viernes, 8 de septiembre de 2023

REPÚBLICA DE CASTILLA Y ARAGÓN

REPÚBLICA DE CASTILLA y ARAGÓN

 

Madrid, 07-09-2023

                         (Lectura rápida 😊)

 

   

“Vamos por mal camino” advirtió Felipe González en septiembre de 2023, al igual que otros más con sentido del Estado. “Se está jugando con fuego”, añadió. A pesar de ello, si bien con enormes dudas sobre su legalidad, incluso con el convencimiento en muchos de que no la tenía a pesar de que el Tribunal Constitucional la avalara, y más aún sobre su pertinencia política, fue aprobada por Sánchez una amnistía para Puigdemont.

La respetabilidad del fugado de la Justicia española había sido previamente respaldada por la lideresa comunista Yolanda Díaz, Vicepresidenta del Gobierno de la Nación, en una inaudita entrevista de los dos en Bélgica, mandatada por Sánchez, pensaron muchos, un convencimiento razonable, aunque negado por la autoridad competente.

A cambio el gran líder catalán permitió que Sánchez siguiera gobernando una España ya moribunda. Sánchez volvió a rechazar una oferta de Feijóo de una gran coalición encaminada a resolver incluso importantes problemas constitucionales. Los españoles se enteraron de este modo que las leyes de desconexión de septiembre de 2017 del parlamento catalán eran legítimas, así como el referéndum de independencia del 1 de octubre de aquel año que dejó de ser ilegal. Cara de idiotas se les puso a muchos, incluso a parte de los que el 23 de julio de 2023 votaron a Sánchez y al partido reconstruido desde 2017 a su imagen y semejanza.

Puigdemont volvió en olor de multitud a Barcelona. La gente quiere estar con los ganadores y Puigdemont lo fue claramente. Se organizó un desfile en la “Avinguda Diagonal” y el antiguo represaliado y exiliado político la recorrió puesto en pie en un coche descubierto, saludando triunfalmente.

Los confetis llovieron desde las alturas al son de sardanas de unos músicos subidos a un camión engalanado como una carroza de Reyes mientras en otra plataforma móvil se organizaban unos “Castells” que se erguían orgullosos. Solo faltó que, a la usanza de la antigua Roma, alguien susurrara al oído del héroe catalán: “No olvides que eres humano”.

Un papel que gustosamente hubiese desempeñado Junqueras, un mártir de la causa que sufrió cárcel castellana, que, sin embargo, seguía al “President” en la carroza de ERC tras la de JxCat, aunque precedía las del PSC, de los “En Comú” y de la CUP. Los del PP no desfilaron, pero afectaron aceptar la nueva situación que, en todo caso, a la alta burguesía local le pareció muy bien, tanto como formar o no parte de España por darles todo ello absolutamente igual. Lo importante son los negocios.

En la “Plaça de Sant Jaume” unos simpatizantes valencianos erigieron unas efigies de Feijoo, de Sánchez y de Felipe VI que quemaron cuando Puigdemont, reelegido “President”, llegó para instalarse nuevamente en la Generalitat, una presidencia conservada impoluta en Waterloo donde estaba refugiado. Quemaron la de Feijoo, por oponerse a la amnistía. La del Rey, por irse “Catalunya” de España. La de Sánchez, porque, concedida la amnistía, ya no les iba a ser útil.

En efecto, sin delito de sedición, la malversación olvidada y la amnistía en el bolsillo, Puigdemont volvió a declarar desde un balcón de la “Generalitat” la independencia catalana sacada del congelador en la que él mismo la había situado en 2017, suspendiéndola tras ocho largos segundos de vigencia en los que hubo una Cataluña independiente y republicana. No fue, pues, necesario volver a convocar un referéndum de “autodeterminación”, en realidad de independencia, aunque ya estuviese aceptado el principio por Sánchez si bien quedaba por acordar su eventual fecha. ”Sí”, fue en 2017 y después, “Sí”.

Avisados estaban los “castellanos” por el propio Puigdemont que desde Bruselas había señalado que su partido mantenía la legitimidad del referéndum del 1 de octubre y que no renunciaría a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer los derechos del pueblo catalán. Más claro, agua.

En el País Vasco no pudieron quedarse de brazos cruzados. Juntaron fuerzas Otegui, Ortuzar y hasta el moderado Urkullu. Volverían a pelearse luego, pero, en ese momento se unieron Bildu y el PNV para separarse de España. El Reino de Navarra también se volvió independiente y republicano por impulso del Bildu de “Nafarroa” como primer paso para incorporarse más adelante a la Republica vascongada. Todo, poco a poco.

Estos territorios salieron de España y también de la Unión Europea, si bien están convencidos que para ingresar como nuevos miembros de la UE conseguirán superar las objeciones de la Republica de Castilla y Aragón ya que las comunicaciones terrestres castellano-aragonesas con Europa quedaron prácticamente cortadas. Otro “Do ut des” a la vista.

En Madrid, el PSOE ya no vio motivo de seguir aceptando la Monarquía que sin unidad española no pareció necesaria. Los socialistas, verdadero soporte del pasado régimen constitucional del 78, de su Monarquía y de las fracasadas autonomías periféricas, le retiraron su apoyo y volvieron a su republicanismo tradicional mientras el PCE de Yolanda renegó de Carrillo que avaló en la Transición del siglo anterior la unidad española, la Monarquía y la bandera rojigualda. Es cuando se empezó a hablar de unificar PSOE y PCE dada las pocas diferencias entre el socialista de izquierdas Sánchez y la comunista Yolanda.

Impulsado por el rechazo popular al desmembramiento español, Abascal consiguió la presidencia castellano-aragonesa, instalándose en el Palacio Real madrileño. Feijóo, político vacilante, renunció al liderazgo de un PP muy menguado y apabullado por Vox. El desastre del “98” no había sido nada en comparación con lo que estaba ocurriendo ahora en España.

Así, sin “Catalunya”, “Euzkadi” y “Nafarroa”, expulsado Felipe VI, nació la República de Castilla y Aragón, heredera venida a menos de la España de la UE y de la OTAN, su defensora, así como de Isabel y Fernando. Ascenso y caída de una entidad pasajera que dejó sus improntas durante solo cinco siglos. Caín volvió a ganar.

 

Carlos Miranda, Embajador de España