BIENVENIDO MR.
BIDEN
Madrid, 18-06-2031
(Tiempo de
lectura, breve 😁)
El Presidente Biden ha borrado a Trump. En su país
y en el mundo. Botones de muestra: las vacunaciones, que avanzan en EEUU a toda
velocidad, y las ayudas para recuperar la economía. Asimismo, el retorno al
multilateralismo y la recuperación de las relaciones transatlánticas. El viaje
de Biden a Europa fue medido al milímetro:
G-7, Unión Europea y Alianza Atlántica. Algunos encuentros bilaterales
importantes completaron la agenda.
Del G-7, con presencia de la UE, reunido en
Cornualles, salió un proyecto de ayudas para infraestructuras en países en
desarrollo para contrarrestar la Ruta de la Seda china. El comunicado hace unos
llamamientos a Beijing para respetar los derechos humanos y la autonomía
de Hong Kong, mantener una relación pacífica con Taiwán y facilitar una
investigación seria del origen del virus. También trata otras cuestiones planetarias, como miles de millones de vacunas a países
pobres, estar preparados en 100 días para cualquier pandemia, unificar un
impuesto mínimo común de sociedades (15%) y rebajar la contaminación.
Era hora de plantarse ante los chinos y su expansionismo
económico con dependencia. Beijing advierte que un “pequeño grupo de países” no
puede tomar decisiones globales, pero EEUU ha reagrupado
alrededor suyo a las grandes potencias occidentales. Tampoco se
olvidaron de Rusia, pidiendo a Putin
que deje de desestabilizar y normalice la relación con los occidentales.
También
hubo, en los márgenes, críticas a Boris Johnson por incumplir sus compromisos con la UE respecto
de Irlanda del Norte. La isla irlandesa no ha de tener frontera interna y hay
que materializar una aduana entre Gran Bretaña y el Ulster. Fue lo acordado por
Bruselas y Londres, pero Johnson se desmemoria y envalentona.
Tras
reunirse en Bruselas con Michel y Von der Leyen, Biden reconoce a la
Unión Europea
como importante socio transatlántico. El diferendo sobre los subsidios a
Airbus y Boeing (viejo de 17 años) merece una tregua quinquenal que anula los
consiguientes aranceles cruzados y se crea un Consejo de Comercio y Tecnología
UE-EEUU. No volvemos a la posibilidad de un Acuerdo Transatlántico de Libre
Comercio entre Bruselas y Washington, quedando muchos diferendos, pero el
ambiente para resolverlos y lograr una mayor cooperación transatlántica es,
ahora, más positivo.
La Alianza Atlántica
celebró,
asimismo en Bruselas, una Cumbre que reforzó los lazos transatlánticos. Los
aliados mantendrán otra Cumbre en Madrid en 2022 con ocasión del 40 aniversario de nuestro ingreso
en la OTAN con Calvo Sotelo. También era hora, porque la última tuvo lugar en España
hace 25 años, una eternidad si España es un país occidental importante. En
Madrid se adoptará un nuevo Concepto Estratégico para sustituir el de Lisboa de
2010. Muchas cosas han cambiado desde entonces.
Biden
y Sanchez solo hablaron medio minuto en un breve garbeo a pesar de las
expectativas suscitadas por Moncloa de un verdadero encuentro. Asombra. España es
la cuarta economía de la UE y facilita a los americanos dos bases importantes,
Rota y Morón. EEUU es nuestro principal aliado,
como admite Sánchez. Poco jugo le saca Madrid, desde siempre. Ciertamente,
nuestro país no es muy proamericano y de vez en cuando sale por peteneras como
cuando abandonó instantáneamente Irak o Kosovo. Italia maneja mejor al Tío Sam,
con más “finezza”. Sánchez vio también a Johnson
y Erdogán. Con Grecia, parece ser, perdimos antes un contrato
para Navantia de 5.000 millones de euros por, en opinión griega, excesiva
cercanía al otomano. Ser equilibrista es difícil …
Encuentros
de Biden con Merkel y Macron para consolidar amistades personales y
nacionales. Con el RU fuera de la UE, a Washington le importan más Berlín y
Paris. Con Erdogán y Putin, para
poner puntos sobre las íes. Erdogán va de verso suelto y su autocracia persigue
opositores fuera de sus fronteras. Sin embargo, es un aliado necesario. Putin
es un asesino, eso cree Biden, pero no hay otro remedio que hablar con él. Algunos entendimientos son posibles en materia de desarme (renovación del Nuevo
START) y la “ventanilla diplomática” se ha vuelto a abrir. Parece poco, pero,
actualmente, es mucho.
Quedó restaurada la confianza transatlántica. Sin
perjuicio de bastantes diferendos, se puede tratarlos, ahora, entre amigos. Washington
sigue siendo el líder occidental más importante. Biden se ha asentado en este
rol tradicional cuando la dinámica internacional distingue acusadamente las democracias
de las autocracias. Momento para que España
reivindique el G-20, más mezclado y al que puede asistir.
Madrid, señalan, desearía que Washington razone
a los marroquíes engreídos tras el reconocimiento por
Trump, en diciembre, de su soberanía en el Sáhara Occidental e irritados por la
reciente acogida en un hospital español del jefe del Polisario, enemigo número
uno suyo. Ambos somos aliados de Washington que le interesa que nos llevemos
bien. Sorprende, sin embargo, que España haya podido tardar en intentar movilizar
a los americanos. Claro que, ya lo sabemos: más
vale tarde que nunca …
Carlos Miranda, Embajador de España