BANDAZO
ESTRATÉGICO EUROPEO
Madrid, 19-08-2022
(Lectura rápida 😊)
Se cumple un año de la salida caótica de los occidentales de Afganistán. La UE se rasgó entonces las vestiduras y culpó a EEUU de la espantada. En Bruselas sus responsables internacionales redoblaron su mensaje de “autonomía estratégica” y se lanzó la idea de una fuerza de reacción rápida multinacional europea de hasta unos 5.000 efectivos capaz, pretendían, de controlar ella sola un aeródromo como el de Kabul asediado por una marabunta. Un proyecto interesante, sin duda, aunque convendría hacer un balance del estado de las demás fuerzas europeas multinacionales y qué empleo se ha hecho de ellas.
Esa
propuesta no podía esconder su deseo de “independizarse” en materia de
seguridad de EEUU. El precedente del distanciamiento de Trump (2017-2021) respecto
de Europa estaba presente sin perjuicio de que desde Clinton (1993-2001) Washington
viene pidiendo un mayor esfuerzo en defensa por parte de sus aliados europeos.
En el fondo, Trump no hizo más que azotar con la
vara que varios de sus predecesores ya habían levantado. Si vuelve,
estará más satisfecho ya que verá que los europeos se han puesto algunas pilas.
La
autonomía estratégica tiene ese trasfondo antiamericano y contra la OTAN, pero carece
de suficiente centralización política y militar en Bruselas que no es la
capital de un Estado Federal europeo,
como algunos desearíamos, careciendo, también, de una disuasión nuclear europea,
aunque los optimistas cuentan con la Force de Frappe francesa que es, eso, francesa.
La UE no es una potencia militar, solo económica
y diplomática y ya es mucha influencia mundial.
La
última invasión de Ucrania (24 de febrero de 2022) evidenció la realidad. En
solo seis meses, desde agosto de 2021, la UE
dio un bandazo de 180 grados, resultando que la ansiada autonomía estratégica
no es frente a los EEUU sino frente a Rusia, la verdadera potencia imperialista
en Europa con sus anexiones ilegítimas, sus correspondientes destrucciones y
sus crímenes de guerra.
Ya
no se trata de ser autónomos frente a Washington sino respecto de Moscú, intentando eliminar
dependencias como la de su gas y petróleo, y, asimismo, prevenir su amenaza
militar. Frente al “Yankee, go home” se enarbola
un “Rusky, retire to your dacha”. Un gran giro
tras verle las orejas al lobo como tuvo que reconocer Borrell.
Toda América es heredera de Europa
que,
para bien o mal colonizó, europeizó, ese continente, incluso a las poblaciones
indígenas. Por otra parte, EEUU ha acudido tres veces, ahora cuatro, en defensa
de las democracias europeas, siendo el Atlántico Norte un verdadero “Mare Nostrum” occidental.
Rusia
siguió otro curso. Fueron unas élites principalmente aristocráticas, intelectuales
o culturales las que miraron a la Europa occidental antes de la Revolución rusa
de 1917 que impuso el marxismo y su dictadura comunista del proletariado, asumiendo,
sin embargo, el imperialismo zarista, todo ello canjeado
ahora por un fascismo expansivo con
el pleno apoyo de la Iglesia ortodoxa rusa y algo del Papa Francisco que,
impertérrito, afirmó que la OTAN “ladra” a Rusia.
La
invasión rusa de Ucrania y las mentiras de Putin han puesto de relieve que hay que cerrar filas en el marco transatlántico sin
perjuicio de invertir los europeos en defensa para hacer valer su
autonomía no tanto frente al patrón al Oeste como del que está al Este, en el
Kremlin. Suecia y Finlandia,
preocupados por la agresividad rusa, desean la
protección de la OTAN al
no contentarse ya con una futurible europea.
Otra vez más se enfrentan en el planeta las
democracias frente a los autoritarismos. Cada uno toca a rebato a los
afines en mayor o menor medida mientras otros disponen de cartas propias, como
Turquía, o se desentienden. En esta nueva Guerra Fría, algunos europeos como
Alemania, Francia o el Reino Unido no solo refuerzan sus presupuestos de defensa,
sino que participan en ejercicios militares en
el Pacífico con los aliados occidentales
en esa parte del mundo que teme también a China. ¿Y España?
Carlos Miranda, Embajador de España