¿UN DRAGHI
ESPAÑOL?
Madrid, 30-06-2025
(Lectura rápida 😊)
Publicado en La Discrepancia:
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Los sondeos señalan claramente la desilusión de la
mayoría de los españoles con el Gobierno Frankenstein que cada día merece más
el mote de terror que le puso Alfredo Pérez Rubalcaba, admirador, con razón, de
Felipe González con el que muchos seguimos identificados al no haber abandonado
la socialdemocracia por el sanchipopulismo
polarizante del actual “President” del Gobierno que más bien parece a veces que se lo cree de
España olvidando a Felipe VI y su propia vergonzante huida de Paiporta.
El sanchismo usa las armas del totalitarismo (de
izquierdas o de derechas) sin admitir discrepancias y, ahora, mediante Amparo
Rubiales, sancionada en su día por antisemita,
promueve la expulsión de González del PSOE. Tiene razón Feijóo cuando dice que
habría que llamar al jefe del Gobierno, como en otros países, Primer Ministro
para rebajarle los humos al interesado cuando ese sillón lo ocupe un
pretencioso.
Dirán algunos que esos sondeos están pagados por la
derecha y que los que valen son los laudatorios del CIS siempre favorables a
Sánchez. Lo malo de los sondeos sectarios del CIS es que se pagan con nuestro
dinero de contribuyentes, lo que no es el caso con los sufragados por los
medios de comunicación exceptuando los de la cadena al servicio del movimiento
sanchista, por lo que su partidismo no es
tolerable. Además, Tezanos, director del CIS, está desprestigiado
como ahora empieza a estarlo tristemente el Presidente del Tribunal
Constitucional tras avalar una amnistía rechazada por los redactores de la
Constitución y aportar el Tribunal el cuestionable argumento de que todo lo que
no está prohibido por la Constitución es posible sin un consenso garantizado de
una mayoría inclusiva. Da pavor.
Tan irrespirable es el ambiente político, polarizado a
conciencia desde todas las esquinas, aunque más responsabilidad siempre tendrá
quien gobierna, y que puede sofocarnos aún más, que se está haciendo patente
que el régimen de Sánchez llega a su final sin perjuicio de que pueda ser una larga agonía
contraria a los intereses de la Nación. Resistirá, pero se resquebrajan ya las
murallas y en esta tesitura surgen “soluciones” diversas, algunas interesantes.
Fernando Vallespín daba un
cañonazo este domingo en el diario
hasta ahora gubernamental, El País. Apuesta por seguir la legislatura con un
Draghi a la española. ¡Y tan a la española! Con Borrell en lugar de Sánchez
para regenerar la vida política española por un año antes de convocar
elecciones. Recuerda Vallespín como Calvo Sotelo fue investido tras dimitir
Suárez.
¿Vale ese ejemplo? No. La UCD era entonces el partido con más
diputados en el Congreso lo que no le ocurre al PSOE sanchista, primero en
gobernarnos sin haber ganado las elecciones, una experiencia que puede
reivindicarse en aspectos sociales, pero no en lo demás que también cuentan, y
mucho.
¿Para regenerar el país un político del partido gubernamental? ¿El de
la corrupción económica (Ábalos, Cerdán, Koldo), del mal ejemplo familiar
(esposa y hermano) y sin catadura moral (amnistía, indultos, mentiras, desigualdad,
Bildu, Puigdemont entre otras cosas)? No se trata de invalidar a Borrell por
ser Borrell, es por ofrecer Vallespín un salvador de una extracción partidista equivocada.
Para salir del drama en el que nos ha metido Sánchez con
las malas compañías que ha elegido en el partido, en el gobierno y hasta fuera
de nuestras fronteras, lo primero necesario es un
Sánchez políticamente honesto que sepa reconocer su fracaso global sin
perjuicio de algunos logros que no siempre son exclusivamente suyos. La
economía va bien, pero son los españoles y los empresarios más responsables que
él por su esfuerzo y asimismo las contribuciones de la UE, así como nuestra
terrorífica deuda.
Para el buen apaño de Vallespín haría falta esa
honestidad sanchista y buscar una fórmula que
satisfaga al PP, partido mayoritario en el Congreso y en el Senado.
Es más probable que un Draghi español saliese del mundo económico. Posiblemente
un conservador con capacidad de diálogo con la izquierda, porque puestos a
buscar uno de la izquierda dialogante con la derecha sería quizás mejor Cándido
Méndez, que suma un buen sentido político, económico y sindical.
Méndez, un hombre muy competente, preferirá seguir con su
merecida jubilación en la que lleva mostrando
una lucidez que pocos tienen en España y si Borrell, como Méndez,
también estaría seguramente dispuesto a sacrificarse, mejor sería que otro sea
el designado para sacar las castañas del fuego, uno más neutral, que tampoco
haya tenido responsabilidad alguna en tiempos de Sánchez y cuya pareja no sea
la Presidenta del PSOE. No obstante, lo mejor
sería volver a las urnas cuanto antes. ¿Con Sánchez al frente del
PSOE? Sus militantes sabrán …
Carlos Miranda,
Embajador de España