EJEMPLARIDAD REAL Y POPULAR
Madrid, 12-11-2024
(Lectura rápida 😁)
También me publican en La Hora Digital
https://www.lahoradigital.com/noticia/37807/opiniones-plurales/ejemplaridad-real-y-popular.aspx
En nuestra democracia representativa los ciudadanos votan
a sus parlamentarios que eligen el gobierno. Sin embargo, visto cómo se
comportan estos elegidos del pueblo, más parecen
representar solo a los jefes de sus partidos políticos que les
incluyen, o no, en las listas electorales.
Los ciudadanos desean eficacia gubernamental y una
ejemplaridad extensible a todos los cargos públicos. No ocurre. No ha habido legislatura sin escándalos que debilitan
nuestra democracia también atacada hoy en día, debido a su Constitución tan liberal,
por aquellos que la desprecian llamándola “régimen” (como la dictadura
franquista) del 78, por quienes quieren destruirla para desmembrar España o imponernos
una réplica de Cuba, Nicaragua o Venezuela donde se vive peor y sin libertad.
Iñigo Errejón, fundador de Podemos, de Sumar, Más Madrid
y Más País (nunca diga “Más España”), extremas izquierdas todas, ha abandonado
la política despidiéndose con una confesión sobre su conducta inaceptable con
las mujeres. No podemos advertir ejemplaridad
alguna de este soporte del Frankenstein II salvo en su dimisión.
La Fiscalía del Estado tampoco brilla. Abandonó su imparcialidad bajando al fango
político al revelar datos de un contribuyente que casualmente es pareja de Ayuso
sobre una cuestión tributaria que sería aparentemente previa a su relación
sentimental.
El Fiscal General del Estado en un gesto honroso asumió
la responsabilidad. Sin embargo, sin coherencia
dado su cargo institucional. Al asumir esa responsabilidad ya debió
dimitir. Un Juez le investiga y sigue agarrado al sillón. La Guardia Civil ha
registrado su despacho y sigue sentado en su poltrona. No es resistencia frente
a la pretendida “fachosfera”, es una reincidente falta de ejemplaridad incluso
si acaba siendo exonerado porque la ejemplaridad exige no sólo ser o no ser,
también parecer o no parecer.
Con el Fiscal General al mando, el fiscal en la causa
ante el tribunal seguirá sus instrucciones, así como su propia defensa y probablemente
veremos a la Abogacía del Estado formando piña. La
representación del ciudadano agraviado estará más sola que nunca.
Se ha publicado una foto del Presidente del Gobierno con
Víctor Aldama que parece ser el “contact point” central de varias tramas de
corrupción bajo investigación judicial. La foto sería anterior a la revelación
de estas tramas y Sánchez asegura que fue su único contacto con Aldama con
quien se habría hecho la foto como con muchos más. Eso
sí, con Koldo de fotógrafo y en una zona reservada de un evento de
su partido al que le está dando la vuelta como a un calcetín con la
colaboración de una militancia hipnotizada.
No obstante, Aldama tuvo
repetidas entrevistas con su esposa Begoña Gómez. Sánchez se desmarca
de su círculo de amistades y relaciones profesionales. No serán las suyas, pero
un cargo público también ha de responder de las actividades de su pareja. Puede
que no sean censurables legalmente, pero pueden serlo éticamente.
El Presidente del Gobierno, un Fiscal General más del
gobierno que del Estado, un parlamentario de la mayoría progresista que nos dan lecciones a diario.
No son los solos con ejemplaridad en entredicho, también
vislumbramos a otros en la oposición, pero a los primeros a quienes hay que
pedir cuentas es siempre a quienes conducen el país. Tendrán sus éxitos y sus
fracasos, pero no está claro que puedan presumir
ahora de ejemplaridad.
La catástrofe de la gota fría en el levante peninsular se
ha convertido en una muestra de la distancia
entre gobernantes de cualquier partido y gobernados. Los
administrados, que pagan impuestos, contemplan anonadados reproches entre
políticos, dificultades para socorrer a las víctimas y una burocracia
retardataria en lugar de haber aunado inmediatamente medios y esfuerzos para
ayudar a todos los náufragos de las riadas. ¿Qué ocurriría si un país hostil
nos mandase varios misiles? ¿Necesitamos otra clase política? Sin duda, y
ejemplar.
Para esto último tendrán que
inspirarse de Felipe VI que,
en Paiporta, Valencia, dio la cara ante ciudadanos enfurecidos por la falta de
atención gubernamental y autonómica tras la catástrofe provocada por la DANA. Bajándose del coche, y acompañado de la Reina
Letizia, se mezcló con los que protestaban vehementemente, algunos incluso
violentamente, mientras Sánchez les dejó solos para resguardarse lejos.
Un protagonista ejemplar está
siendo el pueblo español. “El pueblo para el pueblo” es un
eslogan visto en alguna banderola entre los damnificados con una implicación un
tanto anarquista por su evidente censura a la autoridad sustituida claramente por
voluntarios además de la abnegación de servidores de a pie del Estado como,
entre otros, bomberos, policías, sanitarios, guardias civiles y militares.
¿Quién da más? Los políticos, no.
Carlos Miranda, Embajador de España