes avanzan implacablemente al
ofrecer prácticas más comunitarias y solidarias por parte de sus fieles.
Asimismo, la Iglesia estadounidense es conservadora y la designación divina ha recaído,
sin embargo, en un católico de allí más progresista que el conjunto de su Conferencia
Episcopal. Verde, o rojo, y con asas.
Pero, como se dice en español, ni tanto ni tan calvo. Ser progre en la Iglesia
estadounidense no es tan difícil como tampoco se trata de revolucionar el patio
de San Pedro. Veremos lo que hará durante su papado que podría ser largo, de
unos veinte años posiblemente, pero su posicionamiento actual en temas como la
ordenación de mujeres o el matrimonio de los sacerdotes no es favorable a ello.
Por otra parte, es también improbable que en sitios como España acepte que la
Iglesia pague sus impuestos como cualquier otra institución en nuestro país. La
lucha interna contra la pederastia es aún un tema pendiente y probablemente la
reavivará. No reculará ni avanzará en la cuestión de la tolerancia hacia los
homosexuales. Tampoco allanará su matrimonio. En cambio, mantendrá la bendición
a los católicos divorciados y avanzará en la designación de mujeres en la Curia
Romana que es el gobierno de la Iglesia y del Vaticano.
Son temas todos ellos complicados para la Iglesia no solo
por el fondo de cada uno de ellos, sino también porque la Iglesia que se
extiende por los cinco continentes tiene que
hacer equilibrios malabaristas para mantener su unidad en tan amplio espectro donde sobre todos estos
temas hay opiniones encontradas.
Los medios españoles algo infantilmente destacan su
vinculación con España por vía materna. También pueden sacar pecho al respecto
los franceses ya que su padre era de esa nacionalidad. Les hace ilusión que
exista esa relación y mejor hubiera sido para ellos un español por los cuatro
costados. Un absurdo porque el Papa lo es de
todos los católicos sin importar su nacionalidad de origen pues la
suya es sin duda ahora la de la Santa Sede de la que es también su Jefe de
Estado.
Francisco no vino a España porque, venía a decir, estamos
demasiado peleados. ¿Vendrá León XIV? ¿Irá a los EEUU, a su Chicago natal? ¿Se
atreverá a mediar en los conflictos mundiales? ¿Rectificara eso que dijo su
predecesor de que la OTAN ladra a la puerta de Rusia? No hay duda de que no es
fácil ser Papa y más de un cardenal ha señalado que hay que ser loco si se
desea serlo. Naturalmente, la paloma divina le
ayudará y esperemos que pueda entenderse con la de la paz.
Carlos Miranda, Embajador de España