jueves, 24 de agosto de 2023

INCERTIDUMBRES

INCERTIDUMBRES


       Madrid, 24-08-2023

                              (Lectura rápida 😊)

 

    

Felipe VI, perfecto. Convocó rápidamente a los representantes de los grupos parlamentarios del Congreso y de la información obtenida de quienes le vieron (otros no, incumpliendo su obligación constitucional) concluyó que nadie tenía aún asegurada una investidura por lo que ofreció intentarlo, siguiendo la costumbre, al más votado, Feijóo.

Así correrá el plazo de dos meses para convocar nuevas elecciones para enero si nadie consiguiese reunir los respaldos necesarios. Rapidez y corrección institucional. ¿Por qué debieran los españoles esperar más tiempo si no se ponen los políticos de acuerdo?

Si PP y PSOE quisiesen entenderse no quedaría nuestro Gobierno a la merced de quienes sueñan con romper España, incluidos los que atentaron contra la Constitución, fugados unos, dispuestos todos a reincidir. Borrell lamenta esta dependencia.

No obstante, el panorama español está lleno de incertidumbres y lo mismo pasa con el internacional. En España pudiera avecinarse una legislatura de concesiones a los independentistas mediante dinero y gestos donde gatos y liebres andarán mezclados.

Iceta, ministro de Cultura, censuró el beso machista en la boca del Presidente de la Federación española de fútbol, Rubiales, a una jugadora tras ganar el mundial femenino de fútbol. Se quedó corto: debió exigir su dimisión. ¿A qué juega el Gobierno tras tanto “Sí, es Sí”?

Asistimos sin pestañear demasiado este verano al cambio climático que, quizás, se pueda suavizar, pero al que, sobre todo, habrá que adaptarse. Sólo los que lo consigan trasladarán sus genes al futuro.

La guerra en Ucrania y la pugna por la supremacía tecnológica entre EEUU y China han cercenado la globalización ilimitada que sucedió al derrumbe de la URSS. Los occidentales, especialmente los europeos, se han dado cuenta de que tampoco se trata, en materias tecnológicas y de suministros esenciales, de acabar a la merced de otros que no son como uno.

La guerra por Ucrania debiera acabar este invierno hecha la comprobación de que los invasores y los heroicos ucranianos no pueden apoderarse significativamente de territorios en poder del otro. Putin pavonearía quedarse con Crimea y un Donbas ampliado. Los occidentales, haber impedido que toda Ucrania quedara en poder de Rusia y en su esfera de influencia. A pesar de perder un 20% de su territorio, Ucrania, si la UE le ayuda, sería más próspera que Rusia en un par de décadas. Difícil decisión para Zelensky, pero los occidentales le están dando ese mensaje. Claro que Putin puede esperar a ver si Trump reconquista la Casa Blanca.

En África, Rusia apoya con los Wagner a los antioccidentales. En América Latina, la estabilidad tampoco prospera en unas sociedades polarizadas donde ricos y humildes están a más años luz que antes. En esos ríos revueltos harán sus agostos países comunistas, dictaduras de derecha y fantasmas populistas a lo AMLO.

China es un pescador que sale ganando. Rusia entretiene a los occidentales en conflictos variados. China, sin desgastarse, va hilando lo que le conviene en el Sur Global, sucesor de los No Alineados con sus mismas contradicciones e hipocresías. Ucrania no importa a muchos porque está en Europa, lejana y envidiable. Paralizado por Putin, el Consejo de Seguridad de la ONU no sirve.

En China Xi apartó sin dejar rastro al Ministro de Exteriores apenas nombrado y que venía de ser su Embajador en Washington. En las dictaduras, se paga cualquier detalle según lo interprete el amo. Que se lo digan en el infierno a Prigozhyn, abatido en su avión privado por una bomba o un misil antiaéreo. Los zares nunca se andan con chiquitas. ¿Quién, si no, se satisface con esta muerte? De todos modos, Putin anda sobre carbones al rojo vivo. Lo de Ucrania no le ha ido bien.

A cada nueva imputación Trump se hace más fuerte y si la Justicia no le para será un competidor difícil para Biden del que se quiere vengar. Los puristas de la izquierda americana y occidental, perfectos e impolutos, airean los escándalos de un hijo de Biden. Quieren ser ecuánimes y, como no les gusta Biden, prefieren en la Casa Blanca a un radical de derechas que a un moderado de izquierdas. Así podrán criticar al magnate y suspirar por candidatos “verdaderamente” progresistas que igual no podrán llegar a la Presidencia americana. Son inteligentes. ¡Eso piensan ellos!

 

Carlos Miranda, Embajador de España