¡UNA EUROPA
FEDERAL YA!
Madrid, 07-11-2025
(Lectura rápida 😊)
En La Discrepancia:
https://ladiscrepancia.com/una-europa-federal-ya/
La hipocresía se ha adueñado
hace tiempo de los políticos. No solo en España. También
en la Unión Europea. La Presidenta de la Comisión Europea, Von del Leyen, acordó
este verano con Trump un acuerdo arancelario entre la UE y los EEUU. La
Comisión es la encargada de las relaciones comerciales de la Unión con el resto
del planeta. El acuerdo señala básicamente que las exportaciones europeas a los
EEUU soportarán unos aranceles americanos de un 15 % en todos los productos
salvo excepciones.
De no haber firmado este acuerdo, fruto de una
negociación, a partir del primer día de agosto habríamos estado inmersos en una
guerra comercial con los EEUU, desastrosa para Europa y en la que Trump habría impuesto
unos aranceles para los productos europeos del 30 % o superiores en algunos
casos. El resultado pactado puede ser doloroso y disgustar, pero sin dejar de
ser criticable parece aconsejable medir las críticas y acompañarlas de
soluciones, de remedios, ya que si la UE ha tenido que aceptar una imposición
norteamericana es en buena medida porque la
Unión es culpable de su propia debilidad frente a los EEUU.
Las críticas a Von der Leyen fueron del día de después y
eso tiene una explicación: si se hubieran hecho antes, la Presidenta de la Comisión
no hubiera podido firmar y tendríamos esos aranceles del 30% o más. Más
hipocresía es difícil. No obstante, se puede compartir la afirmación por parte
del Presidente francés, Emmanuel Macron, acerca de la falta de vigor de la UE respecto de los EEUU,
porque somos fuertes económicamente frente a los demás Estados incluida Rusia,
salvo, en este último caso, en materia de defensa, lo que nos condiciona con
los EEUU.
Llevan los europeos beneficiándose de la dedicación
estadounidense a una Europa democrática desde que, salvando las reticencias
aislacionistas de su país, el Presidente Franklin D. Roosevelt involucró bélicamente
a los EEUU contra la Alemania de Hitler y demás fuerzas del Eje. En España hay abstracción de ello porque siempre estamos
en otro mundo.
En Europa puede haber olvido, pero sin los americanos (y
los rusos al Este) los nazis no hubieran sido derrotados. Luego vino más ayuda
desde Washington, entre ella el Plan Marshall que reconstruyó la Europa occidental, no la
sometida a Rusia (ni España por Franco) o la OTAN
para protegerla de las apetencias territoriales de los rusos entonces bajo el
manto comunista e imperialista de la URSS.
Es más, sin la protección de la OTAN, la UE no habría
podido nacer ni desarrollarse y por ello, a falta de una verdadera y suficiente
defensa autónoma europea, la Alianza Atlántica
sigue siendo la defensa de la Unión Europea. Por eso, ahora que pasa
el cobrador del frac americano, que ya venía avisando desde hace varias décadas
ante la sordera europea, los países miembros de la UE debieran hacer dos cosas:
En primer lugar, los gobiernos de la UE debieran afanarse
ya en conseguir un tratado constitutivo de un
Estado Federal Europeo. O se actúa con decisión, con atrevimiento y
arrojo, como cuando se pusieron los cimientos de la actual UE, o seguiremos
lamentándonos con las manos vacías. Si no lo consiguen nuestros líderes
europeos es que no saben, no pueden o no quieren. En tal caso sería mejor dejar
de llorar por nuestras debilidades y asumirlas.
En segundo lugar, hay que propulsar un líder europeo para
este proyecto. Macron estará disponible a partir de 2027, pero hay otros probablemente
más aceptables como Mario Draghi o Enrico Letta y algunos más. Sánchez perdió
ya sus iniciales credenciales europeas por hablar inglés. Ya saben quién es. Incluso
con la urgencia predicada en estas líneas, las cosas cogen su tiempo, si bien deben partir de un aldabonazo ya, antes de
llegar a 2026 o durante el próximo año a más tardar.
¿Sueño o precipitación? Llámenlo como quieran, pero repasen sus
libros de Historia y verán que los buenos proyectos requieren involucrarse,
mojarse y no amendrentarse ante los obstáculos. Así empezó la UE, poniendo de
acuerdo con la CECA a eternos enemigos como Alemania y Francia apenas acabada
la guerra mundial. Por eso luego fue un Mercado Común, unas Comunidades Europeas
y, ahora, una Unión Europea.
Es el momento de añadir el
carácter federal. Está en nuestras manos si no nos arrugamos,
imprimiendo este carácter al Parlamento, que ya tenemos en Bruselas (y
Estrasburgo), a un Senado (un Consejo Europeo remodelado) y a un Presidente
con poderes ejecutivos además del Tribunal Europeo que
también tenemos.
Carlos Miranda
Embajador de España