BIDEN CONTRA
SANDERS
Madrid, 06-03-2020
(Tiempo de lectura: escaso 😁)
Bernie
Sanders, Senador por Vermont, el más a la izquierda entre los demócratas que quieren
enfrentarse a Donald Trump el próximo mes de noviembre, ya no les encabeza después
del “Super Tuesday” del pasado martes con sus primarias en 14 Estados. Éstas auparon
a Joe Biden como nuevo favorito en una batalla que ya solo enfrenta a
estos dos políticos septuagenarios. Las siguientes primarias serán este próximo martes en
varios Estados. Las de Michigan, territorio industrializado, pueden ser decisivas.
Sanders hizo temblar hace cuatro años a Hillary Clinton que, no se olvide, ganó
a Trump por tres millones de votos en el recuento popular, si bien perdió el
del Colegio Electoral, una peculiaridad americana.
Joe
Biden convendría a los aliados europeos de EEUU. Algo
importante. Fue el Vicepresidente de Barack Obama. Con él, los EEUU
volverían al multilateralismo internacional, se olvidarían de bastantes
barreras aduaneras, retomarían un liderazgo occidental sensato y serían más favorables
a la Unión Europea, sin abogar por su fracaso o disolución ni privilegiar excesivamente
al Reino Unido. En definitiva, un atlantismo constructivo, respetuoso del
europeísmo.
Sanders
entusiasma a jóvenes e hispanos. No obstante, provoca en otras categorías de
electores más recelos que comparten también los dirigentes del partido demócrata
por entender que el conjunto del electorado estadounidense no respondería
positivamente ante un candidato “revolucionario”, que se autoproclama
“socialista” y que propone una sanidad pública para todos en un país donde
dominan las aseguradoras privadas. En Europa no es así, aunque en Suiza la
sanidad también se cubre esencialmente con seguros privados. Sin embargo, la
etiqueta de Sanders como “radical” es fruto no solo de esos posicionamientos
más a la izquierda que la corriente central del partido demócrata, del que no
es miembro, y sin desmerecer el “Obamacare” (arrinconado por Trump) del
anterior Presidente, sino también por posicionamientos en el pasado
difíciles de entender en EEUU favorables a Rusia, Cuba y Nicaragua.
En
1972 los demócratas ya presentaron un candidato presidencial muy izquierdista,
George McGovern, que obtuvo un desastroso resultado frente al republicano
Richard Nixon que se presentaba a la reelección. Nixon obtuvo 520 votos
electorales y el 61% del voto popular frente a 17 electores y un 37% para
McGovern. Ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero si Sanders parece
demasiado radical es posible que los americanos se queden con lo malo conocido.
Con
los resultados del Supermartes, Biden subraya que le apoya en gran medida un
electorado obrero, afroamericano, de clases medias suburbanitas, femenino y
empresarial, así como muchos defraudados por Trump y quienes no quisieron votar
a Clinton por considerarla una mujer orgullosa y que han comprobado su error de
haber abierto el campo a Trump. Biden tiene una buena posibilidad de
derrotar a Trump, sobre todo si, además, consiguiese atraer también en
noviembre el voto hispano y el inferior a los 30 años. Hasta “el primer martes
después del primer lunes de noviembre”, la fórmula constitucional para convocar
las elecciones en EEUU, las espadas seguirán en alto. Es difícil que un Presidente,
que tiene los resortes del poder, pierda una reelección, pero ocurre. Los
últimos: Gerald Ford, Jimmy Carter y George Bush (padre), que no renovaron sus
mandatos.
El centrismo de Biden es también importante para otras
elecciones que la presidencial. En noviembre, como cada dos años, se renovará toda la
Cámara baja, un tercio del Senado, once Gobernadores de Estados y los de dos "territorios" (Samoa y Puerto Rico), sin hablar de miles de otros cargos estatales y locales.
Bastantes políticos demócratas temen que, con Sanders de abanderado, perderían
muchos cargos electos y su actual mayoría en la Cámara Baja, sin poder
recuperar el Senado. De aquí a julio (convención demócrata) y noviembre
(elección presidencial) queda mucho tiempo durante el cual Trump intentará
ensuciar a Biden, tentación en la que Sanders acaba de caer tras el
“Super-Tuesday” con propaganda “negativa”. Muchos recomiendan a Biden no seguir
esa senda descalificadora. Veremos … Queda, sin embargo, la incógnita de las
repercusiones políticas del coronavirus.
Carlos
Miranda, Embajador de España