LOS HÉROES
DE MARIÚPOL
Madrid, 20-05-2022
(Lectura rápida 😊)
Putin y todos sus partidarios han sacado esta semana de la nevera una botella de champán ruso, un espumoso cualquiera, que metieron a enfriar apresuradamente el 24 de febrero pasado pensando poder celebrar enseguida una victoria relámpago del “Führer” Putin, a punto de ser beatificado por el Patriarca ortodoxo de Moscú. Pensaban descorcharla al día siguiente, pero, de tanto esperar, casi tres meses, el espumoso se congeló.
La heroica resistencia
ucraniana en la acería de Mariúpol con sus túneles y bunkers subterráneos finalizó
esta semana. Zelensky prefiere, dice, héroes
vivos para canjearlos con prisioneros rusos. En realidad, no se sabe
si serán canjeados o juzgados pues Moscú les
acusa de ser nazis. Esta unidad fue creada en 2014 posiblemente con
un núcleo paramilitar de extrema derecha si bien parece que engrosó luego con
componentes que no lo eran. ¿Pero, no es más
nazi Putin por su comportamiento?
Las
informaciones son confusas pues no todos los miembros del batallón Azov se
habrían entregado. Rusia habla de rendición y la
celebra como un famélico encontrando un mendrugo. Moscú, completa su
conquista de la costa ucraniana del Mar de Azov desde el Donbas a Crimea. Un
botín útil, un robo más del Kremlin.
¿Hay señales
de acercamientos, directos o por
intermediarios, entre Kyiv y Moscú? Este
acuerdo para cesar los combates en Mariúpol, devastada por la barbarie rusa, podría
reflejarlo, cómo una reciente afirmación de la Vicepresidenta del Gobierno
ucraniano señalando que no siempre se consigue todo lo que se quiere. Sin
embargo, es pronto para aventurar nada.
Zelensky ha
señalado repetidamente que no consentirá cesiones territoriales, pero, quizás,
se vea obligado a aceptar de hecho,
aunque no de derecho, como exige Putin, importantes reajustes
territoriales que particionarán el territorio ucraniano. Un alto el
fuego o un armisticio podrían dar una solución provisional incluso a largo
plazo como la partición de la península coreana.
Sería otro “conflicto congelado” como tantos con los que
desde 1991, fallecimiento de la Unión Soviética, Rusia revela su alma imperial.
Rusia sigue infundiendo miedo en Europa.
Antes, por su marxismo-comunismo avasallador. Hoy porque el rencor de sus
dirigentes ni siquiera ofrece la propaganda comunista según la cual Moscú redimiría
todo el planeta de los pecados del capitalismo.
Hoy sigue
inspirando tanto miedo con sus armas nucleares y los tanques que le quedan que
Finlandia y Suecia quieren ingresar en la OTAN. Estos dos miembros de la UE señalan
espectacularmente que ofrece mejor protección la
Alianza que la Unión.
Mientras
Mariúpol cae con sus héroes, más al Norte, en Járkov,
la segunda ciudad ucraniana en importancia, los
rusos vuelven a retroceder. Los ucranianos han llegado a la frontera
rusa, próxima. Los simpatizantes de Putin piden el fin de los combates para
salvar vidas, incluso que se rindan los ucranianos, una decisión exclusivamente
suya. No piden, en cambio, que los tanques rusos
se retiren.
Las perdidas
rusas en material y sus bajas de personal son enormes. La esperada victoria relámpago va ahora a velocidad de
babosa y aunque Rusia se instale en el Donbas y enlace con Crimea
por tierra, sería, en definitiva, un éxito
pírrico: ha justificado la desconfianza hacia Moscú, ha engordado la
OTAN y ha mostrado sus debilidades militares.
De lo helada
que estaba la botella no pudieron los enfeudados a Putin beberla y la pasaron
por un grifo de agua. Un entusiasta impaciente la cogió por su cuello
resbaladizo. Se le escapó y tras romperse en mil pedazos, el espumoso se fue por un sumidero.
En cambio, los
partidarios de la libertad brindaron por los
héroes de Mariúpol con champán francés.
Carlos
Miranda, Embajador de España