BARRA LIBRE
(18-10-2019)Turquía aprovecha un vacío de poder norteamericano en el Oriente Medio para intentar ocupar una franja, llamada de seguridad, de unos 30 kilómetros de profundidad en el norte de Siria donde recolocar, dice, a millones de refugiados, mayoritariamente sirios, que acoge y no prosiguen hacia la Unión Europea.
Otro objetivo es el de separar a los kurdos a ambos lados de la frontera turco-siria. Para Ankara los kurdos constituyen un centrifuguismo inaceptable, especialmente su brazo armado, etiquetado como terrorista asimismo por EEUU y la UE. El Presidente turco, Recep Erdogán, desea aislar a los kurdos turcos de los sirios, armados y bastante autónomos aprovechando el desorden en Siria fruto de una “Primavera Árabe” fracasada como en los demás países árabes, salvo Túnez.

El Presidente turco es un autócrata populista cuyo nacionalismo es regional e islámico. Con esto último rechaza internamente, con éxito, el occidentalismo heredado del fundador de la Turquía moderna tras el hundimiento del Imperio otomano en 1918, Mustafá Kemal Atatürk. Externamente Erdogán quiere asentar un poderío turco en una región desmadrada. Donald Trump se lo facilita.
Solo es el último eslabón de una tendencia iniciada en anteriores presidencias norteamericanas. El giro hacia el Pacifico, la interminable guerra de Afganistán, la incapacidad de convencer o forzar a Israel y árabes a una paz necesaria, alimentan una retirada de la que escapa el apoyo a Israel: el lobby judío es demasiado importante en EEUU.
Trump prefiere centrarse en reconducir la relación comercial con China y con Europa, competidores considerados desleales. No desea actuaciones americanas de gendarmería mundial ni los correspondientes “body bags”. Pero, estratégicamente, nunca hay vacíos. Si se abandona Afganistán y a sus élites occidentalizadas, el vacío lo rellenan los propios talibanes y Pakistán, que los tiene en sus propias FATAS. Eso solo puede motivar, consecuentemente, a la India. Tensiones regionales….

La iniciativa de Erdogán ha merecido críticas en el seno de la UE, que condena, aunque sin un embargo de armas ni sanciones. Algunos países (incluidos europeos) han decretado embargos. Es interesante constatar que, en EEUU, el Senado (de mayoría Republicana) ha censurado a Trump y han votado unas sanciones que el Presidente ha firmado. Fruto de este “toque”, Trump envió a Ankara a su Vicepresidente y a su Secretario de Estado que han obtenido un alto el fuego de cinco días que se consolidaría si los kurdos abandonan esa área de seguridad. Veremos. En el seno de la OTAN hay, obviamente, incomodidad.

En cuanto a la UE, sigue siendo un tigre de papel sin garras serias y veremos, cuando las tenga, si las llega a tener, si tendrá arrestos para intervenir en esos atolladeros .... Sin garras, la presión política es floja en esos escenarios. Al menos en África algunos europeos hacemos algo además de estar en el Báltico.
Carlos Miranda es Embajador de España