ALTO EL FUEGO EN EL
LÍBANO
Madrid, 05-12-2024
(Lectura rápida 😊)
También en La Hora Digital
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La semana pasada se acordó un alto el fuego en el Líbano.
Esencialmente entre Israel y el movimiento terrorista Hezbollah, alentado,
respaldado y surtido por Irán, al igual que Hamás en Gaza y los Hutis del Yemen
(ahora también reclutados por Putin contra Ucrania). Los ayatolas rezan más al diablo que a Allah.
Hezbollah debe retirarse al norte del rio Litani que
transcurre en paralelo a unos 30 kilómetros de la mal definida frontera
israelo-libanesa (llamada por ello “línea azul”) mientras Israel debe evacuar
el Sur del Líbano. Nada nuevo. Ya les
obligaba el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2006, sólo que las milicias terroristas
no hacían caso ocupando posiciones donde solamente podían estar el ejército
libanés y las fuerzas de FINUL, dotadas de tropas españolas y de otras nacionalidades.
Hezbollah atacaba desde allí el Norte de Israel forzando el éxodo de ciudadanos
israelíes. De ahí que Israel acabara interviniendo.
Los militares libaneses nunca les echaron de ese territorio.
Las milicias terroristas, un ejército privado, prevalecían frente al ejército
regular libanés. Tampoco les echaron las fuerzas de FINUL que no estarían para
eso. Más de diez mil efectivos sólo para monitorizar violaciones de compromisos
desde unos búnkeres se antoja mucho dinero de NNUU que pagamos todos de nuestro bolsillo de contribuyentes
para bien poco, además de tener bajas. España abogaría por reforzar el mandato
de UNIFIL. Si eso significase reconvertirla en una fuerza de imposición de paz,
necesitaría entonces otra actitud, medios contundentes y un incremento de su
fuerza lo que se traduciría en aún más dinero de nuestros bolsillos, aunque fuese
para una buena causa.
No sorprende, pues, una carta entre EEUU e Israel, que conocen
los firmantes del alto el fuego, señalando que, si Hezbollah volviese a la zona
que le está prohibida, podrá Israel encargarse de expulsarla. Es la única garantía que tiene Israel de remediar incumplimientos de los terroristas. Preocupa
que eso sea lo más que pueda ofrecer la Comunidad Internacional.
Solo un ministro radical israelí votó en contra de este
alto el fuego por 60 días del que salen beneficiadas las poblaciones civiles
del Líbano e Israel y que todos esperamos que se extienda al menos indefinidamente,
pero entre los desplazados israelíes hay
descontento y desconfianza debido a la experiencia pasada y por el
espejismo de creer que su país podría destruir completamente a Hezbollah.
Netanyahu dedica a un Trump por venir, y no a Biden que lo ha forjado, la
aceptación de este acuerdo que, piensa, le permite presentarse como alguien
razonable dispuesto, si no se ataca a Israel, a parar el tremendo castigo
infligido a Hezbollah y a los civiles en el Líbano entre los que se parapetan
los terroristas (como Hamás en Gaza entre palestinos).
Un mensaje tanto para la Comunidad Internacional como para
Hamás que tras más de un año tiene en mazmorras inhumanas a más de un centenar
de rehenes. Su liberación es una condición para un alto el fuego en Gaza. Habiendo
sido Hamás el iniciador de este conflicto cuesta entender que no tenga
compasión por estos rehenes ni por los propios gazaties que siguen siendo
víctimas colaterales de la venganza israelí como también de Hamás que les
sacrifica en el altar de un martirio solo decidido
por los terroristas. Van 44.000 muertos, incluidos unos miles de
milicianos terroristas.
Las posiciones de Israel y Hamás difieren radicalmente.
Netanyahu dice pretender la destrucción de Hamás (un consciente espejismo
táctico) y mueve ficha para una colonización del Norte de Gaza mientras los terroristas
quieren que Israel se retire de Gaza para liberar a los rehenes. Trump amenaza
a Hamás desde su golf de Mar a Lago con un infierno si no libera a los rehenes
antes de que tome posesión el 20 de enero. Cuesta
concebir mayor infierno que el actual como no cuesta imaginar el calvario de
los rehenes.
Francia acompaña a los EEUU en el logro de este alto el
fuego. Tiene influencia en el Líbano donde administró un Mandato de la Sociedad
de Naciones, antecesora de la ONU. Macron mantiene también los contactos con
Israel a pesar de emitir críticas y amenazar con cortarle el suministro de
armamento. Más listo que algún que otro valiente timonel. En diplomacia cuentan el contenido y las formas.
Francia será parte del órgano de vigilancia del alto el
fuego presidido por EEUU y en el que participarán FINUL, Alemania y Reino
Unido. ¿Y España que tiene uno de los
contingentes más importantes de FINUL? ¿Ninguneados
por países que cuentan de verdad? ¿Vetados por Israel al que lanzamos a las
tinieblas? ¿No somos ya esenciales para restaurar la paz en el Oriente Medio? Hay
que tener ilusiones, pero no solo vivir de ellas.
Carlos Miranda, Embajador de España