¿KAMALA O DONALD?
Artículo publicado originariamente en el diario "La Razón" el 04/11/2024
con el título:
"España debe reforzar lazos con el ganador las elecciones de EEUU"
Madrid, 04-11-2024
(Lectura rápida 😏)
Los estadounidenses están en una importante encrucijada
al tener que optar entre el republicano Donald Trump, segunda parte que puede
ser terrible al verle en sus mítines, y Kamala Harris, actual Vicepresidenta
demócrata, que sería una continuación de la era Biden con aportaciones propias que
no están aún bien claras.
Trump viene en plan revanchista por haber perdido su
reelección hace cuatro años y dispuesto a intentar imponer un estilo de
gobierno con tendencias autócratas apoyadas en la mala educación y el despreció
a los oponentes. Sin embargo, necesitará que los republicanos controlen el
Senado y la Cámara de Representantes. Ofrece una postura muy dura contra la
inmigración y una reducción sustancial de los impuestos, sobre todo a los megaricos.
Ya intentó hace cuatro años quedarse tras perder la reelección,
pero a pesar del asalto al Capitolio de partidarios suyos tuvo que abandonar la
Casa Blanca. Los EEUU siguen padeciendo una gran polarización que es negativa tanto
a efectos internos como para su imagen y actuación en el mundo. La elección se
zanjará en unos pocos Estados de electorado indeciso y no es descartable que,
como algunas veces, un candidato gane la votación popular, pero pierda la del
Colegio Electoral que es la que cuenta. Los EEUU necesitan una reforma al
respecto.
Harris continuará la política interior de Biden con más
énfasis que el magnate en iniciativas sociales. Sin embargo, no parece
arrastrar claramente, como esperaba, al voto latino ni el masculino de los
afroamericanos. ¿Rechazan por machismo a la candidata de raíces africanas e
indias frente al rubio anglosajón? Obama intenta guiar ese electorado hacia Harris.
En todo caso los sondeos indican en términos generales una desproporción mayor
de lo habitual entre el voto de los hombres, más favorables a Trump, y el de
las mujeres, que privilegian a Harris. Por otra parte, puede que los hispanos
no deseen que vengan más inmigrantes del sur del rio Bravo o Grande. Cuando uno
ya se ha establecido puede volverse más egoísta.
En el exterior Harris mantendrá el respaldo americano a
la relación transatlántica y a la OTAN, así como a una Unión Europea que desea que
le respalde más en su pulso con China, principalmente económico, comercial y
tecnológico, pero que también tiene una vertiente militar por el incremento chino
de sus Fuerzas Armadas, incluidas las nucleares, junto a su mayor presencia
naval en aguas cercanas y en el entorno de Taiwán, isla con un régimen
democrático que pudiera un día intentar anexionar por la fuerza.
Trump presume que en dos minutos arreglará mano a mano
con Putin el conflicto de Ucrania necesitado, como en el Oriente Medio, de un
alto el fuego. Pero no es lo mismo logarlo en condiciones justas que cediendo
ante el tradicional imperialismo ruso alimentándolo aún más.
Tanto si gana Harris como Trump los europeos deben
integrarse más y realizar mayores inversiones en materia de defensa común con
un esfuerzo también industrial que permita a la UE disponer de una capacidad
militar que signifique una mayor aportación en el seno aliado con un incremento
de su peso transatlántico y, por ende, de su autonomía estratégica.
La Unión y la mayoría de los socios europeos, no todos,
suspiran por Harris, pero se preparan ante una posible victoria de Trump que
provocaría descorches de champán en Moscú, Beijín y por parte de Netanyahu. Todos
por considerar que tendrán las manos más libres. En nuestro país se prefiere
más a Harris. Trump será más exigente en materia de defensa y más altanero en
otras cuestiones sin perjuicio de que en temas comerciales todos los países del
mundo van a lo suyo.
España, país atlántico además de mediterráneo y cuarta
economía de la UE debe reforzar más sus lazos políticos con los EEUU
aprovechando mejor los dividendos de su relación militar para un mejor acceso a
la Casa Blanca para lo que debe definirse más claramente en el seno del marco
occidental, que es el nuestro, lo que no impide argumentar posturas propias que
tendrán fuerza si se sitúan en el ámbito mayoritario de la UE junto a sus
principales países.
Tampoco hay que olvidar que hemos de cuidar en los EEUU
la sociedad de origen hispano crecientemente representada por Senadores y
Congresistas, extendiendo, incluso invitaciones para conocer mejor España además
de recordar insistentemente las raíces hispánicas de EEUU y nuestra
contribución a su independencia. Ello y una más amplia acción diplomática y de cooperación
al desarrollo requiere, naturalmente, más presupuesto para Exteriores.
Carlos Miranda, Embajador de España