BARCELONA contra
MADRID
España, 12-03-2021
(Lectura fácil 😊)
Durante mucho tiempo las
tensiones entre la capital de España, la Villa de Madrid, y Barcelona, la Ciudad
Condal, capital de Cataluña, una importante región española, se centraban esencialmente
en la rivalidad entre el Real Madrid y el Barça. Desgraciadamente, desde hace un
tiempo, en Barcelona ciertos políticos atizan el
rencor, el odio, el mal ambiente, las recriminaciones hacia Madrid,
acusándola de opresora, de colonialista, de robarle (con el resto de España),
culpable, asimismo, de inquina a Cataluña. Madrid, capital del anticatalanismo.
Madrid tiene mentalidad centralista, sin duda, pero acepta las Autonomías. Eso
sí, lleva mal el independentismo y las falsas acusaciones.
Esos políticos regionales
reclamaban seguir su propia política sanitaria contra el COVID-19. Ahora se quejan de que la Comunidad de Madrid siga la
suya. Incluso hay quien amenazaba con hacer de Madrid una Autonomía
cuyo gobierno sería establecido por las demás Comunidades.
¿Madrid,
Distrito Federal? La Comunidad
madrileña estaría a contracorriente, acusan, de la sensatez general al mantener
su restauración abierta tarde y negar un cierre perimetral. Ciertamente, Ayuso
parece querer hacer lo contrario que Sánchez. Si éste cierra la mano, ella la
abre y viceversa. Ahora bien, Madrid ejerce sus competencias como consecuencia de que Sánchez haya entregado la
lucha contra el virus a las Autonomías, como ellas deseaban.
De los horarios no parecen
quejarse los madrileños. En Madrid los restauradores no rompen platos para
protestar. En otras Comunidades han sido menos “permisivos”, cerrando casi
todo. En Madrid cuesta más, ciertamente, doblar la curva pandémica, pero lo
consiguen también. Por otra parte, Madrid es la
única Comunidad que ha creado empleo en el Estado de Alarma actual según
señalaba El Confidencial del pasado 7 de marzo.
Lo de Madrid como Comunidad “aperta”
significa que puede venir el que quiera, pero desde Madrid no se puede
ir a ninguna parte, salvo pretexto válido, porque está rodeada de territorios cerrados.
En realidad, apenas se controlan los desplazamientos. La aplicación de las
medidas restrictivas depende esencialmente del
sentido cívico de los españoles. También podían las dos Castillas
apostar sus agentes en la zona fronteriza de Madrid, Autonomía que considera,
finalmente, que se ha visto obligada a cerrarse perimetralmente de cara a San
José y Semana Santa. Ha recurrido. Veremos que dice la Justicia.
Muchos desearían doblegar
a Ayuso, pero no se ve como lo van a hacer desde
otras Comunidades. Ahora, con el bodrio político iniciado por
Ciudadanos y PSOE en Murcia y respondido por Ayuso en Madrid convocando unas
elecciones que un tribunal decidirá si son posibles debido a dos mociones de
censura cuasi simultáneas del PSOE y Más Madrid, comprobaremos el veredicto de
los votantes. Si hay elecciones.
Posiblemente, Ciudadanos
debiera de haberse apeado, si motivos tenía, del gobierno regional en Murcia y
verlas venir, quizás provocando unas elecciones, u otra solución, en lugar de
cambiar de caballo en pleno recorrido. “Manca
Finezza” decía Andreotti de la
política española. Faltó a naranjas y socialistas olfato acerca del contagio vírico
de su apuesta murciana, finalmente anulada por el PP local al dividir a Ciudadanos
con unas poltronas. Nadie sale bien parado, pero Ciudadanos peor que nadie.
Hablando de sensatez, son las demás Comunidades las que han ido a
contracorriente autorizando despliegues feministas el 7 y 8 de marzo
mientras en Madrid se prohibieron por motivos sanitarios por decisión del Delegado
del Gobierno. ¿Qué ocurrió en las demás Comunidades?
Como en otras
circunstancias, rezuma en estas luchas barriobajeras entre políticos que Madrid
se beneficia de la capitalidad nacional. ¿Será que Madrid no tiene ni mar ni
puerto y que la capitalidad del Principado no aporta nada a Barcelona? Eso sí, ésta
última, tiene concedida una zona franca industrial que Madrid no tiene.
Asimismo, el Rey fue, junto a Sánchez, a respaldar las fábricas de SEAT sin que
eso le importara al gobierno separatista catalán. Luego
vienen las críticas y las envidias periféricas. Parece, más bien,
que en Barcelona hay quienes han encontrado otra manera más de enfrentar a las
dos capitales.
Carlos Miranda,
Embajador de España