MEDIO GOBIERNO
Madrid, 03-09-2021
(Lectura rápida 😄)
Este
Gobierno de la Nación en coalición es una primicia en nuestra democracia post-franquista.
Los problemas de coordinación que sufre eran, señalaban muchos comentaristas, fruto del rodaje, pasando lo mismo en otros países.
Las
coaliciones suelen tener un documento contractual para armonizar un programa de
gobierno, lo que no impide que surjan
discrepancias fruto de
interpretaciones divergentes del documento o de las fluctuaciones de la
realidad política.
Este
Gobierno de coalición debiera ya de estar rodado. No obstante, los problemas
entre los dos coaligados siguen siendo profundos hasta el punto de que la sensación inicial de tener dos gobiernos en uno no se
ha remediado.
Distintos
indicios lo recuerdan frecuentemente. Uno reciente fue la reacción del gobierno de Podemos ante la
decisión del gobierno del PSOE de proceder a la repatriación
de cientos de menores no acompañados marroquíes que se introdujeron en Ceuta al amparo de la
invasión de inmigrantes fomentada desde Rabat a la ciudad española como represalia
a la temeraria admisión en España del jefe polisario Ghali por González Laya
para ser atendido médicamente, una persona que para Rabat es su peor enemigo y al
que considera un terrorista.
La
ministra Belarra, de Podemos, de la plena confianza de Iglesias que, dicen,
retornará como comentarista político, le dirigió a Marlaska, independiente cercano
a Sánchez, una dura misiva acusándole de estar
violando la legalidad con estas repatriaciones.
Interior
tiene sus argumentos, y Ceuta también, intentando con estas devoluciones volver
a la situación previa a la incursión alentada por Marruecos. La Fiscalía abrió
diligencias y el Defensor del Pueblo, así como organizaciones especializadas,
exigieron que cesaran estas deportaciones. Sin embargo, la Justicia no las ha
censurado, al menos por ahora, por lo que el Presidente ceutí, Vivas, Marlaska
y Sánchez forman en esto una piña transversal.
No obstante, hay otros importantes puntos de fricción intragubernamental como
el coste de la luz, limitaciones a precios de alquileres, o el SMI, por sólo citar tres de ellos.
Vistos
los desencuentros entre socialistas y podemitas, más que dos gobiernos en uno
lo que hay es un Gobierno con oposición incluida.
El ciudadano puede, así, ver las disensiones en el Ejecutivo y no sólo en el Parlamento,
sin olvidar la frecuente suplantación de hecho de este último por redes y
medios de comunicación. Tiene ello su ventaja vista la esperpéntica oposición
de Casado, casi un “aliado objetivo” de Sánchez.
La
remodelación de julio pasado fue solo del gobierno del PSOE, no del de Podemos, que no se dejó hacer.
Sánchez solo pudo modificar el suyo propio. Bien es cierto, que el PSOE controla
casi todos los ministerios principales.
Una
incógnita es hasta cuando durará esta situación. Tiene muchas papeletas para llegar
hasta el final de la legislatura, pero no es
descartable que Podemos se divorcie previamente. Sus argumentos electorales
para desmarcarse del PSOE están ya a pleno rendimiento y puede que se descuelguen
antes del final para superar el desgaste de sus propias poltronas. Sánchez
podrá, quizás, aguantar sin esa muleta hasta la fecha tope legislativa en el
segundo semestre de 2023, el de la Presidencia
española de la Unión Europea, una incomodidad si no hay Gobierno en
Madrid. Podría, asimismo, adelantar los comicios, pero eso es siempre un
riesgo.
Lo
que parece a salvo es la Cumbre aliada en España que tendrá lugar en la primavera de 2022. Una Cumbre importante por
tener que elegir a un nuevo/a Secretario/a General (¿Secretarie
General?) y aprobar un nuevo “Concepto Estratégico”, documento-guía esencial
aliado, que sustituya al actual de 2011. La debacle en Afganistán lo hace aún
más perentorio, así como que los europeos
avancen en materia de su propia defensa con estructuras apropiadas y
más medios, estableciéndose, asimismo, una oportuna relación en estas
cuestiones entre la UE y la OTAN.
Tras esa Cumbre aliada podría empezar verdaderamente
la incertidumbre política interna, si bien igual Podemos podría descolgarse
en vísperas de la misma, una manera de intentar torpedearla, aunque, en todo
caso, será objeto, con su aval, de manifestaciones contrarias.
Carlos Miranda, Embajador de España