viernes, 27 de septiembre de 2024

OTROS TAMBIÉN SON MÁS

OTROS TAMBIÉN SON MÁS

 

 

                              Madrid, 24-09-2024             

                              (Lectura rápida 😊)

 

También me publican en La Hora Digital

https://www.lahoradigital.com/carlos-miranda/autor/1931

 

  


Las elecciones francesas fueron en julio. Tras la moratoria olímpica, el Presidente Macron nombró el 5 de septiembre Primer Ministro, su prerrogativa, a Michel Barnier quien acaba de formar un gobierno de centro derecha.

En España bailaron en Ferraz a pesar de perder las elecciones hace un año frente al PP porque “eran más” juntándose con sus malas compañías de extrema izquierda y separatistas, algunos herederos políticos de terroristas. En Francia los que son más van del centro a la extrema derecha.

El “Nouveau Front Populaire” (“France Insoumise” del radical Mélenchon, comunistas, verdes y socialistas) ganó sin mayoría suficiente, pero el partido más votado fue el “Rassemblement National” de Le Pen. Preocupantes realidades, ambas. Mientras Macron realizaba consultas para elegir al primer ministro la extrema izquierda y la extrema derecha hicieron comentarios negativos sobre los candidatos. Desde el NFP intentaron imponer a Lucie Castets, socialista mélenchoniana poco dispuesta a entenderse con los macronitas. Un error o una estrategia para apartarse de Macron que deseaba alguien que pudiese lograr compromisos en el abanico parlamentario.

Tras tantear varios veteranos socialistas alejados de los actuales socialistas franceses (PSF) que fueron rechazados por los extremos al no ser suficientemente progresistas, o serlo excesivamente, según gustos, Macron eligió a Michel Barnier, antiguo ministro con Chirac y Sarkosy y, asimismo, antiguo Comisario en la Unión Europea. Se declara “patriota europeo”. Fue el duro negociador europeo del Brexit. Pertenece al PP francés, “Les Républicains” (LR), solo la cuarta fuerza política en la Asamblea.

No tiene el rechazo de Le Pen lo que le da cierto margen que podría ampliarse si consigue atraerse a miembros moderados del NFP, esencialmente socialistas. Los puentes entre Macron y Le Pen existen, como ya se señaló en este blog antes de las elecciones, mientras que son inexistentes con los insumisos y los comunistas. La clave para una estabilidad estará en el programa económico y en el rechazo recíproco entre Macron y Mélenchon que juega a Robespierre pensando en la elección presidencial de 2027.

Los diputados de “Renaissance”, el partido macronita, responden en cierta medida a Gabriel Attal que los ha seleccionado y que puede tener más futuro que Macron cuyo trayecto presidencial acabará en tres años. Fueron seleccionados para parar a Le Pen. Attal rabia por haber sido primer ministro sólo ocho meses y culpa a Macron por unas elecciones fallidas para las que no fue consultado. Attal tiene, pues, cierto juego frente a un Macron debilitado por lo que el acercamiento tácito del Presidente al RN tendrá sus dificultades pasadas ciertas líneas que no tienen por qué ser claras ni rojas.

Parte de la clave para que Barnier pueda aguantar un tiempo difícil de definir estará en su capacidad de atraer a socialistas moderados. Si lo consigue, durará más. Por otra parte, Barnier, nombrado por Macron, no podrá ignorar al Presidente, pero dada la debilidad de este último, tendrá también cierta autonomía. Su, asimismo, propia debilidad puede ser, paradójicamente, su fuerza en función de los equilibrios que logre para evitar un voto de censura y conseguir aprobar unos presupuestos. Francia está a la merced de equilibrios precarios cruzados que pueden aguantar habilidosamente o colapsar. Ello se refleja en el Gobierno Barnier, con clara mayoría de la coalición “Enssemble” (“Renaissance” más otros partidos centristas), unos conservadores de “Les Républicains” y un antiguo socialista en Justicia (abandonó su partido hace tiempo al ser nombrado para presidir el Tribunal de Cuentas francés, un ejemplo para Tezanos y otros).

Como telón de fondo está la elección presidencial de 2027 si Macron llega a completar su mandato. Por ahora es inconcebible que el NFP logre su destitución que intenta por pura pataleta. Si, en cambio, fracasara Barnier y, si ello ocurre, cuando, entonces no sería descartable una elección presidencial adelantada. Tiempos difíciles en Francia hasta que se resuelva la próxima elección presidencial con muchos que sólo piensan en 2027. Un panorama de incertidumbre tampoco bueno para la UE.

Europa ve como las extremas derechas se hacen cada vez más fuertes, con la inmigración como exitosa bandera negativa porque es un problema real, exagerado o devaluado, pero necesitado de soluciones. La derecha tradicional se reduce y la socialdemocracia va disminuyendo en Francia y Alemania, sustituida por una extrema izquierda incluso xenófoba (Alemania) o permeada por ésta y avasallada por los separatismos que buscan privilegios y la independencia (España). Las extremas derechas y extremas izquierdas, ambas rechazables, se retroalimentan implacablemente.

Tras la Segunda Guerra Mundial se produjo una fusión económica, cultural, social y política entre Europa Occidental y los EEUU. El Atlántico Norte une. Es un Mare Nostrum, un activo importante. Por otra parte, las migraciones intraeuropeas a partir de mediados del siglo XX desde España, Portugal, Italia y Grecia, así como el turismo de un norte rico a un sur soleado permitió una homogeneización europea de la que fueron grandes protagonistas entonces la socialdemocracia y la democracia cristiana, así como otras derechas moderadas. La Europa del Este se impregnó de ello por ósmosis incluso antes de la caída del Muro de Berlín y su liberación del yugo ruso.

Sin embargo, estamos actualmente en peligro de que nuestro continente se polarice, como España o EEUU, y que la UE se estanque mientras Rusia muestra sus garras, China conquista mercados por todas partes (también en África como los rusos de los mercenarios Wagner), India surge y los EEUU aún sigue vivos. Europa debe andarse con cuidado

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

  

jueves, 19 de septiembre de 2024

KAMALA EN CAMPAÑA

KAMALA EN CAMPAÑA

 

Madrid, 18-09-2024

(Lectura rápida😊)

 

También me publican en La Hora Digital

https://www.lahoradigital.com/carlos-miranda/autor/1931

 

 

Los hay quienes, inquietos, critican la campaña presidencial de Kamala Harris. Unos de buena fe y otros de mala, tan progres algunos de estos últimos que ya acusaban a Joe Biden de ser de derechas. No se sabe bien si son rojos verdaderos, quintacolumnistas de Donald Trump o de frente estrecha.

La culpa la tiene Biden. Naturalmente. Si se hubiera retirado en enero, habría habido primarias y Harris no las hubiera ganado. Su popularidad entonces estaba por los suelos y otros candidatos había, y hay, más lustrosos. Son los azares de la vida. Si el debate entre Trump y Biden hubiese sido en septiembre, los demócratas ya no habrían tenido margen para sustituir a Biden. Harris es la candidata porque la Vicepresidenta era lo único disponible en julio vista la situación.

Está es su única oportunidad de llegar a la Casa Blanca. Si no gana, se diluirá como el vapor en el aire y tendremos a Trump solo cuatro años más ya que una vez reelegido no podrá optar otra vez más a la presidencia salvo que permanezca en ella, como ya lo intentó ilegalmente, precursor del maestro de los pucherazos, Nicolás Maduro, al que en España algunos adoran por su petróleo y por ser un verdadero revolucionario, es decir, un dictador.

Borrell, afortunadamente no sólo él, libre de cualquier futuro que no sea, quizás, el de sustituir a Sánchez, se ha despegado de su antes “conducator” y le critica, así como a Illa, por el acuerdo PSC-ERC que previlejará financieramente a Cataluña y, aún Alto Representante, coincide con Robles al llamar a Maduro dictador.

Maduro, por su parte, se ha inventado una trama contra él, o la ha expuesto, casualmente, justo ahora, deteniendo a individuos variopintos, dos de ellos españoles, para distraer de su pucherazo, meter presión a Sánchez y ayudar a nuestro timonel y a sus ministros (salvo Robles) para que puedan criticar al PP por meterse, según ellos, donde no le llaman al conseguir que el Congreso votase el reconocimiento español de Edmundo Gonzalez como Presidente electo.

Von der Leyen también fue una rueda de repuesto para evitar a su compañero democristiano Manfred Weber que nadie quiso al frente de la Comisión. Tan mal no ha salido y ha sabido navegar para su reelección. En los EEUU los equipos ya salieron a la cancha y habrá que animar al de uno, aunque no se haya alineado la mejor opción y si los forofos pitan sus errores en vez de jalearles, el equipo se vendrá abajo. Lo sabemos todos, pero no todos tienen nervios de acero.

Kamala los tuvo en su debate con Donald, algo que no mostró Hillary, quizás mejor candidata que Kamala, porque Donald la desconcertó irremediablemente y porque, asimismo, sólo vio el lado payaso del horrible magnate. Como casi siempre, la elección está entre lo malo y lo menos malo. Lo de elegir al mejor siempre ha sido una utopía.

Para la importantísima muñidora demócrata, la determinante Nancy Pelosi, el verdadero candidato era y sigue siendo Gavin Newsom, Gobernador de California, pero las circunstancias de premura dictaron apoyar a Kamala. Puede que, en la mente de Pelosi, si sale Kamala, Newsom tendría que esperar cuatro u ocho años según las circunstancias de una presidencia kamaliana o solo cuatro si gana Trump.

Se echa en falta ahora a Pelosi y da la sensación de que a Kamala ya le han cortado el cordón umbilical. No parece tan arropada como cuando se trataba de eliminar la única opción claramente perdedora que era Biden, pero así pueden ser a veces de implacables los políticos, capaces de desear la derrota de su partido para tener luego su propia opción. En cuanto a Trump, el segundo intento de asesinato le viene al pelo. Un intento que Trump considera inspirado por “la marxista Kamala”. ¿Qué pasaría si alguien consigue matarle? O a Kamala.

Los políticos son raza aparte y más egocéntricos no se encontrará a nadie. Así que, a aguantar animosamente hasta el primer martes después del primer lunes de este mes de noviembre. Luego veremos cómo nos adecuamos a ella críticamente si gana o como torear al infumable, si bien los buenos matadores saben sacarle partido hasta al peor morlaco. ¡Hala Kamala!

 

Carlos Miranda, Embajador de España

 

 

 

jueves, 5 de septiembre de 2024

"OSTALGIA"

“OSTALGIA”

 

                      Madrid, 04-09-2024

                      (Lectura rápida 😊)


También me publican en La Hora Digital

https://www.lahoradigital.com/carlos-miranda/autor/1931


  


En las recientes elecciones regionales alemanas en Turingia y Sajonia los extremos políticos se han llevado buena parte de la tarta, sobre todo Alternativa para Alemania (AfD), extrema derecha, con 33% y 30,5% de los votos respectivamente, venciendo en Turingia. En cambio, en Sajonia ganaron por muy poco los socialcristianos de la CDU. El socialdemócrata SPD, por los suelos. Con la nata aún en los labios quedan las elecciones de Brandemburgo el 22 de septiembre.

También obtuvo un buen resultado la extrema izquierda de la atractiva Sahra Wagenknecht, xenófobos ella y su partido (BSE), que lleva de un modo narcisista su propio nombre y apellido, siendo asimismo favorables a Putin. Todo un ideario progresista.

Alemania del Este parece otra Alemania, diferente tras 34 años desde la unificación de sus dos mitades al año de la caída en 1989 del infame Muro de Berlín construido para impedir que pasaran al oeste los alemanes que querían vivir en libertad y no bajo la batuta comunista.

Resentirán quizás que la voz cantante la lleven las ideas defendidas en la Alemania occidental tras la Segunda Guerra Mundial, alejadas de las de Hitler y Stalin, liberticidas, injustas y asesinas que prevalecieron hasta 1945, unas, en toda Alemania y, las otras, en el Este alemán, del 45 al 89. Los alemanes del Oeste tuvieron una taza dictatorial, los del Este, dos seguidas. Algún poso dejaría la doble ración ya que sienten ahora nostalgia por ambas. “Ostalgia” dicen algunos recordando la vieja política de la socialdemocracia alemana de Willy Brand y Egon Bahr, la “Ostpolitik”, de acercamiento al comunismo del Este (Ost).

Lo mismo ocurre en Francia tras las generales de finales de junio y principios de julio. Prevalecieron la extrema izquierda y la extrema derecha. Un frente popular controlado por un podemita a la gala, Mélenchon con su Francia Insumisa, que aúna asimismo en el frente a comunistas y verdes junto a un muy disminuido partido socialista desnortado, y, asimismo, la extrema derecha de Le Pen, contraria a la Unión Europea y a los inmigrantes, que llegan como aquí, incontrolados, siendo asimismo islamófoba y favorable a Putin. Todo va junto: el amor a Putin y el odio a los inmigrantes, sobre todo a los islámicos que se integran mal en nuestras sociedades laicas de origen judeocristiano.

¿Volveremos al periodo histórico que va en Europa del siglo VIII a la Primera Guerra Mundial? Con varios hitos: el desembarco musulmán en la Hispania visigoda, la caída de Constantinopla a manos turcas, Lepanto y la disolución en 1918 del Imperio Otomano sin olvidar la reconquista de Granada y los dos asedios turcos de Viena. Otros tiempos con enseñanzas que no debiéramos olvidar, incluso las de convivencia.

Ahora Macron intenta recomponer los platos rotos también por él con su sorpresiva/sorprendente convocatoria adelantada de elecciones, nombrando a un primer ministro de centro derecha o centro izquierda para que haga de equilibrista circense al menos durante un año si no puede aguantar con sus malabarismos hasta 2027 cuando tocará una elección presidencial a la que ya no podrá presentarse el niño prodigio de Amiens.

No hay cosa más lamentable que los que añoran la falta de libertad del pasado, reivindicando unos a los nazifascistas y otros a los comunistas como en Alemania del Este y Francia. En España los hay que admiran a Maduro en Venezuela, a Ortega en Nicaragua y a los herederos de los Castro en Cuba o recuerdan con cariño los “buenos tiempos” de Franco. En todos esos “paraísos” te dicen lo que hay que hacer y Santas Pascuas. Luego, a tumbarse bajo un árbol con la tortilla.

Vivir en democracia es difícil y conviene no engañarse: la economía de mercado, con sus defectos e injusticias que luego hay que corregir con, mejor, socialdemocracia y/o socialcristianismo, funciona eficientemente, no como las teledirigidas desde la nomenclatura del poder (que vive como Dios) como la soviética que colapsó por ineficaz. Muchos europeos se adhieren también a un oxidado antiamericanismo por diversas razones, entre otras por complejo de inferioridad. Se merecen a Trump.

No estamos a resguardo de nada. Zapatero, ante cierto desconcierto ciudadano, mantiene silencio acerca de las elecciones venezolanas ganadas por la derecha y el gobierno sigue pidiendo las verdaderas actas electorales. Se le podría exigir en este caso más liderazgo democrático en España, Europa y América.

El País ofrecía esta semana unos sondeos que evidencian que los partidarios de un sistema autoritario crecen. Los descontentos piensan que en nuestra democracia nadie les representa y este sentimiento, justificado, es inquietante en una juventud llamada a suceder a los Sánchez, Feijóo, Abascal, Iglesias, Yolanda, Alvise, Puigdemont, Junqueras, Ortuzar, Otegui y otros más. ¡Menudo zoológico! Andémonos con cuidado los jubilados … ¿Los demás? ¡Ojo al diluvio que lo arrasa todo!

 

Carlos Miranda, Embajador de España