AMOR A
DISTANCIA
Madrid,
10-04-2020
(Lectura
rápida 😊)

Asimov también escribió unas novelas policiacas en las que
su protagonista, Elijah Baley, es un detective de La Tierra que viaja a otros planetas
“exteriores” para resolver diversos crímenes. Asimov opone una tierra sobrepoblada,
agorafóbica y que ha rechazado los robots (como consecuencia de accidentes
iniciales) a unos planetas infrapoblados por colonos originarios de nuestra
Tierra, amantes de los espacios y totalmente dependientes de esos robots al
vivir solos, aislados en “fincas” inmensas hasta el punto de que la relación
entre los habitantes de un mismo planeta es solo telemática, siendo,
incluso, la reproducción de la especie realizada por técnicas que no requieren
contactos íntimos.
Asimov, como muchos buenos escritores de ciencia ficción,
fue un visionario y algunas de las cosas que imaginó se han plasmado de alguna
manera en la realidad. Esas “sociedades telemáticas” que describe son
probablemente exageradas, pero, la relación telemática lleva tiempo, entre
nosotros, sustituyendo a la presencial. Para no remontarnos muy lejos, los
que vivieron la Transición recordaran las reuniones de Alfonso Guerra,
Vicepresidente del Gobierno, con los Delegados del Gobierno en las Autonomías
por medio de conexiones telefónicas múltiples que, aunque no fuesen telemáticas,
permitían ya una reunión quedándose cada mochuelo en su olivo.
No obstante, una cosa es remediar con trabajo y reuniones
telemáticas la imposibilidad de verse por motivos de sanidad, distancia o de
otra naturaleza, y algo diferente devaluar lo presencial. Para ceñirnos a lo
político, qué nadie piense que lo telemático pueda sustituir una reunión
presencial de un Consejo Europeo, de una Cumbre aliada o de un Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas, por poner unos pocos ejemplos, en la que el
“contacto personal”, poder “sentir” cómo vibra cada mandatario en la reunión,
en los pasillos y en “reuniones bilaterales” que allanan muchas veces los
problemas tanto en la inmediatez cómo, a veces, más adelante, pueda reflejarse bien
telemáticamente. Y, esto, vale igual para otros ámbitos. Lo telemático ayuda, pero no sustituye plenamente.

Las formalidades tienen su importancia en la vida y más
cuando los mundos se pueden derrumbar, cuando hay que sostenerlos con
sacrificios de unos y otros. Ahora hay que aguantar con dignidad tras la
pantalla. Luego, el ser humano tendrá que volver
a ser humano.
Carlos Miranda,
Embajador de España