miércoles, 26 de julio de 2023

DOS LLAVES GUBERNAMENTALES

DOS LLAVES GUBERNAMENTALES

 

 

       Madrid, 27-julio-2023

                              (Lectura rápida 😊)


   

El PP gana 47 escaños. No está mal, pero solo consigue 136 diputados, insuficiente para gobernar con Vox ya que con sus 33 obtienen los dos 169 parlamentarios para el bloque conservador estando la mayoría absoluta en 176.

Con 122 escaños el PSOE obtiene dos escaños más que en 2019. Con los 31 de Sumar que, como Vox, pierde escaños, conforman un bloque antagónico de 153 diputados. Los españoles se han dividido esencialmente en dos bandos equivalentes, facilitando la persistencia de la polarización. Si Feijóo no forma gobierno, aunque lograse presentarse a la Investidura, será Sánchez quien tendrá la oportunidad de reeditar un Frankenstein que se antoja más complicado que el primero, pero posible.

Feijoo, héroe pírrico desconcertado, intentará que gobierne la lista más votada, pero eso sólo sería realista si su acción gubernamental estuviese respaldada en el Parlamento, lo que no parece posible salvo que Feijoo gobernase con Sánchez en coalición o, al menos, con un acuerdo parlamentario para resolver muchas cuestiones pendientes y futuras que afectan a todo el país y que deberían resolverse con centralidad, como alienta Felipe González. Otras fórmulas son cuentos de la lechera.

Sánchez posiblemente rechazará coaligarse, como en 2016 cuando lo ofreció Rajoy. “Fair enough” diría un anglosajón respetando sin entusiasmo la decisión del socialista que hizo también famoso más tarde su “No, es No” y que se ha reafirmado ahora sólidamente en Ferraz. Consecuentemente la bola pasaría al propio Sánchez que intentaría otra vez sus carambolas con algunas malas compañías para crear un Frankenstein II.

Complicado si debe entenderse con el fugado Puigdemont. La Fiscalía acaba de pedir al Tribunal Supremo la reactivación de su extradición ahora que la Justicia comunitaria le despojó de su inmunidad parlamentaria europea, una actuación que, casualmente, pudiera afectar la negociación en la que Sánchez necesitaría adquirir la abstención o el voto favorable puigdemontista.

Tan complicado se antoja el apoyo del comandante de Waterloo, que hay quienes no descartan una repetición electoral, aunque lo exigible a los elegidos es arreglárselas con el sudoku entregado. Repetir constantemente elecciones es negativo y, además, los hay también que están seguros de que el acuerdo con Puigdemont ya está cerrado a falta de detalles, aunque en esos siempre está el Diablo.

¿Un Frankenstein II sería solo PSOE con Sumar o incluirá otros colectivos, varios con pretensiones sobradas, algunas quizás inconstitucionales o al menos en zona roja? Asimismo, pueden otros no gobernar, pero decidir desde sus escaños, exigiendo su precio.

Hemos catado una vez más un Sánchez resistente, pero ¿tras el audaz (y engañoso para muchos de aquí y allá) no convendría ahora uno prudente (y veraz)? Con la sobriedad postelectoral, Ferraz parece tomarse las cosas con calma en espera de que se consolide formalmente el apretado resultado electoral y de que se desarrolle el primer acto parlamentario importante a mediados de agosto: la elección de su Presidencia y la conformación de la Mesa donde el PP será tratado como oposición.

Feijoo ganó, pero perdió. Sánchez perdió, pero puede gobernar. El Maligno espera, posado sobre Waterloo. Puede facilitar un gobierno o una repetición electoral que igual tampoco serviría para alejar el indeseable bloquismo, virus político que a muchos alegra.

En estas circunstancias, dos llaves pueden dar una gobernación. La primera la tiene Puigdemont. Es de oro y vale mucho. ¿Cuánto? Amnistía y referéndum de “autodeterminación”. Eso dice ahora. Debiera rebajar el precio porque tampoco le interesa una repetición electoral. Ya se sabe, las escopetas las carga, de nuevo, el Diablo.

Si Sánchez pacta con Puigdemont, será, naturalmente, en el marco de la Constitución según la portavoz gubernamental en funciones. “Confía, pero verifica” dice un refrán ruso popularizado en su día por Reagan, si bien, en cualquier caso, no habrá un necesario consenso nacional para la celebración de ese referéndum.

La otra llave es de hierro: una coalición gubernamental o parlamentaria del PP con el PSOE. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que no es sospechoso de socialista blando, favorece la llave ferrosa y no depender de Puigdemont. En la City londinense piensan igual. Eso sí, esa es una malvada catedral capitalista y, además, son ingleses brexitados ... ¿Prevalecerá la sensatez?

 

Carlos Miranda, Embajador de España