ESPEJO:
¿SOY YO EL MÁS GUAPO?
Madrid, 11-09-2020
(Lectura rápida 😊)
Ningún líder
importante británico aboga ya por mantenerse en la Unión Europea. Queda la
opción del “Rejoin”. Si acaso, en un futuro muy distante. Los tres grandes
partidos británicos asumen actualmente el Brexit. El Conservador, con
entusiasmo;el Laborista, porque es la realidad y nunca supo lo que quería; y el
“Lib-Dem”, porque no queda otro remedio. Eso sí, los
nacionalistas escoceses seguirán pretendiendo su independencia, ahora para reincorporarse a la UE.
La realidad del
Brexit la tiene también asumida la Unión Europea que prevé a partir del otoño
una Conferencia sobre el futuro de Europa que debiera durar hasta 2022. Gobiernos,
Instituciones, organizaciones y particulares podrán verter sus informaciones,
trabajos y opiniones en este crisol del que debiera salir un proyecto renovado
para la UE, más proactivo que el actual que aporta mucho, pero con un eslogan en negativo,
aunque realista, según el cual nos iría peor sin la UE o fuera de la misma.
¿Y el Reino
Unido? Los únicos tres países con entidad
suficiente para enfrentarse al reto de abandonar el proyecto común son RU,
Alemania y Francia. Estos dos últimos optan por un europeísmo que
consolida la paz y la prosperidad en Europa, siendo sus dos líderes naturales.
Juntos dieron recientemente el pistoletazo de salida que desembocó en los fondos
europeos para paliar la crisis económica de la pandemia. Los que son
inteligentes, suelen subirse al tractor francoalemán, para influenciarlo, como, en su día, Felipe González.
El RU, comunitario
a regañadientes y más bien Caballo de Troya para impedir una mayor integración,
decidió probar la suerte externa. El tiempo dirá si sus éxitos futuros serán o
no a costa de hacerles a sus antiguos socios una competencia desleal. Podría
ocurrir si el periodo transitorio culmina el próximo 31 de diciembre sin
un acuerdo comercial entre Londres y Bruselas. Es más, Boris Johnson asoma
la oreja descarada del incumplimiento del acuerdo de salida, ya firmado. Se lo
afean en la UE y en el propio RU. Hasta su predecesora, Theresa May, preguntó
en su Parlamento, este martes, ¿cómo podrá
confiarse en la palabra del RU si su Gobierno no respeta los compromisos
contraídos? .
La negociación
del acuerdo comercial no va por buen camino y el tiempo se echa encima. Para poder ratificar un
Tratado antes del 31 de diciembre, haría falta llegar un acuerdo en octubre. Johnson
aprovecha para chantajear exigiendo “su” acuerdo para mediados de ese mes. Hay
capítulos acordados, pero, como es natural, nada está acordado definitivamente
hasta que todo esté acordado. Lo que sigue
suelto no son simples cabos sino cosas esenciales. Entre ellas, las
reglas que facultarían una competencia reglada entre la UE y su antiguo socio
que seguirá siendo un aliado en la OTAN y un país con el que la UE desearía contar
para empresas conjuntas. La pesca es otro tema pendiente.
El coronavirus
ha retrasado tanto al Oeste de Dover como al Este de Calais muchas cosas. En el
lado británico, aplazó una importante revisión
que abordaría conjuntamente la política de seguridad, defensa, cooperación
al desarrollo y política exterior. El anuncio fue hecho por la Reina
en su discurso de apertura del Parlamento en 2019, un discurso que lee, pero
cuya redacción es responsabilidad exclusiva de su Gobierno.
En el
mundo hay países pensantes, que suelen tomar iniciativas y países reactivos que
se defienden o aprovechan las aperturas concebidas por otros. A veces, a los reactivos les va bien
si son buenos improvisando. Sin embargo, lo sensato es considerar el futuro con
antelación. Para ello hace falta tener un proyecto común de país y no pelearse
constantemente por quien es el más guapo o por el “y tu más”. Además de
ofrecernos los políticos nacionales este otoño unos presupuestos por el bien
del país, podrían también iniciar un estudio como
el británico que fuese de fácil comprensión para los mortales y que nos sirviese
de guía acerca del interés nacional en el mundo. A la Conferencia
Europea contribuirá nuestro Gobierno variocéfalo y, asimismo, podemos hacerlo
cada uno de nosotros. ¿Es todo ello mucho pedir? Igual sí.
Carlos
Miranda, Embajador de España