¿IRAK DESPUÉS DE
AFGANISTÁN?
Madrid, 08-10-2021
(Lectura
rápida 😊)
Después
de lo sucedido en Afganistán, ¿Ocurrirá lo mismo
en Irak? En 2001 tuvo lugar el atentado de las Torres Gemelas
en Nueva York. En 2002, EEUU ayudó a la Alianza del Norte afgana a
derrotar a los talibanes que se habían apoderado del país tras la retirada soviética
y acogían a terroristas yihadistas como Bin Laden. Fue necesario, luego, ocuparlo
para impedir un retorno talibán; desarrollar y modernizar con protección
militar (único modo de hacerlo) uno de los países más pobres del mundo; y
ayudar al nuevo gobierno, pretendiendo aderezarlo al gusto occidental. “Nation building” lo llaman los anglosajones.
Tras
20 años en los que Afganistán no fue santuario de terroristas, los talibanes han vuelto, derrotando un
ejército afgano bien armado y entrenado, pero, lamentablemente, sin moral ni
confianza en sus propios dirigentes. Su derrumbe precipitó una evacuación occidental
aérea y caótica.
Mientras
EEUU y sus aliados se enfangaban en Afganistán en una contienda excesivamente
prolongada, el Presidente George Bush (Jr), hijo de un anterior Presidente,
George Bush (Sr), decidió invadir Irak,
desposeer a su dictador, Sadam Husein, e instalar una democracia a la
occidental, otro “Nation building”. Decía su gran aliado británico, el Primer
Ministro Tony Blair, que ello contagiaría todo el Oriente Medio, poblándolo de
democracias que resolverían los conflictos de la región. ¿Ingenuidad o
desfachatez?
Tanto
Bush (Jr) como su Vicepresidente, Dick Cheney, y el Secretario de Defensa, Donald
Rumsfeld, eran de aquellos descontentos
porque en la primera Guerra del Golfo (1991) para liberar Kuwait de la invasión
y ocupación ilegal del Irak de Sadam Husein, guerra legítima y bendecida por el
Consejo de Seguridad de las NNUU (al contrario que la guerra del hijo), Bush (Sr) paró el conflicto tras echar a los iraquíes de
Kuwait.
Se
dio cuenta que proseguir hasta Bagdad podría exceder del mandato de la ONU y
rompería con la parte árabe de la coalición para liberar Kuwait. Una cosa era
que el americano rescatase al hermano kuwaití y otra
que se cargase al iraquí, también hermano, aunque fuese un dictador
sádico y cruel. Desprovisto de la sensatez de su
padre, Bush (Jr) invadió y ocupó Irak en 2003 pretextando la
presencia de inexistentes armas de destrucción masiva.
Irak no es Afganistán. Mayoritariamente
árabe y musulmán, tiene más cuerpo de país. Dicen que su actual ejército,
también adiestrado por los occidentales y armado por EEUU, es más de fiar, al
menos partes del mismo. Aún están presentes 2.500 soldados americanos. Parece
que se marcharán en unos meses si bien podrían, asimismo, intercambiar su rol
de combate por uno exclusivamente de adiestramiento. Suena a conocido.
El
“Estado Islámico”, importante organización terrorista de musulmanes suníes autoproclamada
como Califato en 2014 en amplios territorios de Siria e Irak, y que llegó en su
día con sus yihadistas armados a 100 kilómetros de Bagdad, fue derrotado, pero
no destruido. Ahora mismo, actúa en Afganistán. Como los talibanes, pastunes, a
los que desprecian por “blandos”, piensan que
tienen el tiempo a su favor. Esperan su hora. Aunque las poblaciones
suníes iraquíes y sirias se desencantaron de ellos, también en Afganistán hay
una mayoría desencantada con los talibanes, pero las minorías armadas se
imponen.
Súmese unas milicias chiís enfeudadas a Irán, un
gobierno forzado a pisar huevos y a ser malabarista, así como una población que
vive mal. Veremos qué ocurrirá tras las
elecciones de este domingo 10 de octubre
que, posiblemente, no serán limpias como no parece que lo fueran las
anteriores.
Los
especialistas opinan que se mantendrán los equilibrios internos actuales, que los americanos no se pueden permitir el lujo de marcharse
del todo, y menos tras lo de Afganistán, con el agravante de que, en
tal caso, podrían dejar a Irak, con su mayoría chií, frente a las minorías suní
(árabe) y kurda (irania), en manos del vecino Irán, musulmán y chií, aunque no
árabe. El retorno talibán a Kabul, las acciones del ISIS en Afganistán y el
fiasco occidental allí dan ánimos a los terroristas que asolan frecuentemente casi
todo Irak.
Los altos mandos militares estadounidenses reprochan públicamente a Biden de haber rechazado mantener un retén de 2.500 hombres en Afganistán y a cuenta de ello presionan al Presidente para que, ahora, no retire a todos los militares de Irak.
Carlos Miranda, Embajador de España