viernes, 25 de septiembre de 2020

NUEVAS MONARQUÍAS

 

 

                            Madrid, 25-09-2020

   (Lectura rápida 😊)                                      

                               

 Peón Rey Reina La Coronación - Imagen gratis en Pixabay

   

Cuentan que Nicolas Maduro prepara a su hijo para sucederle. Nicolasito, un mozalbete treintañero, acumula cargos para situarse en la casta política venezolana, que diría Pablo Iglesias; en la nomenclatura estatal, que se diría de las dictaduras comunistas; de la partidocracia, término más apropiado cuando se resquebraja una democracia y un partido dominante va replicando familiarmente a sus dirigentes.

 

Incluso en democracias consolidadas hay dinastías familiares. El Consejo Europeo está presidido por Charles Michel, hijo de un Ministro de Exteriores belga. En Grecia se han dado sagas familiares en el partido socialista y en el conservador. En los EEUU, dos Adams, padre e hijo, fueron Presidentes, así como los Bush, senior y junior. Theodore Roosevelt y Franklin D. Roosevelt eran parientes. El recién dimitido Primer Ministro japones Shinzo Abe, otro hijo de un ministro de Exteriores. Todos elegidos democráticamente, sin “reserva de plaza”.

 

Más frágil es la situación cuando la llegada familiar al poder se hace a dedo. Tony Blair tuvo en su gobierno a dos hermanos y a un matrimonio. Pedro Sánchez, a Iglesias y Montero, pareja conviviente. Cuando las familias acceden agrupadas a responsabilidades políticas, la “apariencia virginal de la esposa del César” empieza a difuminarse. Por eso importa la vigilancia de los medios de comunicación y contar con portales de transparencia.

 

Hay también otras formas de ocupación familiar del poder, de sucesión presidencial o de perpetuación. A veces, un cónyuge rellena un mandato imposible para el consorte. También sirve un compinche. En 2008, Vladimir Putin, no pudiendo cumplir un mandato más de los permitidos, se hizo sustituir en el siguiente por su Primer Ministro, Dimitri Medvedev. Durante este paréntesis, Putin “hizo” de jefe de gobierno de su subordinado.

 

Recientemente, implantó una reforma constitucional que le permitirá perpetuarse más en la Presidencia. Esta fórmula, también empleada por otros dirigentes “insustituibles” como Xi Jinping, los Castro o Franco, es más Imperial y recuerda la perpetuación en el poder de Napoleón Bonaparte, imitado luego, por el sobrino, Napoleón III. Visto el gran poderío nuclear ruso, heredado de la URSS, se valora la estabilidad en ese país. La perpetuación de Putin la confiere a pesar de actos ilegales internacionales, como la ocupación de Crimea, o nacionales como le acusan no solo desde la oposición.  

 

Sin embargo, la perpetuación dinástica en falsas democracias se evidencia mejor cuando son los retoños quienes recogen el legado revolucionario de sus progenitores. Bashar Al Ásad heredó en 2000 el trono de su padre que fue 29 años Presidente de Siria, rigiendo tan dictatorialmente los destinos sirios el hijo como el padre, prevaleciendo frente a demócratas y organizaciones terroristas mediante apoyos regionales y del Kremlin. Corea del Norte va por la tercera generación de la dinastía Kim (y, hoy en día, la hermana sucedería al actual tirano). Una dictadura que controla ferozmente a todos sus súbditos y que ha conseguido una capacidad nuclear que, por ahora, le libra de intervenciones exteriores.

 

Puede suponerse la admiración de Iglesias por la posible monarquía venezolana y conocemos su inquina por la española. Esta última, sin poderes gubernamentales, como las demás europeas, pero con funciones regladas y otras representativas, desempeña eficazmente, desde la restauración democrática y la accesión al Trono de Juan Carlos I, su papel institucional, siendo útil al país, debiendo valorarse altamente a Felipe VI, impecable tanto profesional como personalmente. Esperemos que nadie acabe trasladando la Zarzuela a Galapagar. Menos aún, cuando Felipe VI ha subrayado que la prensa cumple con su función “de conciencia crítica de la sociedad diversa y plural”. ¿Da más Iglesias? No, porque recientes sondeos muestran un respaldo importante a nuestra Monarquía Parlamentaria y al Rey.

 

No obstante, Sánchez habría impedido la habitual asistencia del Rey en Barcelona a la entrega de Despachos de la última promoción de Jueces. ¿Temía por la seguridad del Monarca, como algunos dicen (sorprende que no pueda asegurarla) o cedió ante los independentistas? Vaya usted a saber, pero, busca actualmente el apoyo de ERC a los presupuestos; Torra está a punto de ser destituido judicialmente; y esta próxima semana empezará a tramitar los indultos a los separatistas condenados por sedición así como la reducción de penas de este delito. ¡Mucha casualidad! … La Vicepresidenta Carmen Calvo asegura que ha sido una “buena decisión” tomada por quien “corresponde”. ¡Un innombrable! Como en alguna religión en la que no debe pronunciarse el nombre de su divinidad …   ¡Fuera la transparencia!

 

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

miércoles, 16 de septiembre de 2020

LA POLÍTICA INTERNACIONAL DE TRUMP


LA POLÍTICA INTERNACIONAL DE TRUMP


 
 

                              Madrid, 18-09-2020

 

                           (Lectura entretenida 😁)

 
 
 

Free photo Famous Gop Celebrity Male Donald Trump People Man - Max PixelTras cuatro años, la política internacional de Trump ha dejado un rastro que, generalmente, no ha agradado a sus aliados europeos. Ello es preocupante porque hasta la llegada del magnate a La Casa Blanca, existía un entendimiento general de las cuestiones internacionales entre las dos orillas del Atlántico Norte, un área que conforma el solomillo de lo que denominamos el “mundo occidental” que incluye también a otros países de cultura semejante o políticamente “occidentalizados”, democracias liberales cercanas, aunque situadas en otros continentes como puedan serlo, entre otros, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda e Israel.

 

Con la idea de volver a hacer de los EEUU un gran país, el eslogan de Trump que revela el complejo de quienes atisban en los propios EEUU un inicio de su decadencia, el actual Presidente americano ha hecho tabla rasa de lo que habían hecho sus predecesores. No solo el demócrata Barack Obama, sino también otros Presidentes republicanos como George W. Bush que se quedó atónito al oír el discurso de investidura de Trump el 20 de enero de 2017 y así se lo dijo a su vecina en la tribuna de invitados, la derrotada Hillary Clinton.

 

Muchas veces las grandes potencias se han encontrado con el marrón de sus necesarios liderazgos más como consecuencia del desarrollo de acontecimientos no siempre deseados, aunque asumidos. Generalmente enfrentamientos bélicos. Suelen tener un ascenso rápido para luego situarse un tiempo en una meseta desde donde dominan el mundo circundante para luego bajar de altitud paulatinamente o con altibajos. Nos ha pasado a todos los que hemos graduado en esta especialidad de país dominador.

 

La fase actual de los EEUU es la de un descenso, si bien la carrera espacial, una realidad y una exigencia, les ofrece otra oportunidad de volver a subir peldaños. Una carrera que tienta no solo a Rusia y China sino también a otros como Japón, India o los Emiratos Árabes Unidos y de la que la Unión Europea no puede estar ausente. Esta percepción de decadencia estadounidense, real o falsa, fuerza a hacer tabla rasa de todo lo anterior, como Trump, o a intentar ajustarse a la realidad como hizo Obama, procurando entenderse con Moscú y Teherán, aceptando un multilateralismo eficiente, e iniciando el llamado “pivot to Asia” ante el surgimiento económico y militar chino, con la consciencia de que su política exterior debía ser entendida y apoyada por sus principales aliados en Europa (la Alianza Atlántica) y en el Sudeste asiático.

 

Ejercer democráticamente un liderazgo internacional es mostrar una senda, a veces, incluso, forzarla, pero intentando convencer a sus principales aliados y asumir sus intereses. El mundo internacional no deja de ser una jungla repartida en esferas de influencia con delimitaciones a veces evanescentes según las circunstancias históricas y geopolíticas con el ascenso y caída de unos u otros. Estar en la esfera de los EEUU puede ser para los países occidentales más relajante que estarlo en el de otras potencias más imperiales y menos democráticas como lo fue la URSS, una dictadura de partido con principios económicos erróneos, o pueda serlo China, capitalista económicamente pero dictatorial políticamente, o la actual Rusia, autocrática con economía de mercado.

 

Rusia se ha reconvertido al capitalismo, pero conserva muchos tics de su fallido Imperio comunista que solo era una expresión actualizada del tradicional imperialismo zarista, expansivo, como casi siempre ocurre como consecuencia de tener que defender y guardarse de otros ambiciosos. A muchos españoles puede que les cueste entenderlo, probablemente por nuestra lejanía geográfica. El mejor remedio es cerrar los ojos y meterse en los zapatos de los vecinos que Rusia siempre ha amenazado o subyugado y que son, ahora, socios comunitarios nuestros y/o aliados, empezando por Finlandia, siguiendo con los bálticos y Polonia hacia el Sur en esa la segunda fisura que divide de hecho a Europa en una occidental y otra oriental, siendo la otra la división entre la norteña y la meridional.




continuar, chino, linterna, linterna china, China, asiático, oriental,  símbolo, cultura, tradicional, diseño | PikistCon Trump se retiró el mantel de golpe llevándose de paso la vajilla, la cristalería y las fuentes aún llenas. El magnate no es un mago capaz de cambiar ese mantel sin tocar el resto. El enfrentamiento con China era y sigue siendo inevitable comercialmente porque Beijing aplica reglas injustas o rompe las establecidas. Una competencia desleal que simbolizan su espionaje industrial y su despreció a patentes ajenas, generalmente occidentales, una práctica también rusa, como atestiguan los servicios occidentales de información. Súmese el pulso cibernético con los americanos, la declarada ambición de rearmarse en el futuro hasta un nivel equivalente a los EEUU, además de querer contrarrestar la influencia mundial occidental con el desarrollo invasivo de su Ruta de la Seda. Todo tiene su lógica, pero conlleva asimismo una carrera de armamentos que no puede dejar indiferentes ni a Washington ni a Moscú. La llegada de Biden no alteraría esta realidad, aunque sí la manera de enfrentarse a ello, más diplomática, sin que falte firmeza.



Trump ha sacado a su país del consenso climático, de la Organización Mundial de la Salud, de la UNESCO y de lo que haga falta para recuperar una libertad de acción que es un mal ejemplo para otros aspirantes a capos mayores o chulos de barrio regionales. Solo se puede convivir en la jungla mundial si hay un “multilateralismo comprometido”. Asimismo, el magnate ha herido el acuerdo con Irán que al menos temporalmente impedía su acceso al arma nuclear y, en esta materia, no ha acordado nada útil con Corea del Norte. También se ha retirado del acuerdo con Moscú que impedía la existencia de misiles de alcance medio, nucleares o convencionales. En su descargo hay que señalar que el Kremlin le había encontrado la trampa a la ley y que el ascenso militar de Beijing invalida muchos acuerdos de desarme bilaterales entre EEUU y Rusia si no se une China, poco inclinada a ello. Veremos si el acuerdo americano-ruso de limitación de armas nucleares estratégicas se podrá renovar a partir del año próximo. Como China está muy lejos de los niveles de Washington y Moscú es, quizás, aún posible esa renovación, aunque Trump reclama la participación de Beijing.

 
 
En el Oriente Medio, Trump ha abandonado las posiciones avanzadas americanas dejando el terreno libre a Rusia, a Irán, a los Talibanes en Afganistán y a la neo-imperialista Turquía de Erdogán, afanado, desde hace tiempo, en borrar el laicismo centenario de Ataturk, el padre de la Turquía moderna post sultánica. Netanyahu ha conseguido que Trump moviese la Embajada americana de Tel Aviv a Jerusalén, un anatema internacional. Trump ha favorecido, asimismo, vía su yerno Jared Kushner, un acuerdo diplomático entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, tercer país árabe en reconocer a Israel. Una “pica en Flandes” o, más bien, en el Oriente Medio. Aunque condenado por los palestinos, no constituyendo un apoyo para la tesis consagrada de los dos Estados, el palestino y el hebreo, puede aportar, sin embargo, fondos necesarios para un imprescindible desarrollo económico palestino. Veremos.
 
 
 

Por otra parte, este acuerdo arrastra otro de ventas de armas sofisticadas a los EAU, entre los que destacan aviones F-35 y de guerra electrónica que hay que enmarcar no solo como un beneficio para la industria armamentista americana sino también en el teatro específico del Golfo donde se enfrentan dos irreconciliables: los iraníes, chiís, y los árabes, mayoritariamente suníes, sin desmerecer a Irak, árabe de mayoría chií, pero con minorías importantes suníes y kurdas, estas últimas siempre olvidadas por todos. Una parte del mundo con arenas muy movedizas.

 


Lo anterior son solo unos botones de muestra, pero subraya cuán diferente podrá ser la política exterior estadounidense si gana Biden, cercano a Obama y a los Clinton u, otra vez, Trump. En cualquier caso, España debe sacar partido, gobierne quien gobierne en Madrid y Washington, a su cercana relación estratégica con los EEUU, en la OTAN y bilateralmente, en especial cuando en un mundo menos controlado por los  “grandes”, ciertos “locales” (como pudiera serlo Marruecos, siguiendo la senda turca) juegan a “ganar espacio”. En este momento, los EEUU quieren ampliar su presencia fija en la base aeronaval de Rota pasando de cuatro a seis buques ligados al escudo antimisiles de la OTAN y parecen  barajar la posibilidad de trasladar a dicha base AFRICOM, su mando para operaciones en África, situado ahora en Alemania de donde Trump quiere sacar efectivos estadounidenses como “castigo” a Merkel por no invertir más en defensa.
File:Zee spain.png - Wikimedia Commons

 

La diplomacia ha de imperar, pero, para ello, debe tener claro un diseño con iniciativas y no ser solo reactiva o adaptativa. Asimismo, en este mundo despiadado, necesitamos unas Fuerzas Armadas bien e inteligentemente equipadas, modernas, desprendidas de prestigios e ideas preconcebidas del pasado, competentes en los actuales seis dominios estratégicos, y centradas en “lo nuestro”, tras lo que se sitúa, evidentemente, nuestra solidaridad comunitaria y aliada. 

 
Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

viernes, 11 de septiembre de 2020

ESPEJO: ¿SOY YO EL MÁS GUAPO?

 

                               

 

                               Madrid, 11-09-2020

 

                                (Lectura rápida 😊)

 

 

                           Rana Espejo Imagen De - Foto gratis en Pixabay

 

 

Ningún líder importante británico aboga ya por mantenerse en la Unión Europea. Queda la opción del “Rejoin”. Si acaso, en un futuro muy distante. Los tres grandes partidos británicos asumen actualmente el Brexit. El Conservador, con entusiasmo;el Laborista, porque es la realidad y nunca supo lo que quería; y el “Lib-Dem”, porque no queda otro remedio. Eso    sí, los nacionalistas escoceses seguirán pretendiendo su independencia, ahora para reincorporarse a la UE.

 

La realidad del Brexit la tiene también asumida la Unión Europea que prevé a partir del otoño una Conferencia sobre el futuro de Europa que debiera durar hasta 2022. Gobiernos, Instituciones, organizaciones y particulares podrán verter sus informaciones, trabajos y opiniones en este crisol del que debiera salir un proyecto renovado para la UE, más proactivo que el actual que aporta mucho, pero con un eslogan en negativo, aunque realista, según el cual nos iría peor sin la UE o fuera de la misma.

 

¿Y el Reino Unido? Los únicos tres países con entidad suficiente para enfrentarse al reto de abandonar el proyecto común son RU, Alemania y Francia. Estos dos últimos optan por un europeísmo que consolida la paz y la prosperidad en Europa, siendo sus dos líderes naturales. Juntos dieron recientemente el pistoletazo de salida que desembocó en los fondos europeos para paliar la crisis económica de la pandemia. Los que son inteligentes, suelen subirse al tractor francoalemán, para influenciarlo, como, en su día, Felipe González.

 

El RU, comunitario a regañadientes y más bien Caballo de Troya para impedir una mayor integración, decidió probar la suerte externa. El tiempo dirá si sus éxitos futuros serán o no a costa de hacerles a sus antiguos socios una competencia desleal. Podría ocurrir si el periodo transitorio culmina el próximo 31 de diciembre sin un acuerdo comercial entre Londres y Bruselas. Es más, Boris Johnson asoma la oreja descarada del incumplimiento del acuerdo de salida, ya firmado. Se lo afean en la UE y en el propio RU. Hasta su predecesora, Theresa May, preguntó en su Parlamento, este martes, ¿cómo podrá confiarse en la palabra del RU si su Gobierno no respeta los compromisos contraídos? .

 

La negociación del acuerdo comercial no va por buen camino y el tiempo se echa encima. Para poder ratificar un Tratado antes del 31 de diciembre, haría falta llegar un acuerdo en octubre. Johnson aprovecha para chantajear exigiendo “su” acuerdo para mediados de ese mes. Hay capítulos acordados, pero, como es natural, nada está acordado definitivamente hasta que todo esté acordado. Lo que sigue suelto no son simples cabos sino cosas esenciales. Entre ellas, las reglas que facultarían una competencia reglada entre la UE y su antiguo socio que seguirá siendo un aliado en la OTAN y un país con el que la UE desearía contar para empresas conjuntas. La pesca es otro tema pendiente.

 

El coronavirus ha retrasado tanto al Oeste de Dover como al Este de Calais muchas cosas. En el lado británico, aplazó una importante revisión que abordaría conjuntamente la política de seguridad, defensa, cooperación al desarrollo y política exterior. El anuncio fue hecho por la Reina en su discurso de apertura del Parlamento en 2019, un discurso que lee, pero cuya redacción es responsabilidad exclusiva de su Gobierno.

 

En el mundo hay países pensantes, que suelen tomar iniciativas y países reactivos que se defienden o aprovechan las aperturas concebidas por otros. A veces, a los reactivos les va bien si son buenos improvisando. Sin embargo, lo sensato es considerar el futuro con antelación. Para ello hace falta tener un proyecto común de país y no pelearse constantemente por quien es el más guapo o por el “y tu más”. Además de ofrecernos los políticos nacionales este otoño unos presupuestos por el bien del país, podrían también iniciar un estudio como el británico que fuese de fácil comprensión para los mortales y que nos sirviese de guía acerca del interés nacional en el mundo. A la Conferencia Europea contribuirá nuestro Gobierno variocéfalo y, asimismo, podemos hacerlo cada uno de nosotros. ¿Es todo ello mucho pedir? Igual sí.

 

 

Carlos Miranda, Embajador de España